Acabo de leer una frase que dice: "las mentes son como los paracaídas, solo funcionan cuando están abiertos". He estado buscando en San Google de quien es la frase, pero no parece tener autoría conocida. Lo cual confirma mi teoría de que si no es una frase de Coelho, entonces será una buena frase. Volviendo al concepto que esconden esas palabras entrecomilladas: no puedo estar más de acuerdo. Sobre todo si hablamos de BDSM. Pero olvidémonos por unos instantes lo de las mazmorras, las cuerdas y la gente vestida para ir de carnaval a Sitges. En cualquier orden de la vida, una mente abierta es el éxito en absolutamente todo. No tan solo en el placer, también en el trabajo, en las relaciones sociales, con la familia o incluso viendo una película o leyendo un libro. Cuando hablamos de follarnos mentes, es literal. Follamos con el cuerpo, pero ese acto (reproductivo o no) solo alcanza el nirvana cuando follamos con las mentes.
¿Por qué no abrimos nuestras mentes? Para responder a esto vuelvo a mi conocida teoría de que la falsa moral impuesta por las élites a lo largo de los siglos. El problema (para esas élites) es que si abrimos nuestra mente es cuando nos convertimos en alguien peligroso, alguien que cuestiona o toma iniciativas. Por eso hay castigos, multas, infierno, pecados, reproches, rechazo, etc. porque si todos abriésemos nuestras mentes, las élites estarían perdidas. Y cuando hablo de élites no me refiero a ninguna teoría conspiro-paranoica estilo Davos, masones o believers. Me refiero a la gente que tiene el poder: políticos, empresarios, religiones, estados, etc. No existe fórmula mejor para mantenerse en el poder que aborregar a tus seguidores. Porque si abren la mente y piensan, abandonan su condición animal y se convierten en personas que debaten o niegan.
Y después de este párrafo que imagináis que he escrito con un casco de papel Albal sobre mi cabeza, pasemos a lo verdaderamente importante: las mentes.
En ocasiones estamos cansados de hacer "algo" (cualquier acción) junto a una persona, de repente repetimos ese "algo" con otra persona y todo parece mucho mejor. ¿Por qué? Porque nuestro cerebro solo funciona cuando lo estimulan a diario y la cotidianeidad puede hacer que la emoción quede relegada por detrás de la práctica. Si comemos todos los días caviar, el caviar acaba pareciendo chóped de marca blanca. Porque o alguien nos vende cada día el caviar o, al final, no valoraremos lo que nos metemos en la boca (efectivamente, esta última frase tiene doble sentido).
La rutina y la cotidianeidad cierran el paracaídas y si no hacemos algo al respecto, al final, la ostia contra el suelo puede ser importante. O nos esforzamos, o nos conformamos o acabamos con ello (a veces de manera involuntaria). Por eso, abrir la mente es tan importante. Pero sobre todo que te la abran, la mente me refiero (efectivamente, esta ultima frase TAMBIEN tiene doble sentido).
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