miércoles, 9 de marzo de 2022

Prácticas: hacer fotos o filmar

François Truffaut — Truffaut filming Fahrenheit 451 

¿Debéis aceptar que os hagan fotos y/o os filmen durante una sesión? La respuesta no acepta matices ni tampoco es una respuesta única porque depende exclusivamente de quien responda y cualquier respuesta será la correcta.

Nuestra privacidad debería estar por encima incluso de nuestra voluntad a la hora de practicar BDSM. Personalmente, me gusta jugar con todo lo visual siempre que a la otra persona acepte eso. Hace años conocí a una sumisa que tan solo conseguía sentirse sumisa cuando era filmada. En el otro lado de la balanza están las personas que huyen de todo eso. Y ambas opciones son respetables siempre que se tomen desde la absoluta libertad y siempre que sean respetadas por el resto.

Cuando estoy lejos de la persona con quien practico o cuando comienzo una nueva relación BDSM, puedo llegar a pedir a la otra persona que me envíe fotos para comprobar que ha obedecido a una orden o simplemente para provocarla. Pero eso es una petición, no es una orden. Y si la otra persona no quiere, olvidad los roles y respetad las voluntades ajenas. 

Respecto a filmar durante las sesiones, es algo que personalmente no me motiva (a no ser que le motive a la otra persona). Filmar una sesión es como esos conciertos donde todo el mundo está grabando con su teléfono móvil y no disfrutan del espectáculo. No filmo, no fotografío, pero a veces sí que pido fotografías fuera de las sesiones si la otra persona no pone inconvenientes.

La clave está en el diálogo y el respeto. Si alguien os pide filmaros o que os hagáis fotografías, no le tildéis de loco y/o enfermo, si no os gusta decid simplemente no. Si alguien os pide que le filméis, lo mismo. Haced aquello que haríais, por ejemplo, cuando practicáis cualquier otro acto íntimo ajeno al BDSM. Que nadie os fuerce a hacer nada sobre lo que tengáis serias dudas. Hay que recordar una vez más la línea que diferencia la práctica del BDSM con el abuso y esa línea se llama respeto.

Y, sobre todo, recordad que las filmaciones o las fotografías, tienen un propósito provocador en este contexto, ya sea durante o después para contemplarlo en pareja. Pero recordad también que tienen un propósito con fecha de caducidad. Si os gusta esta práctica, adelante pero recordad siempre borrar después esas fotos y esas filmaciones. SIEMPRE. Creo que, como amo, es lícito que empuje a alguien a que me envíe una foto para sacarla de su zona de confort, incluso cuando no lo hacen puedo reprocharles su cobardía (cuando ese es el motivo) pero presionar no significa obligar. La diferencia es mayor de lo que parece. Además, solo presiono si veo que la otra persona está receptiva a esta práctica.

Aunque, como toda práctica, en ciertos momentos pensamos que podemos hacerlo, incluso nos apetece... y luego somos incapaces de finalizar la tarea. Es normal que alguien diga que va a enviar una foto, la haga y, a la hora de enviarla, se bloquee y borre la foto. Porque cualquier práctica requiere de un desbloqueo mental que, en ocasiones, no sucede a la primera aunque lo deseemos.

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