jueves, 2 de septiembre de 2021

La mujer que camina -2- (relato)

facu-covi - Tumblr blog | Tumgir

Un zumbido proveniente de la puerta indica que alguien la ha abierto. La mujer empuja con fuerza y entra en una especie de pasillo pintado de buzones de correos. Al fondo hay unas escaleras y también puede verse la puerta de un ascensor. ¿Y ahora qué? Aún está a tiempo de darse la vuelta e irse. ¿Qué consecuencias podría tener este acto de cordura y rebeldía? Que curioso... en su mente, cordura y rebeldía siempre han sido antagónicas, como si la cordura fuese conformismo y la rebeldía, inconformismo. ¿Es ella conformista o inconformista? Si hubiese sido conformista nunca habría llegado a donde ha llegado. Pero también sucede que está en un momento de su vida que prefiere el conformismo, la rutina, el mantener todo cuanto ha logrado. 

El problema es que pragmatismo y conformismo, acaban aburriendo también. 

Debería darse prisa y no permanecer ahí quieta, en la entrada del edificio, mientras el hombre espera arriba. ¿Escaleras o ascensor? Ni tan siquiera es capaz de tomar esa decisión. Mejor escaleras, así tardará un poco más, además siempre puede darse la vuelta y bajarlas corriendo para volver a su refugio. La mujer comienza a subir las escaleras mientras escucha una puerta abrirse un piso más arriba. Es él. El lobo. Si al final se decide a entrar en la guarida solo espera una cosa: que el lobo no sea condescendiente con ella. Ya que ha decidido romper su estabilidad, al menos que sea por una buena causa. Bueno, también espera otra cosa: placer.

La mujer está frente a la puerta entreabierta. La empuja y ve un pasillo. Al fondo un comedor iluminado. No hay nadie. Un paso más y ya habrá entrado en la guarida. No habrá marcha atrás.

A la mierda...

La mujer empuja la puerta, entra y la cierra a sus espaldas. Puede ver un antifaz encima de una caja. Saca su propio antifaz y se lo coloca, luego coloca el segundo antifaz sobre el primero. Ahora es una realidad (ojalá dolorosa):  ya no hay vuelta atrás.

-Ya estoy preparada, señor -dice en voz alta.

¿La habrá oído algún vecino? No puede dejar de pensar en los demás: los vecinos del lobo, su familia, sus amigos, sus compañeros de trabajo, la gente de la calle, conocidos y saludados.

La mujer escucha unos pasos acercándose a ella. Por fin puede olerlo, sentir su presencia. La mujer está temblando por primera vez desde hace mucho.

Eso es precisamente lo que llevaba tantos meses buscando: salir de la rutina y volver a temblar, esta vez de emoción.

El lobo coge su cabeza con las manos y la besa. Un beso largo y delicado, nada sucio ni perverso. La mujer se muere por oír su voz. Cuando el lobo acaba de besarla, comienza a tocarla por encima de la ropa, los pechos, el culo, toca sus piernas y sube la mano por el interior de sus muslos hasta su vagina completamente mojada. Entonces mete un dedo. El placer es indescriptible, un placer nacido en su cabeza. El hombre retira las manos y mete el dedo en la boca de ella. La mujer saborea sus propios flujos, algo entre salado y ácido. No es la primera vez que lo hace, pero ahora chupa ese dedo como si fuese el manjar más delicioso jamás conocido.

-A cuatro patas -ordena el hombre.

Por fin... su voz. La mujer deja caer su bolso y se pone a cuatro patas, sin dudarlo. Entonces el lobo la guía por la casa, ella gateando como la perra en la que acaba de convertirse, hasta llegar a lo que imagina que es aquel comedor iluminado. Huele a incienso y una suave música de jazz suena de fondo. Lo perverso no está reñido con lo hermoso, piensa. ¿Aún está a tiempo de volver a casa? 

A la mierda, se repite. Por fin ha conseguido vencer todas sus dudas. Ahora solo espera obtener el placer. Placer en la servidumbre, placer en aquellos dedos o su pene entrando y saliendo de su cuerpo, placer en el dolor y la humillación. Obtener placer de cualquier forma, pero placer, siempre placer. ¿O acaso no ha entrado en la cueva del lobo en busca de placer?

Quizás debiese hacerse esa pregunta, pero ya es demasiado tarde porque el lobo la ha ordenado arrodillarse y abrir la boca.

-continuará-

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