¿Qué son los celos? Yo os lo diré:
una bola de cemento que nos impide caminar con facilidad, aunque ni tan
siquiera estemos presos. ¿Qué es la honestidad? Algo tan sobrevalorado como la
Coca-Cola Zero o los afiliados a Greenpeace. Ser moralmente deshonesto es
infinitamente mas divertido que predicar con ruedas de molino. Arrodillada en
casa de un extraño con su pene follándome con fuerza la boca, como si mi
voluntad fuese una especie de masa de barro modelable por el menos capaz de los
hombres. Mi dignidad, mi moral, mi compromiso, todo pisoteado por culpa de un
deseo que nubla mi razón. Y me encanta. Porque la vida no solo consiste en
hacer las cosas bien y ayudar a una ancianita a cruzar la calle. Si el cielo y
el infierno son la misma cosa ¿para que empeñarnos en ganarnos a uno de los
dos? Dejar de hacer cientos de cosas solo porque nos han educado en que esos
cientos de cosas no están bien es como apuntarse a una secta y levantar tu
hábito para que el gurú de turno te sodomice sin darte los buenos días. Y
encima sonríes porque es eso lo que te han dicho que debe ser. Desnuda y arrodillada,
vestida tan solo por unas medias negras de medio muslo, con los ojos vendados y
siendo usada. Feliz y liberada. Sucia y mentirosa. Caliente y servil. Infiel y
arrastrada. No puede haber una sensación mejor. Incluso aunque de vuelta a casa,
con el sabor de su semen aun en mi boca, sienta que me he equivocado. Incluso
en ese momento, soy consciente de que ha valido la pena.
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