martes, 14 de febrero de 2023

La vuelta de la señora F (relato)


La señora F vuelve a estar arrodillada en la entrada de su casa, como meses atrás. Han pasado demasiadas cosas y no todas han sido buenas. Quizás ese sea el motivo por el que está repitiendo esta rutina. Aunque eso la aterra y la entristece a partes iguales porque se convertiría en un motivo que dibuja a trazo fino una realidad donde las cosas no tan buenas seguirán ahí y solo podrán ser contrarrestadas por momentos de puntual locura. Como el de ahora.

La señora F vuelve a estar arrodillada y desnuda. Una desnudez que nunca la ha molestado. Le apetece mostrarse completamente desnuda a quien la va a dominar. Es como transmitir la idea de que, desnuda, nada puede ocultar.

La señora F vuelve a estar arrodillada, desnuda y con una venda en los ojos. Y esa sensación, o mejor dicho, la perdida de ese sentido es lo que le da sentido a absolutamente todo. Porque expuesta y, sobre todo, sin poder ver, genera una sensación de falta de control que es uno de los motivos que la ha llevado a volver a estar ahí. Todos esperan que ella, mujer fuerte donde las haya, solucione los problema del ecosistema que la rodea. Todos la ven como aquel quien tiene la fuerza necesaria para cambiar las cosas y tomar decisiones. Pero cuando la toma de decisiones implica daño o error, todos miran hacia otro lado y la señora F debe tragarse sus lágrimas en soledad. Por eso adora perder el control durante unas horas. No tiene que pensar, no tiene que tomar ninguna decisión que afecte a nadie. No hay riesgo. Solo placer y obediencia.

La señora F vuelve a estar arrodillada, desnuda, con una venda en los ojos y la boca abierta. Escucha como su amo, o al menos ese que lo fue, ha vuelto y está bajando la cremallera de su pantalón. Ella sonríe satisfecha, siente su sexo mojado y palpitando. La señora F solo quiere que aquel hombre la coja del pelo y le folle la boca mientras la abofetea, le castiga los pezones y la humilla porque para la señora F ese es el mejor momento del día, de la semana, del mes y quizás del año. El hombre mete su pene en la boca de ella y el circulo se cierra. Ahora solo debe cumplir su tarea, no hay mas pensamientos que ese.

La señora F vuelve a estar arrodillada, desnuda, con una venda en los ojos, la boca abierta y la polla del amo dentro.

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