viernes, 12 de abril de 2024

Liberarnos

 


La magia de convertirnos en nosotros mismos es una contradicción que rechazamos contantemente. A diario, revisitamos nuestra vida para después aseverar, con inquebrantable vehemencia, que siempre hemos hecho lo que hemos querido porque somos libres, auténticos y únicos. Una mentira envuelta en papel de regalo y con un bonito lazo que nosotros mismos nos hemos encargado de hacer.

Convertirnos en nosotros mismos es algo sencillo, también es (casi) imposible de conseguir. Despojarnos de toda apariencia y asumir lo que realmente somos y deseamos es un golpe de realidad tan contundente que preferimos vivir en la comodidad de lo establecido, en la moral de lo sugerido, en la bondad de lo falso. Y seguimos asegurando que ninguna cadena nos retiene. Somos tan egocéntricos que somos incapaces de reconocer que somos egocéntricos.

Hay gente que acude al psicólogo, al psiquiatra o al bar de la esquina a conseguir ese proceso, mirando hacia dentro de si mismos (o hacia dentro de un vaso de gin-tonic) para descubrir que, en esencia, son otras personas. Que sus deseos son sucios, inmorales e incluso rozan la ilegalidad.

Practicar BDSM nos acerca a ese momento de libertad amoral. Pero también existen otras palancas (parafraseando a esos ridículos gurus de la autoayuda) que nos acercan a esa persona que realmente somos. El arte es una de esas “palancas” que nos rescatan para liberarnos, como creadores, aunque los receptores estén contemplando un cuadro e interpreten que esos trazos son un proceso. Solo hace falta ver los cuadros de Van Gogh, las películas de Kubrick o las novelas de Bukowski, para reconocer que esos genios están liberando su autentico yo sin necesidad de pasar por el psicólogo… y a riesgo de acabar cortándote una oreja para enviársela a tu amante amada.

Liberarse es necesario, aunque sea cinco minutos a la semana, aunque sea escribiendo dos frases, lanzando dos pinceladas a un lienzo en blanco o permitiendo que alguien te ponga una venda en los ojos.

Liberarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario