jueves, 6 de septiembre de 2018

Aftercare

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¿Qué es el aftercare en el BDSM? Mi respuesta sería: el concepto “aftercare” es otra de esas tontas etiquetas en inglés que utilizamos para definir algo que ya conocemos, solo que transportándola a un espacio “normativo” o “moderno”. Etiquetas aparte, el aftercare es algo que debería suceder siempre al acabar la sesión, un momento donde ambos se ocuparán del bienestar del otro, tanto a nivel físico como intelectual. Algo así como quitarse las máscaras y preocuparse del otro al margen de los roles. Cuando digo que el aftercare es tanto físico como intelectual, me refiero al contacto físico o al contacto emocional. Una sesión de BDSM desgasta, puede agotar tanto en el ámbito físico como en el intelectual, incluso pueden darse conflictos que no se resolverán durante la sesión (por la dinámica, por los roles impuestos o por el contexto). El aftercare debería solucionar eso (o parte de eso). Descansar, curarse las heridas, charlar de la sesión, cuidar el uno del otro, etc. Muchos creen que en ese momento aftercare solo es el amo quien se encarga de “curar” tanto física como emocionalmente a la sumisa pero no es así, en realidad es una vuelta a la “normalidad” para ambos roles. Si nos quitamos las máscaras, nos las quitamos los dos. Hay quien asegura que el aftercare debería suceder, incluso, después de ducharnos y vestirnos, sin ninguna parafernalia BDSM a la vista y lejos de la mazmorra. O por decirlo de otra manera: alejándonos de todo aquello que nos recuerde la relación dominante/sumiso que sucedió poco antes, intentando igualar posiciones. Otros dicen que el aftercare es únicamente emocional. De nuevo estamos poniéndole puertas al campo: ¿Qué importa que el aftercare incluya lo físico o solo lo emocional? El concepto con el que deberíamos quedarnos es que, después de una sesión, debemos volver a la normalidad, de igual a igual, hablando de lo sucedido, limpiando cualquier rastro de malentendido, trauma o problema no resuelto durante la sesión, limpiando cualquier rastro de conflicto, por pequeño que sea, que arrastraríamos hasta la siguiente sesión, teniendo cuidado de no caer en la sobreprotección (por parte del amo), siendo completamente sinceros y exponiendo nuestras emociones al margen de cualquier rol.

Cuidar de las personas, tan sencillo como eso

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