domingo, 8 de mayo de 2022

Prácticas: coprofagia

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Un momento ¿hablamos de mierda? No vas a continuar leyendo, mejor no ¿no? De acuerdo, no lo hagas, estás en tu derecho. Los límites nos permiten esto, llegar al lugar que queremos y evitar el resto. Incluido en la lectura. De todas formas imagino que alguno de los lectores puede ser un coprófago en potencia. Yo no lo soy, de hecho me causa un rechazo innegociable, incluso escribir esto me está causando cierto rechazo, pero, a pesar de ello voy a forzarme a hablar (escribir) sobre la coprofagia. ¿Por qué? Porque siempre he defendido que nada es reprochable si las personas (desde su libertad) deciden hacer algo sin hacer a otros daño (a no ser que quieran que les hagan daño). Y sobre todo porque siempre he pensado que si quieres divulgar algo no puedes permitir que tus gustos condicionen cuanto explicas porque si no esto acabaría siendo uno de esos programas de deportes donde los periodistas llevan camisas de sus equipos y solo ven virtudes propias y defectos ajenos.

Se entiende por coprofagia la ingestión voluntaria de heces (mierda). 
 
Así, sin paños calientes.

A algunas personas dominadas les gusta esta práctica del mismo modo que se los gusta ponerse todas las heces por el cuerpo y embadurnarse de la mierda de su dominante como si del mejor de los regalos estuviésemos hablando. Las pueden ingerir o no, a pesar de que el término "coprofagia" implique la ingestión. Pero un momento, releer la definición: ingestión VOLUNTARIA. Es decir, la coprofagia es de aquellas prácticas que el sumiso o la sumisa debe estar totalmente convencido al 100% de aquello que hace y nunca presionado por nadie.

Y este es uno de los motivos por el que me empujo a escribir sobre un tema que rechazo: porque todo el mundo debería tener la libertad de hacer lo que desea siempre que sea algo sano, seguro y consensuado.

Hablando de amos y amas: es una práctica bastante intensa, no probéis si no lo tenéis claro, ni tan siquiera lo sugiráis si no lo tenéis igual de claro que la persona dominada. De la misma forma, si lo tenéis claro: experimentad.
 
Y, para acabar, me gustaría hacer una pequeña reflexión... la gente que no conoce el BDSM pensará que el BDSM es algo malsano por contener prácticas como la coprofagia. Tengo algo que preguntar a estas personas: ¿dejáis de comer porque no os guste un plato? ¿Opináis que todos los que van al cine son unos enfermos porque a algunos les gusten las películas gore? ¿Creéis que el pensamiento único es lo que prevalece? Puede que algo no nos guste, lo rechacemos e incluso lo criminalicemos, pero incluso así, tenemos que reflexionar que una parte no hace un todo.  Y tenemos que asumir que en el BDSM, como en la vida, hay cosas que nunca haríamos, pero que a otros les encanta.

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