viernes, 6 de octubre de 2023

La distorsion en la virtualidad


Leyendo la experiencia de una persona acerca del BDSM y la virtualidad, casi me he visto forzado a escribir alguna líneas sombre mi propia experiencia. Porque lo experimentado por esa persona y lo que yo he experimentado con la virtualidad es bastante parecido y algo me dice que puede ser una pauta de conducta.

Lo primero de todo hay que reconocer que aun no estamos preparados para cualquier tipo de relación (sea la que sea) en el mundo virtual. Siempre he dicho y escrito que la virtualidad distorsiona las cosas porque como nos falta información (visual, sonora, táctil, etc.) llenamos esos huecos con nuestra propia imaginación y eso nos lleva al primer inconveniente de la virtualidad: lo real nunca será tan bueno como lo que hemos imaginado en lo virtual. Porque la imagen virtual está construida en base a nuestro ideal mientras que lo real, sea mejor o peor, siempre será diferente de ese ideal que hemos construido poco a poco. Y la decepción (casi) siempre sucede.

El segundo inconveniente de lo virtual es la magnificación de todo cuanto sucede. Como no es real, nos esforzamos por que sea mas real que la realidad misma. En la virtualidad todo transcurre a una velocidad mayor que en la realidad y eso también magnifica y retuerce nuestras emociones de forma que, lo que en la realidad seria caminar tranquilamente y contemplando el paisaje, en la virtualidad es un viaje en una montaña rusa.

Como podéis leer, en ambos casos el inconveniente viene por la falta de información que distorsiona la realidad.

Pero no todo va a ser malo, porque también puede suceder que solamente en la virtualidad encontremos esa persona que se ajusta a nosotros como un guante de látex. Si obviamos las desventajas, la virtualidad se convierte en una oportunidad. Sobre todo porque es difícil encontrar gente que practique BDSM en un centro cultural o en una cafetería. El BDSM es aun un mundo lleno de prejuicios (lo dicen quien suscribe esto tras un seudónimo) y esos prejuicios hace que sea un mudo subterráneo donde es difícil encontrar a la persona correcta. Es ahí donde la virtualidad se convierte en una ventaja,

La virtualidad, como la realidad, tiene sus ventajas y sus desventajas. Yo siempre defenderé que el BDSM ha de ser algo real, pero que si comienza en la virtualidad, bienvenida sea. El único inconveniente que veo es ese "encantamiento" que sucede en la virtualidad y que, al volver a la realidad, suele romperse siempre.

Mi consejo: si algo os funciona bien en la virtualidad, cuando paséis a la realidad con esa persona, no perdáis los ánimos si esa persona no parece la que os escribía en el mundo virtual, es la misma. Lo único que tenéis que hacer es armaros de paciencia y volver a comenzar con esa persona en la realidad teniendo en cuenta que la virtualidad ha sido lo que os ha llevado hasta ahí pero que ahora debes olvidar.

Y si decidís quedaros en el mundo virtual, bien por vosotros, siempre que sepáis que esa relación BDSM virtual es la que es, y en la realidad sería otra cosa diferente.

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