lunes, 22 de noviembre de 2021

La curiosidad

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La curiosidad es lo que mueve el mundo y las consecuencias pueden ir desde lo más relevante jamás descubierto antes hasta algo tan fútil como dos desconocidos dialogando en la barra de un bar. La curiosidad también mató al gato. Pero como siempre, a veces hay que pagar tantas vidas como peajes. La gente que se adentra por vez primera en el  BDSM lo hacen movidos por la curiosidad, no por la necesidad. Y de la misma manera, los resultados pueden ser tan magníficos como desastrosos. Satisfacer nuestra curiosidad no garantiza el éxito más allá de ese primer descubrimiento.

En ocasiones siento curiosidad por algunas personas de las que nada conozco. Apenas cruzo un "buenos días" o cualquier otra trivialidad propia de conversaciones de ascensor y, de repente, la curiosidad se apropia de mi razón. ¿Por qué sucede eso? Lo desconozco, sin embargo continúa sucediendo, imagino que será algún proceso químico del cerebro que escapa de mi entendimiento. Tampoco me preocupa comprenderlo. 

A veces, sin saber como, esa misma curiosidad la pierdo de repente, por cualquier acto propio o ajeno. Incluso porque miro a otro lado y cualquier otra cosa distrae mi atención. Pero en el mundo BDSM no puedes permitirte eso porque estamos hablando de relaciones donde el compromiso debe ser mutuo, equitativo y real. Como amo, si estoy mirando a una persona, nunca miro a otra. Y no es porque deba ser así sino porque yo soy así. Puede que mucha gente que se cruza y dice "hola" despierte esa curiosidad en mí, pero mis circunstancias me hacen responder un sencillo "hola" y continuar mi camino. Y no es que mi moral sea mejor que la de los demás (siempre me he declarado amoral) sino porque no conozco otra forma de ser que ser yo.

Pero si no estoy mirando a nadie y te cruzas en mi camino y tu "hola" despierta mi curiosidad, no dudes que iré a por ti cual Hannibal Lecter cuando, de repente, deja aflorar su instinto depredador y hace rechinar sus dientes. 

Y es que, en el fondo, seguimos siendo unos animales irracionales.


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