Siempre he escrito, creo que lo hago incluso desde antes de comenzar a leer. Los motivos por los que escribo son porque me gusta leer y dentro de mí radica el convencimiento de que cuanto leo, yo podría escribirlo mejor. Mi ego no conoce límites, amigos y amigas.
Bromas aparte, soy consciente de mis limitaciones a la hora de escribir, o quizás de mi falta de ambición. Prefiero comunicar bien a uno que mal a doscientos. Cuando escribo me centro en un lector o lectora imaginarios y escribo para esa persona, sin forzarme a contentar a todo el mundo.
Porque querer contentar a todos, en cualquier orden de la vida, significa perder tu esencia y no acabar contentando a nadie.
Como siempre me gusta repetir: “cada circo tiene su payaso”. Si eres auténtico, encontrarás tu circo, encontrarás a tu público y también a aquella persona que confíe en ti. Da igual que seas el peor payaso del mundo que siempre alguien acabará riendo. Primero de ti, después contigo.
¿Y que tiene todo esto que ver con el BDSM?
En el mundo del BDSM, muchas personas pretenden alcanzar imposibles, pretenden ser esos estereotipos que han visto sobre el BDSM y se esfuerzan en hacer creer a los demás que son los mejores dominantes o dominantes del mundo mazmorril. Y en este esfuerzo, pierden la esencia de lo que son. Se convierten en los dominantes o dominados que otros quieren que sean, se convierten en alguien que creen que va a conquistar a esa persona a quien desean contestar. Lo sé porque a mí me sucedió en el pasado.
Convertirse en un estereotipo para llegar a todos o convertirse en un modelo para llegar a “esa” persona, ambos son errores. Porque en el camino perdemos la esencia de quienes somos.
El BDSM es un mundo de máscaras, pero no confundamos adoptar un rol para practicar BDSM con montarnos una película donde somos Brad Pitt salvando al mundo de un apocalipsis zombi. Porque ni estamos viviendo un apocalipsis (al menos zombi) ni somos Brad Pitt.
Si eres tu mismo/a siempre encontrarás tu público y cuando eso suceda, podrás “actuar” sin necesidad de “sobreactuar”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario