viernes, 27 de agosto de 2021

La sociedad de lo absurdo

LA TENTACIÓN DE LUCY (+18) - PETTING - Wattpad 

Vivimos en una sociedad de lo absurdo donde lo tenemos casi todo y, además, nos asusta casi todo. Vaya por delante que este texto lo escribo desde la comodidad de mi casa. Observando el resto del mundo (mundo mundial), soy consciente de mis privilegios. Vosotros también. Podemos desayunar, comer y cenar, cada día y además escogiendo el qué. Dormimos bajo techo en un colchón de más de 600 euros y tenemos un trabajo (o podemos tenerlo). Tenemos una suscripción a Netflix que vemos en una pantalla de 50 pulgadas, o en nuestro móvil, o en el portátil, o en una tablet, o en el PC de casa. Los fines de semana salimos al sol a tomar el vermú. Tenemos coche, ordenador y una cafetera que nos hace un expreso en 20 segundos. Quien diga que vivir es difícil que se vaya al tercer mundo, que sea una mujer en China o un niño en la India, que sea albino en África o gay en Rusia. Desengañémonos, vivimos en el primer mundo y lo tenemos todo (o casi todo), O por decirlo de otra forma: tenemos más de lo que necesitamos. A pesar de los problemas, las enfermedades o los corazones rotos, somos unos privilegiados.

Y, a pesar de esto, tenemos miedo por cosas absurdas. Es el miedo al éxito, o por decirlo de otra forma: pánico a que algo nos guste. Parece absurdo ¿no? Pues no lo es. La mayoría de la gente que se acerca al BDSM o se acerca a mí como amo, una de las primeras cosas que me pregunta es "¿y si me gusta demasiado?" Y me lo preguntan con el miedo atenazando sus gargantas. ¿Os imagináis a alguien que no vive en nuestra sociedad cuestionándose hacer algo de lo que tenemos por miedo a que le guste? Siempre digo lo mismo: preocúpate porque algo no te guste, no porque te guste. Si has llegado hasta aquí, esa duda sobre el éxito debería descartarse de inmediato. 

Ah, espera, ya lo comprendo. Resulta que imaginamos que si algo nos gusta "demasiado" nos convertirá en adictos. Adictos a esa maldita dopamina que se desencadena en nuestro cerebro cuando algo gusta o duele. Y la dopamina produce placer. Creemos que si algo nos gusta demasiado nos convertiremos en yonquis de esa dopamina y acabaremos durmiendo en un cajero automático y pidiendo dinero a la gente que está sentada en las terrazas de los bares, esa gente que está tomando el vermú, esos que antes éramos nosotros mismos.

Pensamos que el placer debería tener un precio. Si algo nos gusta mucho debemos pagar mucho por ello. Ya sea personal o emocionalmente. O incluso económicamente. Juntemos la culpa, con el miedo o el precio que hemos de pagar y es entonces cuando alegremente descartaremos eso que nos gusta antes de que nos guste. ¿De verdad creéis que la vida es tan larga para descartar aquello que nos emociona hacer? Pagad ese precio, sufrid, sentíos culpables, lo que queráis: PERO HACEDLO, Aunque tenga consecuencias: todo lo que hacemos t¡ene consecuencias. ¿A qué parezco egoísta? Puede que si, pero yo vivo la vida, no la imagino. Y pago un alto precio por eso, pero la recompensa es infinitamente mayor.

Vivimos en la sociedad del absurdo donde nos asusta ser felices.

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