martes, 10 de agosto de 2021

Las fronteras del BDSM

Crítica de: INTO THE WOODS | Cine Para Aficionados 
¿Es el BDSM una prolongación natural del sexo? Es un hecho natural que muchas personas vean el BDSM como un apéndice más del sexo, algo lógico si lo pensáis en perspectiva. ¿Acaso creéis que probaréis BDSM como prolongación de vuestras clases de yoga o de cocina? En nuestras relaciones sexuales, en ocasiones, sentimos que nos falta algo o simplemente nos gustaría encontrar algo nuevo. Tambien puede que no, que no necesitemos experimentar más (ya sea por satisfacción y/o conformismo) en cuyo caso para nosotros el BDSM seguirá siendo eso de las sombras del señor ese Grey. Pero hay parejas que, durante su vida sexual, descubren que les atrae todo eso de las cuerdas, los insultos o los azotes (ya sea por activo o por pasivo) y esto nos lleva a algo que se adentra en el terreno de la psicología del BDSM. 
 
He escrito antes y en este blog sobre sexo y BDSM. ¿Me repito? Claro, como todos, como el ajo. Aunque mi reflexión de hoy es que el BDSM, como prolongación del sexo, no significa desvirtuar el BDSM. El arte del BDSM no es un concurso de carnaval donde gana quien luce el traje de látex más espectacular ni tampoco quien propina más azotes en menos tiempo. La definición del BDSM debería ser nuestra definición subjetiva del BDSM, algo que puede estar más cerca del sexo que de la dominación y la sumisión. ¿Importa eso? Creo que el foco consiste en experimentar de forma sana, segura y consensuada (SSC) no intentando hacerlo todo, sino intentando probar aquello que nos apetece y experimentarlo bien. El objetivo es descubrir cosas nuevas, no buscar repetir el placer de siempre y magnificarlo. Sexo no es BDSM y BDSM no es sexo, aunque van tan de la mano que a veces es complicado distinguir cuál es cuál. Que eso no os frene.  
 
¿Entonces si quiero experimentar con mi cuerpo en el sexo (o conmigo mismo) estoy obligado a ir más allá y adentrarme en el oscuro bosque del BDSM repleto de lobos de colmillos afilados? Pues sí. O no. Eso ya depende de lo que desees tú. Y leed mejor esta última frase: "depende de lo que desees tú". Es decir, el deseo es el vehículo para una decisión personal. Nadie más que no seas tú debe tomar una decisión sobre esto. 
 
Si queréis experimentar, pero no deseáis entrar en el bosque del BDSM pues entonces seguid jugando en el sexo con vuestras parejas o con gente ajena y haced cuanto deseéis, explorándoos mutuamente, sin necesidad de etiquetas. Probad lo que os apetezca caiga en el campo del BDSM, del sexo o del modelismo naval. Las etiquetas no sirven para absolutamente nada. 
 
Bueno, las etiquetas de los alimentos si, sobre todo si sois alérgicos o están caducados... aparte de eso... ¡a jugar! (sin olvidar lo del Sano Seguro Consensuado)
 

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