Grupos de hombres, vestidos de mujer, adoptando patrones propios y clásicos de las mujeres en grupo ya sea tomando el té (el crossdressing es muy inglés) o haciendo otras actividades juntas (o “juntos”, aquí me pierdo). Grupos de mujeres vestidas de hombre, adoptando actitudes propias del género masculino. Pero hay una diferencia: ni unos ni otros pretenden engañar ni engañarse. En el crossdressing no se pretende que quien nos vea nos confunda con una persona de otro género, el aspecto externo no es el de una mujer sino el de un hombre (incluso con barba) vestido de mujer.
¿Y que tiene que ver todo esto con el BDSM? En las relaciones Ama/sumiso, en ocasiones, el ama ordena al sumiso que haga crossdressing. La finalidad del crossdressing es expresarse como el género al que no perteneces, y el ama puede provocar esa identificación en el sumiso ya sea porque es algo que él desea (y ella conoce) o simplemente a forma de humillación.
Hay una asociación en Barcelona, llamada “Club En Femme”, enfocado al crossdressing. También hay un documental llamado “En/femme” que trata sobre el crossdressing y este local en concreto.
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