¿Qué pretendo explicar con este texto? Ni yo mismo lo se, quizás pretenda expresar un sentimiento de primitivo rechazo ante el primitivo rechazo sobre el BDSM. Y en rebelo contra eso porque algunas personas que desconocen el BDSM, se anclan en ese desconocimiento asumiendo que el BDSM es eso oscuro que la cultura popular ha escrito en nuestra memoria.
¿Cómo conseguir que alguien supere ese prejuicio (que lo es) y abra su mente a nuevas experiencias? La primera respuesta es otra pregunta: ¿deberíamos?
A mi no me gusta comer caracoles y nunca he comido uno. ¿Debería comerlo?
Ejemplos burdos y babosos aparte, de lo que aquí hablamos es de subjetividad o de objetividad. Objetivamente deberíamos probar las cosas para expresar una opinión subjetiva. Pero hacer eso significaría borrar todos esos prejuicios y tener días de 28 horas donde dormir ocupase solo 15 minutos.
Siempre que escribo una reflexión así
acabo con la sensación de que estoy empujando a la gente a probar el
BDSM. Y no es eso.
Pero no se explicarlo de otra forma.
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