jueves, 18 de febrero de 2021

Velocidades

Movimiento y Velocidad: VELOCIDAD MEDIA

Vivimos una sociedad donde la inmediatez es la velocidad con la que transcurre casi todo. No tenemos tiempo para detenernos y reflexionar porque ya tenemos en la cola cien cosas más sobre las que reflexionar. Vivimos en la sociedad de la sobreinformación, un aluvión de datos que nos llegan por todos lados, aunque especialmente llega por todo aquello que tenga una pantallita brillante (ordenadores, teléfonos móviles, televisión, etc.). Nuestro cerebro ha evolucionado a una velocidad inferior a la que van las cosas hoy en día. Punset aseguraba que en los últimos cien años, la sociedad ha evolucionado a tal velocidad que nuestros cerebros siguen siendo "prehistóricos" en comparación con cuanto nos rodea. Esta endiablada velocidad nos mueve a poner etiquetas con la misma ligereza de quien ve pasar un anuncio desde el asiento de un tren. Etiquetamos rápidamente y pasamos a la siguiente cosa, porque la lista de cosas que nos llegan es tan grande que no podemos perder el tiempo en sentarnos a reflexionar sobre cualquiera de ellas. Además, si hiciésemos eso nos perderíamos el último capítulo de una serie coreana de Netflix o el directo de un instagramer argentino que se tira eructos al ritmo de la canción de moda.

A mucha gente le atrae el BDSM, son conscientes de que hay algo en esta práctica que les hará vibrar. Pero, en vez de leer, preguntar, proponer... etiquetan al BDSM como eso "peligroso" o "enfermo" o "oscuro" y prefieren abrir el tik-tok en sus teléfonos móviles para contemplar a adolescentes intentando replicar el baile de moda. ¿Por qué sucede eso? La respuesta es sencilla: porque practicar BDSM no es algo inmediato. Si vas a comenzar en este mundo debes leer mucho, informarte, contactar con personas con quienes comenzar, decidirte, encontrarte con alguien, repetir experiencias... es un trabajo arduo del cual no sabemos si tendremos éxito.

Pero si entramos a Netflix sabemos que seleccionaremos algo que nos atrae y nos proporcionará placer inmediato. Y el máximo desastre que puede suceder con eso es que dejes la película o la serie a medias porque te aburre.

Vivimos en una sociedad donde la inmediatez es sinónimo de placer.

Curiosamente, en el BDSM, el placer requiere paciencia.

Un placer superior, en terminos casi infinitos, al que te puede proporcionar ver una serie de televisión en pijama en el sofá de tu casa.

Pero para encontrar ese placer hay que olvidar la obsesión por la inmediatez, tomar la decisión de levantarte del sofá y atreverte a descubrir.

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