lunes, 11 de junio de 2018

Prácticas: Vibradores

 Vibradores anales – PussyCatMérida Tienda Erótica

Los vibradores no son algo exclusivo del BDSM, atendiendo a los numerosos artilugios que existen en el BDSM, podríamos decir incluso que el vibrador es el gadget menos usado. Tenemos tantos artilugios en el imaginario de la Dominación/sumisión que el vibrador pierde importancia, dejando de ser el tuerto en el país de ciegos. Aunque sigue siendo divertido utilizarlos con las personas inmovilizadas, como castigo o premio.

En el sexo convencional (eso que algunos llaman despectivamente “vainilla”), tanto a solas como en compañía las personas utilizan vibradores (o arneses o plugs) para hacer del sexo algo divertido y excitante. Además, permite jugar solo o acompañado. Por decirlo de alguna manera, los vibradores forman parte de la cultura popular, actualmente cualquiera confiesa que tiene uno (o varios) sin el menor atisbo de pudor.

Joseph Mortimer Granville, un médico británico, inventó el primer vibrador de baterías a finales del siglo XIX con el objetivo de usarlo en su consultorio médico a modo de instrumento terapéutico a fin de combatir lo que en la época victoriana se conocía como histeria femenina. O por decirlo de otra manera, para que el médico masturbase a la paciente con el vibrador a fin de alcanzar el orgasmo (o paroxismo histérico), puesto que consideraban el deseo sexual femenino reprimido como una enfermedad. Antes de eso, el tratamiento para la histeria femenina era que el médico acariciase manualmente a la paciente hasta que alcanzara el orgasmo. ¿Parece un cuento perverso? Pues no, es la realidad.

Sea como sea, venga de donde venga, en el BDSM o fuera de él, la reflexión es la misma: utilizad vibradores, divertíos, metedlos allá donde ningún hombre ha llegado todavía (poniendo voz de Leonard Nimoy), incorporadlos a vuestra realidad ya sea en el sexo o en el BDSM.


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