martes, 22 de febrero de 2022

Decidirse


Una vez más, vuelvo a retomar escribir sobre un tema que quizás sea el mayor común denominador en el mundo del BDSM: el hecho de tomar la decisión de tener una sesión por vez primera en tu vida. 

Aunque esta vez huiré de repetirme con mi teoría del autobús número 15, también voy a huir de esas frases de Mr. Wonderful estilo "los sueños solo son imposibles si no lo intentas". Seamos sinceros, todo eso está muy bien, pero son únicamente palabras.

Así pues, huyamos de frases y teorías motivacionales y vamos al origen de aquello que nos frena o nos empuja.

El miedo a lo desconocido es algo natural en el ser humano que se alimenta cuando imaginamos que ese algo nuevo es un mundo oscuro, doloroso y violento. El BDSM no es todo eso, puede serlo dependiendo de lo que busquen quienes lo practican, pero (para mí) el BDSM es un mundo luminoso, consensuado y respetuoso. Algo excitante y seguro. El secreto lo esconde la frase en sí misma: miedo a lo desconocido. Quizás primero deberíamos conocer, preguntar, observar, aprender... En la cocina, primero has de escoger que vas a cocinar, disponer de los ingredientes, conocer la receta y practicar. Y aun y así, es imposible que en el primer intento los jueces de Masterchef se quiten el sombrero delante de ti. Cuanta más información tengamos, menos miedo tendremos. Aunque eso no significa que nos decidamos por hacerlo o no. Pero seremos más libres a la hora de tomar esa decisión porque ya no estaremos secuestrados por el miedo.

 

Aunque, como buena tragedia y/o comedia, el miedo tiene varias caras. Otra cara es el miedo a lo conocido que somos nosotros mismos. El miedo a nosotros se asienta en proyectar en el futuro lo que no ha sucedido aun y, con toda seguridad, puede que nunca sucederá. Tenemos miedo a comenzar en el BDSM porque tenemos miedo a saber como reaccionaremos. Nos conocemos e imaginamos que el BDSM será para nosotros la peor de las drogas. Miedo a que una sesión de BDSM destruya nuestra personalidad, miedo a que cree una adicción innecesaria. Consideras saberlo todo sobre ti y eso te lleva a un callejón sin salida. ¿Cómo vencer ese miedo? Antes de mi primera sesión de BDSM imaginaba que, al acabar, yo sería otra persona, quizás alguien más cruel, desatado y maligno. Pero resultó que era la misma persona. Y después de cientos de sesiones, sigo siendo el mismo. Practicar BDSM no me ha cambiado como persona y si lo ha hecho ha sido solo para bien en conceptos de seguridad en uno mismo. Muchas veces leeréis a personas que han tenido sesiones BDSM decir que al acabar se sienten orgullosas y seguras de sí misma. Eso sucede y sucede casi siempre. ¿Cómo explicarlo? Ni idea. Quizás se deba a que sentimos que hemos hecho algo difícil, que nos hemos superado o que nos hemos liberado. Cada persona es un mundo, pero la sensación es casi siempre la misma. El BDSM podría llegar a cambiarnos pero solamente a corto plazo (despues de las sesiones) y siempre de forma positiva. Esa es mi experiencia al respecto.

Miedo al BDSM, miedo a nosotros mismos... y aún queda otro miedo. Miedo a nuestras circunstancias. Y este último miedo, aunque parezca el menos importante, es el más común y lo que más frena a las personas para tener su primera sesión BDSM. Mi respuesta es siempre la misma: nunca hay un buen momento para tener una sesión BDSM y siempre es el mejor momento. Porque siempre encontraremos una excusa para no hacerlo de la misma manera que siempre encontraremos una excusa para hacerlo. Hoy o dentro de 20 años. Nuestra realidad puede hacernos creer que es el momento menos idóneo para comenzar BDSM y puede que quien piense así, lo mejor que puede hacer es esperar porque para tener una sesión BDSM has de tener ganas y estar convencido. Es un error dejarte empujar por alguien o por ti mismo si consideras que no es el momento idóneo porque entonces abordarás la sesión con la peor de las predisposiciones. Pero también has de saber que siempre encontraras algo que te frene o te empuje aunque tus circunstancias sean radicalmente diferentes.

Miedo al BDSM, miedo a nosotros mismos, miedo a nuestras circunstancias... los miedos siempre están ahí y nos frenan. Pero no tan solo en el BDSM, también en el resto de nuestra vida. Y esa es la clave: darte cuenta de que practicar BDSM no es mayor ni mejor que cualquier otra cosa en tu vida. No te obsesiones con tomar una decisión, reflexiona sobre tus miedos y deja que todo fluya.

Y al final... he acabado este texto con una frase propia de Mr. Wonderful. Que asco me doy...





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