domingo, 21 de enero de 2024

El placer no solo por el placer (relato)

 


Ella llegó a casa de él de forma puntual, esperando con paciencia a que las dos manecillas del reloj se fusionasen bajo el numero doce para, a continuación, oprimir el timbre del portero automático y permitir, de esta manera, perder el control de parte de su vida. De camino hasta ese momento, ella se había planteado mil propósitos que construir y destruir en su propia mente, como si sintiese que lo necesitaba de la misma forma que sentía que nunca era el momento. La realidad es que nunca es el momento de nada, ni tan siquiera cuando alguien, desde el más ignorantes de los convencimientos, asegura que es “su momento”. Los momentos no son más que las vías de un tren donde, en la lejanía escuchas un sonido que puede ser la aparición de la humeante locomotora a todo vapor o simplemente el graznido de un cuervo. Los momentos son piezas de tiempo que usamos a nuestra conveniencia para conseguir dormir más plácidamente.

Ella subió los escalones y allí estaba él, esperándola en el rellano para darle dos besos, acompañarla al interior de la casa y comenzar todo aquello cuanto habían planeado que debía suceder.

Y he aquí el primer inconveniente porque, a pesar de lo que aseveraba siempre Hannibal: los planes nunca salen bien. A no ser que el plan sea tan simple como cerrar una puerta a tus espaldas y ver que sucede. Y eso es, precisamente, cuanto habían planeado las dos personas ahora frente a frente en el comedor de la casa de él. Quizás hubiese otros planes salidos de la boca de ella como “quiero que todo suceda poco a poco, descubriendo” o “quiero sentir que te he cedido todo el control”. Frases que pueden significar bien poco a los ojos y oídos de los extraños pero que para ellos dos tenían todo el significado del mundo.

El hombre la desnudó lentamente, como si ella fuese de cristal y pudiese romperse al forzar una de sus prendas. Después la tocó por todo el cuerpo, igual de lentamente, pasando la punta de sus dedos por cada una de las partes de ellas, desde las mas obvias a las mas escondidas.

Ella sonreía, nerviosa, permitiendo que el hombre se apoderase del momento. Intentando no pensar en nada y dejando que las sensaciones se convirtiesen en la llave de esas puertas firmemente cerradas. Alguna de esas llaves debía abrir alguna de esas puertas, inevitablemente.

El hombre la ordenó que se arrodillase y abriese la boca. Ella obedeció mientras el hombre se desnudaba de cintura para abajo.

Lo que sucedió después no fue mas que la consecuencia de dos almas destinadas a encontrarse, a aprender la una de la otra, a descubrirse a si mismos y a experimentar el placer del sexo, pero también el placer de lo nuevo, el placer de no sentir presión ninguna por lo que sucedería a continuación, el placer de lo prohibido y lo desconocido. El placer de volver a casa, observarse en un espejo y darse cuenta de que el rostro que observamos es el mismo del día anterior pero diferente. sonreírnos a nosotros mismos frente a ese espejo y decirnos “bien hecho, ahora puedo continuar”.

El placer no solo por el placer.


sábado, 6 de enero de 2024

Propósitos de año nuevo

 


Con el final de otro año, llega el momento perfecto para reflexionar sobre nuestros logros, desafíos y crecimiento personal. Eso que llaman “los propósitos de año nuevo” que nunca cumplimos. ¿Por qué lo hacemos? El cambio de año no solo simboliza el paso del tiempo, sino también la oportunidad de establecer nuevos propósitos que nos impulsen hacia una versión mejor de nosotros mismos, quizás hacia una versión diferente, puede que hacia una versión desconocida que siempre ha estado ahí, escondida y esperando.

Explorar propósitos que pueden inspirarnos a escribir un nuevo capítulo en la novela de nuestra vida.

Participar en una experiencia BDSM puede ser emocionante y satisfactorio, pero es esencial abordarlo con responsabilidad y consenso. Podemos equivocarnos, si, pero el riesgo es innato a la escritura de ese nuevo capítulo. Como cuando pasas el corrector ortográfico al texto: siempre encontrarás algún error. Es inevitable.

Es normal sentir aprensión o miedo hacia el BDSM, ya que implica prácticas que pueden ser intensas y emocionalmente cargadas. Reflexiona sobre tus propios límites, deseos y preocupaciones. Pregúntate qué aspectos específicos te generan miedo y por qué. La comunicación abierta y honesta (tanto contigo como con quien vas a practicar) es esencial.

Aprender más sobre el BDSM puede ayudarte a comprender mejor las prácticas y reducir el miedo asociado con lo desconocido. Lee libros, busca recursos en Internet. Pregunta e investiga.

Si decides explorar el BDSM, hazlo gradualmente. Comienza con prácticas más suaves y avanza a medida que te sientas más comodidad. La gradualidad permite que te adaptes emocionalmente a la experiencia.

Si decides explorar el BDSM, considera la posibilidad de hacerlo con un profesional experimentado. Ellos pueden proporcionar un entorno seguro, guiar la experiencia y asegurarse de que se respeten los límites.

Recuerda que es válido decidir que el BDSM no es para ti en este momento. Comenzar a escribir ese nuevo capítulo en tu vida es tan necesario como emocionante, pero abandonar esa escritura no es un fracaso si en algún momento sientes que la experiencia es abrumadora o no es lo que esperabas, es importante detener la escritura y evaluar conjuntamente tus sentimientos.