martes, 16 de agosto de 2022

la critica de la sinrazón


A menudo me pregunto el verdadero motivo por el que nos criticamos los unos a los otros convirtiendo este acto banal en deporte nacional. Los siete pecados capitales son, a saber: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza. Si crees en eso entonces estarás convencido/a de que la crítica nace del pecado de la envidia. ¿Pero es realmente un pecado? O por preguntarlo de otra forma: la crítica es un pecado o una virtud. Sin pensamiento crítico no existiría la sociedad actual. Y es aquí donde quiero ir a parar: la critica tiene dos caras, una es constructiva y otra destructiva, Y cuando me refiero a que me pregunto por el motivo de la crítica, me refiero a la crítica destructiva. Es decir, esa crítica que, a menudo nace del desconocimiento y crece con el prejuicio.

En este blog he escrito sobre el prejuicio, la crítica, las etiquetas, etc. relacionado todo con el BDSM.

Siempre me han fascinado las películas de James Bond, desde que era pequeño y apenas entendía lo que era capaz de ver. Recuerdo verlas siempre con mi padre y siempre había algún momento en la película en la que Bond seducía a alguna mujer o ganaba alguna partida de Blackjack y mi padre me susurraba en silencio "eso no pasa en la vida real". Yo siempre sonreía para mis adentros porque minutos antes Bond había hecho mil acrobacias en la nieve, había usado imposibles gadgets o había matado a tres villanos con una sola bala. 

Ahí radica la clave de la crítica: criticamos aquello que nos es cercano, que creemos entender y obviamos lo que es tan fantástico que sabemos que no pertenece a nuestra realidad.

Si criticas el BDSM es porque sabes que es real, que podría ser aun mas real, piensa en ello.

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