domingo, 9 de enero de 2022

Sobre el 2022

YARN | You are like Don Quixote, | Death Becomes Her (1992) | Video gifs by  quotes | 386786d4 | 紗

Una vez "testeada" la primera semana de este recién estrenado 2022 ha llegado el momento de reflexionar sobre que buscamos y olvidar cuanto buscábamos en el 2021 y no conseguimos. Porque, reconozcámoslo, construir planes sobre los planes descartados es una locura propia de quien acumula basura en el garaje de su casa. No significa renegar de nuestros fracasos porque esos fracasos son también parte del lego con el que se construye nuestro futuro. Aunque quizás no sea del todo inteligente cargar con la losa de los fracasos cuando lo que buscamos somos éxitos.

Catalogar la vida en éxitos y fracasos es una forma occidentalizada de vivir donde la felicidad se alcanza en la acumulación éxitos. O en conseguir más éxito que tu vecino.

Por supuesto que he fracasado, tanto por culpa mía como por culpa de otros. Aunque incluso en la culpa ajena existe la responsabilidad propia. También he triunfado aunque el gordo de la primitiva sigue resistiéndoseme. Ese si que sería un gran, occidental y materialista éxito. Ojalá. Pero no, sigo igual de pobre que siempre, igual de amo que siempre, igual de reflexivo que siempre e igual de idiota que siempre.

¿Qué he aprendido en este 2021? Quizás cosas que ya sabía. La principal es volverme a reafirmar en no permitir que nadie piense que su tiempo es más valioso que el mío. Ya sea porque llega diez minutos tarde a una cita como si me hacen perder toda una tarde. Siempre he sido un talibán en eso y cada vez lo soy más. Estoy convencido de que eso no cambiará y quizás no sea un aprendizaje del año que acabó sino una reafirmación en que, a medida que se cumple un año tras otro, cada vez tengo menos ganas de perder el tiempo con personas que solo valoran el tiempo cuando es el suyo.

Otra cosa que he aprendido es que la vida es un suspiro y como tal, puede acabar tan rápidamente como se concibe. Si eso lo sumamos al concepto "perder el tiempo" la combinación es explosiva y me lleva al firme propósito de ser más egoísta y menos generoso con cierto tipo de personas. Sí, he dicho egoísta, esa es la palabra. Ego. Porque si domesticas tu ego para contentar a los demás dejas de ser tú. Punto y final.

También he aprendido a juzgar mejor, o, al menos, a asumir los prejuicios, pedir perdón y dar segundas oportunidades. Que nunca serán terceras por eso de perder el tiempo... He aprendido que perseguir imposibles es un imposible en sí mismo, sobre todo cuando hay cientos de posibles al alcance de la mano. Vestirse con una coraza y luchar contra dragones es divertido, pero cuando la coraza está oxidada y necesitas ayuda de tu escudero para subir al caballo, ha llegado el momento de dedicarse a la buena vida y dejar que otros más jóvenes luchen contra dragones imposibles. Porque no siempre seremos Quijotes ni siempre tendremos a un Sancho Panza a nuestro lado.

He aprendido y me he equivocado. Dos cosas que van de la mano. Sobre todo he aprendido a valorar lo propio por encima de lo que me puedan ofrecer otros y, en misma esa medida, ofrecer lo propio solo a quien valora lo ajeno. Esa es la enseñanza más importante del 2021 y un firme propósito para el 2022.

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