Dejarte llevar por la emoción ajena acostumbra a convertirse un error porque eso significa que, alguien que no eres tú es quien mueve los hilos de tus emociones hacia terrenos que (quizás) no son los habituales, tampoco los que necesitas.
El problema sobreviene cuando la emoción ajena cambia de dirección, pero la propia continua con la misma intensidad. Dejarse llevar por las emociones de los demás es olvidarte de ti. Y la única manera de recuperar nuestra personalidad es alejarte de aquellas emociones contagiosas. Contagiosas no tan solo para aquello que nos parece bueno. ¿Cómo evitar comportarte como los demás quieren que te comportes?
¿Has visto las películas de "Fast & Furious"? Siempre hay un momento en que alguien aprieta el pedal del freno hasta que le estalla ka rodilla en mil pedazos a causa del esfuerzo.
Después, cuando te hayas curado la rodilla, vuelve a coger la velocidad adecuada que no es otra que TU velocidad. Si en esta maniobra pierdes al copiloto: mala suerte. La vida no es perfecta, pero ha de ser nuestra.
Correctísimo!
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