Hace 37 años que practico BDSM (según cuando leas esto quizás hará más... es lo que tiene el paso del tiempo), cuando la gente me pregunta como comencé, la respuesta siempre es la misma: conocí a alguien. Este primer paso suele coincidir con dos factores, o bien que estés interesado en este mundo y busques a alguien que te amplíe información, o bien, en tu vida te encuentras con alguien que te dice que practica eso. Y decides probar. Ya sea que la palanca que te mueve sea algo pasivo o activo, el resultado suele ser parecido. Verdad es que si tienes "eso" dentro de ti y buscas información, serás más receptivo a cuanto suceda, pero la sorpresa también es una palanca que funciona.
Hace 37 años conocí a una mujer, mayor que yo y casada, con la que establecí una relación de amantes. Un día, en uno de nuestros encuentros, me dio a entender que ella necesitaba ser mas pasiva en el sexo, es decir, quería que yo fuese mas activo, que la manejase, le dijese que hacer y que, en cierta forma, me aprovechase de ella. El termino "aprovecharse de alguien" queda extraño a no ser que venga de una persona experimentada en el BDSM que quiere transmitir a alguien no experimentado la esencia de lo que pretende: soy sumisa, aprovéchate de mi. Fue la simpleza (y la osadía) de la propuesta la que nos hizo ahondar cada vez mas en esa relación donde yo me convertí en amo de una sumisa con experiencia. Hasta donde llegar o que probar fue siempre algo consensuado, esa persona nunca me movió a un espacio donde yo no me sintiese confortable, también es verdad que esa mujer me volvía loco y que yo era un joven osado y sin aparentes miedos, quería probarlo todo y casi todo probé con ella.
¿Una persona dominada educando a una persona dominante? Por supuesto que si. El BDSM no es esa tontería de "50 sombras de Grey", creedme. Porque aquí hablamos de personas, no de roles. De una persona con experiencia que es tutora de alguien sin experiencia, independientemente de los roles. Después, con el paso de los años me he encontrado con gente con experiencia pero también con gente sin experiencia de la que tuve que ser su tutor o maestro. No os llevéis las manos a la cabeza con eso de "maestro" o "aprovecharse de alguien", son son tan solo palabras que expresan un concepto. No me considero maestro de nada ni nunca me he aprovechado de nadie sin consenso.
Volvamos al meollo del texto: hay dos formas de comenzar en el BDSM, de forma activa o pasiva. O por decirlo de otra forma, que la curiosidad nazca de tu interior o que otra persona te inculque esa curiosidad. Pero al final, si decides probar, es simplemente por eso... por curiosidad. Si eres una persona activa, alguien podrá decirte que tu curiosidad es necesidad, y quizás tenga razón. Pero para que exista una necesidad antes ha de existir una curiosidad. Algo que nos comience a calentar desde dentro y mueva nuestros pies hacia el conocimiento de algo que desconocemos.
Mi experiencia es la de alguien dominante que disfruta practicando aquello que le hace sentirse vivo, que disfruta encontrando gente a quien descubrir y de quien aprender... y da igual si a mi me educó una sumisa o un maestro jedi. Porque al final serás lo que quieras ser, independientemente de quien te abra la puerta.
¿Y se es mejor en el BDSM si has comenzado de forma activa o pasiva? Algunos dirán que te irá mejor si has comenzado de forma activa porque tu curiosidad habrá sido fruto de una necesidad latente en tu interior. De acuerdo, pero también cabe la posibilidad de que esa necesidad tenga unos latidos tan lentos que ni sepas que existe hasta que alguien hace latir tu corazón aceleradamente. La curiosidad. Muchos escritores lo fueron porque un profesor del colegio les recomendó libros o les motivó. ¿Hubiesen sido escritores de todas formas? Puede que si, más tarde quizás. Pero el resultado final es el mismo. Y también muchos alumnos de esa misma clase, con ese mismo profesor, nunca escribieron nada más allá de la carta a los reyes magos.
Con esto pretendo explicar que da igual cuando y como comiences si crees que esa puerta que hay frente a ti, merece ser abierta. Corrijo: no frente a ti... sino dentro de ti. Una puerta dentro de ti que la curiosidad te mueve a abrirla y mirar a su interior por un pequeño resquicio.
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