viernes, 4 de agosto de 2023

Vacaciones de verano


Llega el verano y llega el calor, un agobio que, año tras año, es cada vez mas insoportable. Te duchas, sales a la calle y a los cinco minutos estas empapado en sudor. Las noches son interminables y los días los pasas al abrigo del aire acondicionado. Es la única época del año en que los que trabajan en una oficina quieren acudir cada día a su mesa donde hacer ver que trabajan a la fresca. Llega el verano y nuestros deseos se desatan al tiempo que se desata nuestra vagancia por hacer cualquier cosa que requiera un esfuerzo físico. La pescadilla que se muerde la cola.

También llegan las vacaciones, esa temporada donde algunas familias corren hasta la ardiente arena de la playa, sorteando a otras familias, cargados todos con sombrillas, niños gritando y neveras llenas de cerveza que le ayude a estar lo suficientemente cocidos (no solo por el sol) para olvidar la tortura de las vacaciones. O esa temporada donde emprendemos un viaje para alejarnos de todo cuanto nos disgusta. Incluso algunas personas, ya sin niños ni trabajo, se dedican a ellas mismas, a hacer todo cuando el trabajo, la familia o ellas mismas se han impedido hacer durante el resto del año.

Pobres todos ellos y todas ellas.

Recuerdo hace muchos años, un director de departamento que tenía, era un tipo que lo controlaba todo, era un auténtico titán del control, incluso aparecía por sorpresa algún fin de semana a ver que hacían los trabajadores. Al comienzo de un agosto me dice "me voy de vacaciones, lo necesito". Al cabo de una semana volvió a aparece por el trabajo, le pregunto que ha sucedido y me contesta "el primer día de playa me di cuenta que la prioridad en aquel lugar eran, mis hijos, mi mujer, mi suegra y luego yo... me había convertido en uno de vosotros". Podría haberle dicho que se fuese a la mierda por haber acabado la frase con esa coletilla despectiva, pero sonreí para mis adentros y asentí.

Y es que a cada cerdo le llega su San Martín. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario