En este capítulo de mi particular (y nada rigurosa) guía sobre la felicidad e infelicidad, voy a hablar escribir sobre un tema que a algunos os interesará tanto como un político hablando de presupuesto. Incluso puede darse el caso de que rechacéis esta última entrega sobre la felicidad. Pido disculpas entonces si sucede que voy a hablar escribir sobre un tema que no os interese. ¿Disculpas digo? Me retracto. Este es un blog donde la temática principal es el BDSM, muchas personas practican BDSM y leen con regularidad este modesto blog. Y es que, como aseguran los cereales con fibra, la regularidad es lo mejor. Si no sois de esos, tampoco rechacéis leer un texto sobre felicidad y BDSM, quizás os ayude con el tránsito intestinal.
En el BDSM, la felicidad o infelicidad varía dependiendo de si conoces de primera mano el BDSM o no. Si lo comprendes o no.
Si tienes la suerte de practicar o haber practicado BDSM, entonces sabrás que la felicidad o infelicidad en el BDSM viene como consecuencia de actos contrarios a cuanto sucede en la vida "real" (o fuera del BDSM). Si nunca has practicado BDSM o crees que somos enfermos que merecemos sesiones y sesiones de psiquiatría, entonces sigue leyendo porque, como buen creador de clickbaits: lo que viene a continuación, te sorprenderá.
Confesión: hasta hace unos meses pensaba que un clickbait era un robot de la nueva saga de Star Wars. Voy progresando.
En la vida más allá de las fronteras del BDSM existen conceptos que son principal causa de la infelicidad. Dolor, humillación, sumisión, oscuridad, abuso de poder, etc. Cualquiera que sufra eso, verá alejarse la felicidad de su vida a toda velocidad. Nadie quiere dolor, ni humillación ni nada "negativo" como parte de su vida.
Pero hay una diferencia: todas esas cosas, fuera del BDSM, son negativas porque suceden de forma no consensuada.
El BDSM se sustenta en el consenso libre, pleno, informado y actual de los participantes.
En el BDSM, si alguien busca dolor y pacta con otra persona que le ayude a conseguirlo, es por un motivo: el dolor le causa placer y ese placer le transportará a un momento feliz. Esa misma persona, ante un dolor inesperado o no consensuado, sentirá infelicidad. Lo de Alicia al otro lado del espejo, vaya. Lo mismo sucede con la humillación, con la sumisión, con cientos de prácticas BDSM. Una persona puede sentir un intenso placer sometiéndose a otra persona por voluntad propia, pero esa misma persona puede sentir rabia y disgusto si se somete a los dictados de un jefe tirano en un ambiente laboral.
1- Todo aquello que sea consensuado y nos proporcione felicidad, sin provocar infelicidad a otros, es lícito.
2- Lo mismo puede provocar felicidad o infelicidad a la misma persona dependiendo de la voluntariedad.
3- Si no has practicado BDSM, estás perdiendo el tiempo.
Puede que el tercer punto no sea demasiado objetivo, pero también debe haber espacio tanto para provocaciones como para sonrisas.
¿Me hace feliz practicar BDSM?
Pero también sucede que cuando no lo practico no soy más infeliz que cuando lo practico. Mi personalidad incluye ser feliz cuando la otra persona es feliz, así de simple funciona mi estropeado cerebro.
Aclaración: lo de estropeado no es porque sea boxeador o porque mi rol sea el de switch y adoro que me den puñetazos en la cabeza. La explicación del batido de zumo de fresa en que se ha convertido mi cabeza es por los accidentes de moto que he sufrido. Por desgracia, mi época de Marlon Brando, de la misma forma que mis motos, se han escapado a toda velocidad por el retrete.
Volviendo al tema: nunca azotaría, humillaría, pegaría, insultaría, ni sometería a nadie en mi vida "normal". Va en contra de todos mis principios tanto de persona como de animal. Aunque si esa persona, en un contexto BDSM, quiere que todo eso suceda, entonces sucederá y ambos seremos felices. Entiendo que todo esto de azotar, humillar, pegar o insultar a alguien puede parecer repugnante, estemos en el contexto que estemos. Soy consciente de que al leer esto algunas personas desenfundarán rápidamente sus prejuicios. Pero como decía antes:
3- Si no has practicado BDSM, estás perdiendo el tiempo.
La felicidad, además de estar levantada con diferentes vigas de acero, depende también del escenario donde colocas esas vigas.
He dicho.
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