¿Os asusta la sangre? Pues a mí si, tanto la propia como la ajena. La sangre es algo que puede darse en el BDSM como consecuencia de algunas prácticas. Que nadie se asuste si hablamos de sangre en el BDSM pues estaremos hablando de prácticas controladas (no como cuando caéis a tierra y os haces una brecha que comienza a sangrar). Personalmente no me gustan estas prácticas porque no me siento cómodo con alguien que sangra (sea quien sea). La sangre me aleja del placer y me causa rechazo. Hay amos/as y sumisos/as que ven la sangre como un símbolo final (y real) del sufrimiento y la entrega. Lo entiendo. Pero los límites están para ser respetados, tanto los del amo como los de la sumisa. No es el mío un rechazo que nace de la salud, no me da miedo si hay higiene. Es algo más atávico, aún más incomprensible. No consigo asociar la sangre al placer. ¿Y vosotros?
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