Tanto si estáis en el mundo del BDSM cómo si no, disfrutad de este tipo de fantasía (no de esta en concreto, de cualquier fantasía) y llevadla a cabo pero, sobre todo, hacedlo con cuidado. Fingir es fingir y del mismo modo que un mal actor estropea una película, si no sabemos hacer las cosas de la manera adecuada, estropearemos la fantasía. Y aquí sí que viene el peligro porque fingir una violación no es fingir que somos cocineros famosos. No es lo mismo que se te queme un lenguado a que una persona se sienta realmente violentada.
¿Entonces deberíamos prohibir que la gente finja una violación? Si hiciésemos una rápida encuesta saldrían respuestas del tipo, "eso no es aceptable" o "quien fantasea con eso es un enfermo". Y no son respuestas erróneas, porque una rápida encuesta provoca una rápida respuesta. Y toda respuesta inmediata es algo visceral, no intelectual.
Sed sinceros y honestos con la otra persona antes de empezar esta práctica, pactad límites tanto emocionales como físicos, habladlo absolutamente todo y hacedlo tan solo si confiáis plenamente en la otra persona.
Y, por encima de todo, parad inmediatamente si pensáis que algo no va bien. Aunque solo sea una vaga sensación.
Del mismo modo que sucede en el BDSM, nuestra estabilidad esta para encima de nuestras fantasías. Cuestión de prioridades. Si controláis todo esto… adelante y olvidaos de juicios morales propios o ajenos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario