miércoles, 16 de junio de 2021

Prácticas: control de vestuario y exhibicionismo

Voyeur Exhibitionist Husband - Tumblr Blog Gallery

Hoy hablaré (escribiré) sobre el exhibicionismo a modo de práctica dentro de lo que entendemos como BDSM. El exhibicionismo no es una práctica propia del BDSM y tampoco vamos a hablar exclusivamente de eso. ¿No se puede escribir un primer párrafo más confuso, verdad? Pues vayamos por partes, primero abordemos el tema del EXHIBICIONISMO.

La definición canónica comienza donde la psicología lo define como parafilia. Visualizamos esta parafilia con el típico (y tópico) exhibicionista que se muestra desnudo ante quien no quiere pues es lo prohibido del acto (el malestar y las molestias generadas a terceros) lo que le produce placer y no el acto en sí mismo. Tanto que incluso podríamos añadir que estamos ante una parafilia tipificada como delito contra la libertad sexual.

Eso nada tiene que ver con el BDSM.

Cuando hablamos de exhibicionismo entre dominado y dominante nos referimos a una práctica donde el dominado encuentra placer exhibiéndose porque nace del deseo de quien le domina. Dicho de otra manera: poco importa la práctica porque lo importante sigue existiendo ese vínculo donde dominante empuja (de forma consensuada) al dominado a salir de su zona de confort. Y el dominado encuentra placer en ese acto (que nunca haría de motu propio) porque le otorga una coartada moral para exhibirse. Le proporciona placer porque está obedeciendo. Es una orden y debe obedecer ¿cómo negarse?  Y es en esa obediencia donde también descrubre algo que tiene dentro.

Algunas personas, cuando hablas de exhibición, dicen que no tienen problema con eso, que ya se exhiben desnudas por casa o en la playa. Pero resulta que eso no es exhibición. La auténtica exhibición consiste en ir más allá, consiste en exhibirse en escenarios que el dominado no contempla como "propios" de una exhibición. De nuevo, hablamos de salir de la zona de confort. Mucha gente cree que es exhibicionista y no lo es. Otras creen que no y, poco a poco, descubren placer en ello.

Si creéis que la persona que domináis es exhibicionista: empujadla, movedla a exhibirse. A ver qué sucede, que siente, cómo reacciona. Si sois dominados y queréis ser exhibidos, verbalizad ese deseo al dominante. Como siempre, ha de ser una práctica consensuada que no afecte emocionalmente al dominado o no le provoque incomodidad en parcelas de su vida que prefiere dejar a un lado. Es decir: convertir a la persona dominada en una exhibicionista no significa que debe exhibirse en cualquier lugar.

¿Cómo comenzar con esta práctica? Podéis comenzar con otra práctica más simple que es la del CONTROL DE VESTUARIO. Una práctica donde  el dominante escoge como y cuando debe vestir la persona dominada. Es en ese proceso que la persona dominada pierde el control de su apariencia física, siente que su cuerpo, es propiedad de su amo y este puede exhibir a sumisa cuando y como desee. Aunque sea vestida. La práctica avanza con el dominante sacando a la persona dominada de su zona de confort, hacerla vestir de forma provocativa para, de repente, obligarla a ir sin ropa interior. Introducir en ese vestuario algún detalle revelador que solo conozcan dominante y dominado, pero que hace que la persona dominada sienta que está siendo controlada aunque su amo esté a kilómetros de ella. 

Una mujer entra en un bar repleto de personas, lleva un vestido corto de algodón, toma asiento en una mesa, parece avergonzada. Los clientes la miran distraídamente, con la pasajera curiosidad por quien acaba de aparecer, luego vuelven a sus cosas. La mujer pide algo para beber. Está nerviosa. Va sin ropa interior y cree que todos pueden darse cuenta, que todos pueden adivinar sus pezones o vislumbrar su sexo. Pero nadie repara en ella. Y esa es la grandeza de esta práctica. Que es una práctica que, cuando sucede, tiene consecuencias en la sumisa (su excitación, sus nervios...) pero que solo sucede en su cabeza porque, habitualmente, la gente está a sus historias y nadie lo advierte. Nadie sabe que es sumisa, nadie sabe que no lleva ropa interior, todos tienen sus propias conversaciones y no reparan en ella. La mujer consume su bebida a toda prisa, deja un billete encima de la mesa y sale a toda prisa del bar sin darse cuenta de que un hombre, en una esquina del bar, estaba observándola en el convencimiento de eque ella no llevaba ropa interior. En la calle, la mujer envía un mensaje por teléfono a su amo: "lo he hecho", escribe orgullosa. El amo contesta "bien hecho". La mujer sonríe. Hace tan solo quince días nunca habría hecho algo así. Quien ha recibido el mensaje es el hombre que estaba sentado dentro del bar.

Ella lo ha hecho, ha obedecido.

Los dominantes debemos comenzar con ese control del vestuario de la persona dominada (solo si la persona acepta esa práctica) para después, poco a poco, hacer salir a la persona dominada de su zona de confort y finalmente, exhibirla. Moverse de un paso a otro es decisión de la persona dominada. Si solo quiere quedarse en el control del vestuario y no quiere ir más allá, esa es la decisión que debemos respetar. 

Ordenar si, imponerse nunca.

El camino que va desde el control del vestuario a una total exhibición es una forma de comenzar una relación entre dominante y dominado porque puede suceder a distancia, es una práctica inocua y servirá a la persona dominada a sentir si realmente siente que ese dominante es quien desea que sea en su vida BDSM.

Os puede gustar o no, podéis estar de acuerdo o no. Pero si estáis interesados: probadlo. ¿Qué podéis perder? La vergüenza tan solo. Y si sois alguien realmente vergonzoso o tímidos, es la mejor manera de comenzar porque el BDSM es poner a prueba nuestros límites para alcanzar placer en ello.

El placer de la superación. 

El placer en obedecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario