miércoles, 29 de junio de 2022

Perversiones



¿Está la perversión en el campo del defecto o de la virtud? La canónica definición asegura que un ser perverso es “una persona que obra con mucha maldad y lo hace conscientemente o disfrutando de ello” pero también es “una persona que implica o denota perversidad”. De nuevo vamos a bucear en el diccionario la palabra “perversidad” para encontrarnos con lo siguiente: “cualidad de perverso”. Es decir, que una persona perversa es alguien que es malo siendo consciente y disfrutando de ello. No hay más donde rascar. ¿Acaso ser “malo” no es un concepto subjetivo? Observando los toros desde la barrera, quienes practicamos BDSM somos malos porque castigamos, golpeamos, usamos, azotamos, humillamos, etc. a otras personas (o dejamos que nos hagan eso). ¿Dónde queda el consenso en esta ecuación? Si actuamos de forma perversa con alguien que desea que actuemos de forma perversa con ella (consenso) es entonces cuando la perversidad pierde su connotación negativa y se convierte en placer. 

Puedo ser perverso, el mas perverso, pero solo cuando practico BDSM y solo con el consenso de la otra persona. Fuera de ese escenario y ese momento, puede que sea perverso de mente, pero no de obra. 

La perversidad es excitante, que alguien se deje pervertir es abandonarse a los placeres mas amorales y prohibidos con la mejor de las excusas. ¿Obligar a otra persona a vestirse de colegiala e ir vestida todo el día así hasta el momento del encuentro puede considerarse como algo perverso? En realidad es algo inocente, divertido… y solo sería perverso si la persona que debe vestirse hace lustros que abandonó el colegio, pero incluso así tiene mas de diversión que de perversión. ¿Qué es perverso entonces? ¿La crueldad es perversa? ¿La humillación es perversa? 

Imaginad una persona que se va a encontrar con otra que le dobla, casi le triplica la edad. La persona de edad avanzada quiere que la persona joven actúe como si fuese su hija, quizás su nieta. Imaginad que la persona joven quiere que el casi viejo actúe como un padre para ella, un abuelo. Padre o abuelo perversos. Ambos (padre/abuelo e hija/nieta) finalizaran el trayecto en habitación con  el único propósito de hacer cosas inimaginables entre familiares directos. ¿Es eso perverso? Visto desde fuera, quizás. Visto desde dentro es igual de perverso que de excitante. Y esa es la clave de todo: la excitación. Porque si la perversidad (dentro del consenso) genera excitación al ser un personaje activo, entonces la perversidad parecerá un acto natural y deseado. Pero si la misma perversidad (dentro del consenso) es vista por un personaje pasivo que no conoce los entramados de cuanto sucede, un mero espectador, entonces nos encontraremos con un juicio de valor que convertirá esa perversidad en algo negativo. 

Si no estamos en ello, estamos contra ello. Y es que la excitación, hace de la vida algo más divertido, siempre. Así que mejor pasar de actor a espectador...


Aquí os dejo una lista con algunas ideas "aparentemente" perversas, no juzgad, simplemente leedla por si os da alguna idea para vuestro día a día, para echar un poco más de pimienta a ese soso plato que es la vida. Esta no es una lista "canónica", solo son ideas (hay muchas otras) que pueden combinarse para hacer de la cotidianeidad algo excitante.

1- Pasar hielo por el cuerpo de la otra persona (especialmente por partes sensibles como pezones, sexo, etc.) estando la otra persona atada.

2- Rol de emputecimiento, hacer que la otra persona te espere en la calle, ir a buscarla en coche, preguntarle cuanto cobra, que suba, ir a un descampado, que te haga sexo oral, pagarle por ello y volverla a dejar donde la recogiste. Como si no la conocieses de nada y no volvieses a verla mas. También puede ser en un hotel, etc.

3- Grabar las sesiones para que se tenga la sensación de que hay alguien mirando. Borrar después las fotos, grabaciones, etc.

4- Obligar a la otra persona a que te haga una felación mientras estas sentado en un sofa manteniendo una reunión de trabajo por teléfono.

5- Usar dos vibradores al mismo tiempo (vagina y ano)

6- Lluvia dorada (en la bañera)

7- Obligar a la otra persona a que te envíe una foto desnuda cada día al salir de la ducha.

8- Obligar a la otra persona a llamarte por teléfono y que se masturbe, sin hablar, cuando se corra, colgar.

9- Obligar a la otra persona a no depilarse el pubis y que te envíe cada día una foto para que veas como crece el pelo. Cuando necesite depilarse por el motivo que sea deberá ir a tu casa y la depilarás tu mismo. Luego se irá.

10- Después de la sesión ponerle un tapón anal (plug) a la otra persona (sumisa), quedar después en un bar cercano para tomar algo, la persona (sumisa) seguirá llevando el tapón anal.

11- Usar un vibrador con control remoto en un bar lleno de gente. La persona sumisa no controla cuando el amo lo enciende o no. Debe mantener la calma.

12- Hacer venir a la otra persona para que te haga un strip-tease, meterle un billete en tanga, cuando acabe decirla que se vista y se vaya a tomar un café con ese dinero que se ha "ganado".

13- Que la persona sumisa se masturbe delante de la persona dominante quien está sentada en un sofá observando sin decir nada, quizás tomando una cerveza, sonriendo. Cuando la persona sumisa se corre, se viste y se va sin decir nada. De nuevo algo silencioso, casi impersonal, sexo excitante sin mas.

14- Pinzas en pezones y/o vagina

15- Azotes

16- Humillación verbal

17- Quedar en la habitación de un motel o hostal barato, tener sexo e irse sin decir nada (todo impersonal, sexo por sexo, sin conversaciones).

18- Eyacular en la cara de la persona sumisa. La sumisa llama por teléfono a alguien de mucha confianza con video llamada para que vea su cara manchada o le envía una foto de su cara manchada.


lunes, 27 de junio de 2022

Las musas


Intento escribir día tras día, sin descanso, aunque apenas salgan tres palabras inconexas y garabateadas en una servilleta a modo de haiku. Algunos de esos días la cotidianeidad hace que llegue al alba sin haber escrito nada y es entonces cuando freno en seco y escribo cualquier cosa. Debo aclarar que "cualquier cosa" no incluye la cesta de la compra, un correo electrónico ni tampoco un recordatorio en la pizarra de la nevera. Para mi, la escritura forma parte de la vida pero es algo que debe trascender a la vida misma. Cuando ya no estemos en este mundo (ni vosotros ni tampoco yo) mi lista de la compra o los recordatorios de la pizarra, no existirán. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Pero quizás estas palabras en este blog, quizás en mis cuadernos o en mis novelas, consigan una vida más longeva que quien las escribió.

Cuando alguien se defiende con "yo no se escribir" le argumento que todos escribimos a diario y lo hacemos más allá de lo cotidiano. Quizás sea un correo electrónico a un ex-amante donde exponemos nuestras emociones de forma cuasi literaria, o una nota en el móvil donde escribimos una frase que ha cruzado a toda velocidad por nuestro cerebro. Y todas esas palabras, quien sabe si trascenderán o no, pero son oro puro.

Los seres humanos somos los únicos con la capacidad de utilizar el lenguaje a modo de fábula, dotándola de una complejidad que parece inverosímil. Hay gente que escribe bien y gente que no escribe tan bien. Aunque eso es lo de menos: todos fabulamos porque todos imaginamos. Absolutamente todos nos expresamos de forma artística en algún momento de nuestra vida.

Pero me he dado cuenta de que para escribir a diario y de forma intensa, necesito eso que llaman una "musa". Las nueve musas siempre están ahí, dispuestas a echarnos una mano. Pero creo que he abusado tanto del mito de Plutarco que las musas clásicas ya no me rinden cuentas. Por eso necesito de musas mas humanas... más mundanas... más carnales... 




sábado, 25 de junio de 2022

Interés Vs desinterés



El interés que sentimos por las cosas (contando el BDSM como una "cosa") suele ser tan variable como la hoja de un árbol azotada por la ventisca. De un lado a otro, dejándose llevar por la corriente, cayendo al suelo y volviendo a izarse para acabar en otro lado.

Nos interesamos por las cosas con la misma rapidez con que nos desinteresamos. El interés suele tener unos motivos, pero el desinterés también los tiene. En el interés esos motivos pueden ser curiosidad, aburrimiento, descubrimiento, etc. Los mismos que el desinterés cuando la curiosidad ha sido satisfecha, nos aburre repetir lo mismo o hemos descubierto algo mejor. 

Ese interés (o desinterés) se da tanto en personas como en cosas, lugares, emociones, etc. y forma parte de la esencia del ser humano. No es malo ni bueno, es simplemente nuestra forma de proceder. Debemos comprender que el desinterés no significa que el objeto de nuestro interés haya cambiado. Somos nosotros los que cambiamos. Si sentimos interés por algo o por alguien, no es necesario que ese algo o ese alguien hayan cambiado, somos nosotros los que sentimos desinterés porque cambiamos nuestra perspectiva o nuestra realidad. O simplemente porque hemos saciado nuestra curiosidad.

El problema comienza cuando las personas, objetos del desinterés, creen que han hecho algo mal lo que provoca esa perdida de interés por ellas. Por supuesto que a diario hacemos cosas bien y cosas mal, pero el hecho de que alguien pierda el interés por nosotros puede no tener nada que ver con eso. La famosa frase de "no eres tú, soy yo" es mas cierta de lo que parece.

¿Somos peores porque alguien deje de interesarnos? No. 

Quizás el único problema radica en como transmitimos esa perdida de interés, porque si deja de interesarnos una película y apagamos el televisor antes de que acabe, la película no se sentirá ofendida ni herida por este abrupto final fruto de la pérdida de interés. Pero si dejamos de hablar con alguien porque hemos perdido el interés por esa persona, eso tendrá consecuencias frustrantes a nivel emocional.

Pero no todo el mundo sabe manejar el desinterés. Esa la realidad en la que vivimos. Y tenemos que saber manejarnos con eso. Incluso aunque ese desinterés se traduzca en que alguien nos bloquee y no podamos saber las causas de ello. Porque incluso en el desinterés, la educación sigue siendo importante.

La mala educación, quería decir.

lunes, 6 de junio de 2022

Confianza

 Voltaire, el filósofo que siempre tenía razón

Podría ser un impostor, podría usar las siglas de otra persona, las fotos de otra persona, dar la dirección de este blog a otra persona. Tú, que me lees, podrías desconfiar de mí por defecto. Aunque también podrías confiar, independientemente de los escenarios.

Curiosamente, mi último post iba sobre la confianza. 

Podría ser un asesino, podría ser el arzobispo de Salamanca, podría ser quien digo ser o cualquier otra persona. La verdad es que solo yo sé quien soy realmente, incluso ni eso.

Cuando vayáis a desconfiar de alguien, al menos, tened un poco de clase, tan sólo eso. Y es que, como decía Voltaire, “El que sospecha invita a traicionarlo.”

jueves, 2 de junio de 2022

La confianza

 Confia En Mi GIF - Confia En Mi Al Oido Confianza - Discover & Share GIFs

En la confianza, como con la culpabilidad, existen diferentes formas de enfrentarse a ella: o desconfiamos hasta que nos demuestren lo contrario, o viceversa. Es cierto que es más fácil confiar en según que personas y desconfiar de según qué otras, pero también es cierto que cuando se comete un asesinato siempre aparece en las noticias un vecino en pijama diciendo “pues parecía una buena persona, nunca daba problemas”. ¿Confiar o desconfiar? Depende de lo que vayas a hacer o como te vas a relacionar con esa persona. Evidentemente, en el BDSM ha de existir una confianza que evolucionará desde una necesaria desconfianza. Pero si vas a comprar un lenguado y el pescadero te asegura que es fresco, las consecuencias de una excesiva confianza tampoco serán letales, como mucho será una cena fallida. Así pues, confiar o desconfiar de primeras depende, muchas veces, del “que” y no del “quien”, hay personas que siguen desconfiando de forma “automática”. La mayoría de las veces esa desconfianza natural nace de experiencias pasadas, de como los demás ven a esa persona (y lo que creen que pueden “conseguir” de ella) o simplemente porque nuestra personalidad se basa en la desconfianza. También existe la desconfianza nacida de la vulnerabilidad, del miedo a no saber defenderse, lo que hace que convirtamos riesgos en realidades a causa del miedo a cuanto pueda suceder. Todos, en cierta manera, en algún momento, nos hemos sentido así. Reconozcámoslo y así podremos comprender a los demás.

Si a una persona le cuesta abrirse, también le costará confiar, porque la confianza se construye desde el conocimiento mutuo y, para eso, hay que abrirse.

No me preocupa la gente desconfiada por naturaleza porque no desconfían de mí, sino que desconfían de todos o de ellos mismos. Además, estoy cargado de una paciencia cuasi infinita y, a no ser que me provoquen, estoy dispuesto a invertir todo el tiempo del mundo en derribar muros si la otra persona me resulta interesante.

El problema llega cuando la desconfianza se torna en mala educación. Pienso que todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Por eso, si no he hecho nada, no merezco ser castigado. Aunque, incluso con la gente maleducada, hay que intentar comprender que no están desconfiando de nosotros sino de ellos mismos. Y esa es una tortura que llevarán por siempre. Tanto su pésima educación como su desconfianza que, aunque no lo sepan, son dos cosas diferentes.