Se nos llena la boca hablando del factor ADN cuando intentamos definir la peculiaridad de algunas personas: “este jugador tiene ADN ganador”, “es un político con ADN”, “la novela tiene el ADN de la buena literatura”, etc. La eterna lucha entre quienes defienden el constructivismo vs. los que se reafirman el determinismo.
En este blog he escrito antes sobre el tema.
Quien se adentra en el BDSM lo hace como consecuencia del determinismo, ese "algo" dentro suyo que le mueve a armarse de una linterna y adentrarse en la caverna de lo desconocido. El determinismo es un puzzle construido en base la curiosidad, la necesidad o cualquier otro motivo que nos queme dentro del pecho y nos obligue a comenzar a caminar. Pero es en ese camino donde el constructivismo es la guía, todo cuanto hemos aprendido nos llevará por un camino y otro de la caverna e incluso nos puede hacer salir corriendo a toda prisa.
El problema, en el BDSM, es que la base de todo ese constructivismo es un catálogo que siempre ha sido impreso en páginas negras con letras de color rojo sangre. Y eso asusta. Desde este blog siempre he intentado defender el BDSM como algo luminoso, blanco y divertido. Algo excitante que refuerza nuestra personalidad hasta límites que nunca imaginaríamos. Ese constructivismo que nos dice que pegar, insultar, humillar, atar o “aprovecharse” de otra persona es, además de casi un delito, algo amoral y que va en contra de lo que se supone que debe ser una buena persona. De la misma forma que el imaginario BDSM va en contra de quien se adentra en este mundo, la moral causa el mismo efecto. Es por ello que, aunque el determinismo nos empuje, el constructivismo nos detiene. Incluso sucede al contrario, dependiendo de nuestra personalidad. Pero en el BDSM, constructivismo y determinismo se pelean por conseguir ganar singular combate.
¿Y el ADN que tiene que ver con todo esto? Olvidaos de quien declara que una persona dominante o dominada nace así. De la misma manera olvidaos
de quien formula que dominantes y dominados se hacen. Porque quien realmente disfruta del BDSM es aquella
persona que sabe que ha nacido para eso y que su vida le ha facilitado eso. Una
mezcla de constructivismo y determinismo que hace que comprendas y disfrutes. Ambas cosas, no una sola. Constructivismo y determinismo han de ir de la mano.
Si sientes curiosidad por algo, si crees que puedes disfrutar con algo. Descúbrelo por ti mismo. Ya sea BDSM o cocinar un cordero al horno.
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