sábado, 23 de julio de 2022

Abstracto Vs concreto


Cuando algunas (o muchas) personas leen las siglas BDSM, lo primero que les viene a la cabeza es cualquier idea relacionada con lo negativo, con violencia, con inmoralidad o incluso con ilegalidad. Y lo comprendo. El desconocimiento nos mueve a criminalizar lo que desconocemos porque si no está en nuestro equipo significa que está en el equipo contrario que se convierten en nuestros rivales. 

El ser humano es de pensamiento binario: o blanco o negro, o bueno o malo, o conmigo o contra mi. Y continuo mi discurso repitiendo que lo comprendo. Funcionamos así, no es un reproche ni un lamento. El pensamiento binario es consecuencia de la necesidad de diferenciar las cosas y de la simpleza. No hace falta un pensamiento abstracto (un esfuerzo mental) para diferenciar las cosas, eso nos permite catalogar rápidamente y sentirnos cómodos con esa etiqueta. Diferenciamos lo malo de lo buena de forma simple porque eso nos ayuda a tener un espacio. Y el BDSM, por el motivo que sea, siempre acaba en la parte negativa de ese interruptor de dos posiciones.

Pero si no sabéis lo que es el BDSM y sentís una mínima curiosidad, apartad entonces esas ideas negativas preconcebidas y comenzad de nuevo: leed, investigad, preguntad, experimentad. No vais a ser peores personas por probar el BDSM de la misma manera que no sois mejores personas si vais a misa los domingos. Esto no va de buenos y malos porque entonces volveríamos al pensamiento binario que tanto daño hace y que nos hace caminar hacia detrás, cual deliciosos cangrejos.


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