miércoles, 14 de septiembre de 2022

Comienzo Vs No comienzo


Muchas veces he escrito en este blog sobre en que momento comenzar en el BDSM. Y, con toda seguridad, siempre me he equivocado (no no he hecho diana) cuando intento explayarme sobre este tema. Hoy intentaré ser un poco más pragmático.

Para comenzar: BDSM es lo que tu quieres que sea. Y digo (escribo) esto porque mucha gente retrasa probar el BDSM porque cree que es un mundo de oscuridad, dolor, humillación y mazmorras donde nadie escuchará tus gritos. Pero BDSM también podría ser atar a alguien y usar un satifayer en esa persona para que experimente el placer estando atada, nada más. ¿Por qué sería BDM esto? Algunos contestarían que porque hay cuerdas pero mi respuesta seria porque hacer eso (satisfayer, dedos o vibrador) es poner en la realidad una fantasía que tienes. Y para mi el BDSM es un contexto (un escenario) donde llevar a la realidad fantasías o nuevas prácticas desde el consenso y sin ser juzgado. 

Comenzar en el BDSM no es comenzar entregándote a alguien para que haga cuanto desee contigo. 

Pero seamos lógicos, hasta para dejar que alguien venga a tu casa, te ate y ponga en marcha el satisfayer... se necesitar voluntad y valor. Y conste que cuando me he pensado mucho el escribir "valor" porque parece que quien no quiera jugar dentro de las difuminadas fronteras del BDSM es un cobarde. De la misma forma que en este escenario no juzgamos las prácticas, tampoco debemos juzgar los motivos por los que se hace o se deja de hacer algo. Digamos entonces que incluso para la práctica menos extrema se necesita cierta voluntad y todos sabemos que la voluntad se construye y destruye con cientos de ideas que cruzan a toda velocidad por nuestra cabeza. De repente nos decimos: ¿por que no? voy a hacerlo, para dos minutos después decir: ¿estoy loco? no estoy preparado.

Volvemos a mordernos la cola: ¿entonces que hago? ¿Comienzo o no comienzo? Mi respuesta es siempre la misma: la teoría del 15 que formulé en su momento y que tantas veces he repetido. Leed ese texto, ahí está la respuesta a si comienzo o no.

Mi único consejo es que valoréis cuanto de excusa hay en los motivos para no probar BDSM. Y conste que comprendo que nos excusemos porque ciertas novedades nos asustan. Pero lo contrario consiste en repetir cada día la misma rutina, yendo a los mismos lugares, paseando al perro y saludando a las mismas personas.

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