viernes, 6 de noviembre de 2020

Curiosidad por los/as desconocidos/as

 

Curiosidad ¿El mejor de tus instintos? • Psiquentelequia

¿Qué es lo que nos atrae de alguien con quien, de repente, nos topamos en internet? Las mentes más básicas dirán que si es un hombre que ve la foto de una mujer, entonces las razones de esa atracción están claras y se fundamentan en un deseo de continuar conociéndola de forma horizontal. También sucede con las mujeres que ven fotos de hombres. Bienvenidos al siglo XXI. Otros dirán que es imposible sentir interés por alguien de quien solo ves una foto, unas palabras. Dirán que, en todo caso, es simple curiosidad. Como quien ve una caja decorada con un bonito lazo dorado en la calle y su primer impulso es saber que hay dentro, aunque se frena.

Pero recordemos una cosa: hablamos de virtualidad y ente los ceros y unos que discurren por los tubos del señor Movistar aún desconocemos cómo encaja la química del cerebro.

Intentaré explicar por qué siento curiosidad por ciertas personas con las que me topo en internet, tengan mirada melancólica o no. Me circunscribo a Internet porque esto es un blog de Internet y si me estáis leyendo lo hacéis a través de internet. (Por desgracia) tú y yo no estamos sentados frente a frente en un bar y separados por dos cervezas bien frías.

Existen dos formas en que siento curiosidad por las personas con las que me encuentro en la virtualidad. Dos formas bien simples de explicar: o es el amo (practicante de BDSM) quien siente curiosidad o es la persona. Y eso sucede sin que yo pueda elegirlo, como un clic que se dispara automáticamente en mi cerebro. A veces ese interés como amo se transforma en curiosidad por la persona o viceversa. Incluso ambas. Pero en un primer instante solo hay una de esas dos personas curioseando.

Cuando veo una persona en internet que me causa curiosidad no suele suceder porque su foto me atraiga. Soy consciente de lo que significa la belleza, tengas la nariz operada o no. Pero no suelen llamarme la atención las fotos. Lo que despierta la curiosidad en mí suele ser alguna frase que esa persona ha escrito. Me atraen las personas quienes, desde la modestia, son capaces de introducir un cuchillo en su pecho y se rasga de arriba abajo, mostrando sus vísceras en internet. Sin pudor ni reflexión. Siento mucha curiosidad por esas personas a las que les importa bien poco si las leen o no, pero son capaces de hacerse un harakiri público.

El problema suele venir cuando quiero saber más de esas personas. La desconfianza es algo intrínseco al ser humano, sobre todo en la virtualidad. A veces me siento cansado de demostrar continuamente que mis intenciones no son oscuras ni tienen nada que ver con mi condición de amo. A veces simplemente quiero saber más de esas personas que se abren en canal y casi nunca lo consigo.

Pero este mundo virtual que nos ha tocado vivir es así, también debemos asumirlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario