domingo, 25 de septiembre de 2022

Elogio del follamigo y del sexo ocasional

 Desde tiempos remotos, incluso antes de que el hombre fuese hombre y la mujer fuese mujer, que existía ya eso del follamigo y el sexo ocasional. ¿O acaso creéis que los dinosaurios o cualquier otro engendro prehistorico se casaban y se hacían un maratón de Netflix un domingo por la tarde? Follar solo por follar es algo tan necesario como respirar solo por respirar. Y no siempre encontramos el escenario y la persona ideal para poner en marcha la batidora del amor. ¿Qué hay de malo en el sexo ocasional, en una sesión de bdsm ocasional o en una cerveza ocasional? Respecto al sexo, algunos os responderán que sin cariño el sexo es algo vacío. Igual de vacío que ir a un McDonald’s a meterte entre pecho y espalda dos docenas de Nuggets porque te produce placer. Con una diferencia: si te atiborras a Nuggets posiblemente tus arterias se convertirán en tu peor enemigo y si tienes sexo ocasional estarás haciendo un magnífico ejercicio cardiovascular que finaliza en la cumbre del monte Everest.

Esto es aún más sangrante cuando hablamos de BDSM… ¿Tener una sesión ocasional con alguien ocasional? ¡No por dios! BDSM debe ser una religión donde o se sigue al rebaño o quedas expulsado para siempre.

La felicidad también se construye basándose en banalidades, así que en el sexo, como en el BDSM e incluso cuando bebes cerveza, si lo haces desde tu libertad, de forma segura y con total consciencia… no importa si es ocasional o si tienes un anillo de boda en tu dedo.

Viva el sexo ocasional, viva el BDSM ocasional y viva la cerveza.

Bien fría.