viernes, 26 de agosto de 2022

Las señales


Rechazo la idea de que algunas cosas que sucedan en nuestras vidas sean consecuencia del azar o del destino. Me gusta la idea de pensar que lo controlo todo. Incluso controlo al monstruo que escondo. Por este motivo nunca he querido hacer caso de las señales, porque eso significaría seguir un camino azaroso que escapa a mi control. ¿Quién envía esas señales si es que existen? Alguna vez he visto alguna señal, no es algo concreto, quizás un sueño, una palabra o una imagen que te hace recordar una decisión errónea o un camino equivocado. Y ya es demasiado tarde para corregirlo. ¿Por qué no llegó la señal antes? Una y otra vez me lo repito sin encontrar respuesta, acabo agotado, y me doy cuenta de que la respuesta no existe.

No hay señales, no hay destino, no hay monstruos. Solo hay humanidad y decisiones equivocadas. Y si podemos superar eso, los caminos pueden volver a cruzarse.

miércoles, 24 de agosto de 2022

¿BDSM o prácticas de sexualidad no convencional?


En este mundo donde todo va a mil por hora, suele ser común que, llegado el momento de valorar el concepto BDSM, comencemos a imaginar un mundo de dolor, látigos, humillación e imposición. 

Todo eso se da, pero también hay BDSM sin nada de todo eso.

Siempre he contemplado el BDSM como un campo alternativo donde explorar nuestras fantasías. Y quisiera remarcar que ni tan siquiera he dicho fantasías "sexuales". 

Pondré un ejemplo: el Shibari (el arte de atar, el arte de los nudos y las cuerdas) está incluido en las prácticas BDSM pero por si sólo nada tiene con lo que la mayoría asocian al BDSM. No hay dolor, no hay látigos, no hay imposición ni humillación, incluso no hay roles más allá de que una persona ata a otra (y no la ata con el propósito de inmovilizarla para después tener otras prácticas con ella sino que la ata como forma de expresión artística. Después no acostumbra a suceder nada más. Bueno, desatar a la persona, eso si.

Vivimos en el mundo de las etiquetas, en el universo de los juicios exprés y de lo binario donde algo es si o no, sin término medio.

En mi caso, veo el BDSM como un espacio donde explorar todas tus fantasías cumpliendo de forma cuasi castrense la norma del SSC (Sano, seguro y consensuado). Si eso se da, cualquier cosa es posible. 

Algunas personas pensarán que ese marco BDSM no es necesario si vives tu sexualidad de forma abierta y sincera, explicando lo que deseas y encontrando con quien vivir el momento de forma sana y consensuada. Pero no todos viven la sexualidad de forma abierta y sigue siendo necesario ese marco donde explorar sin ser juzgado, con seguridad y de forma sana (en todos los sentidos, también en el emocional).

BDSM no es algo oscuro, ni doloroso ni agresivo. Puede serlo, pero eso sería como decir "todos los coches son rojos". Hay coches rojos, son los que mas llaman la atención, pero no todos los coches son rojos ni todos los conductores conducen coches rojos. Y pese a ello, son conductores y conducen coches.

No se si sirve de demasiado el que constantemente repita en este blog que BDSM es lo que vosotros queráis que sea. Incluso aunque no utilicéis estas siglas. Porque las únicas siglas que importan en esta ecuación de las emociones son las del SSC o, para estar mas actualizados las siglas RACK (Risk Aware Consensual Kink / Riesgo Asumido y Consensuado para prácticas de Sexualidad Alternativa o no convencional). Si queréis saber más sobre el RACK y el SSC podéis leer esta entrada que escribí hace ya un tiempo.

Sea como sea, etiquetas aparte, si algo es consensuado: haced lo que os apetezca. Otra cosa es que os venga bien un marco BDSM o no. Eso es cuasi indiferente, llegados a este punto.

martes, 16 de agosto de 2022

la critica de la sinrazón


A menudo me pregunto el verdadero motivo por el que nos criticamos los unos a los otros convirtiendo este acto banal en deporte nacional. Los siete pecados capitales son, a saber: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza. Si crees en eso entonces estarás convencido/a de que la crítica nace del pecado de la envidia. ¿Pero es realmente un pecado? O por preguntarlo de otra forma: la crítica es un pecado o una virtud. Sin pensamiento crítico no existiría la sociedad actual. Y es aquí donde quiero ir a parar: la critica tiene dos caras, una es constructiva y otra destructiva, Y cuando me refiero a que me pregunto por el motivo de la crítica, me refiero a la crítica destructiva. Es decir, esa crítica que, a menudo nace del desconocimiento y crece con el prejuicio.

En este blog he escrito sobre el prejuicio, la crítica, las etiquetas, etc. relacionado todo con el BDSM.

Siempre me han fascinado las películas de James Bond, desde que era pequeño y apenas entendía lo que era capaz de ver. Recuerdo verlas siempre con mi padre y siempre había algún momento en la película en la que Bond seducía a alguna mujer o ganaba alguna partida de Blackjack y mi padre me susurraba en silencio "eso no pasa en la vida real". Yo siempre sonreía para mis adentros porque minutos antes Bond había hecho mil acrobacias en la nieve, había usado imposibles gadgets o había matado a tres villanos con una sola bala. 

Ahí radica la clave de la crítica: criticamos aquello que nos es cercano, que creemos entender y obviamos lo que es tan fantástico que sabemos que no pertenece a nuestra realidad.

Si criticas el BDSM es porque sabes que es real, que podría ser aun mas real, piensa en ello.

lunes, 8 de agosto de 2022

Animales racionales (o no)



El hombre da unos pasos con calculada lentitud, acercándose a ella y procurando no alertarla, como si de un malvado depredador se tratarse. El hombre la observa, ella es morena, de pelo largo y con una venda tapando sus ojos. ¿Por qué aseguramos que un depredador es salvaje cuando únicamente es depredador? La acción de "depredar" (según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua) se refiere a un  animal que caza a otros de distinta especie para su subsistencia. La misma definición, referida a cualquier otra cosa que no sea un animal nos dice que depredar es robar y saquear con violencia y destrozo. ¿Somos animales comportándonos como humanos o humanos comportándonos como animales?

Mucha gente que desconoce lo que es el BDSM dirían que quienes lo practicamos somos humanos comportándonos como animales. Lo mismo dirían si viesen la escena de ese hombre observando  la mujer arrodillada frente a él. ¿Es ese hombre un depredador? Todo lo que no está con nosotros está contra nosotros.

El hombre acaricia la cabeza de la mujer, lentamente, procurando tranquilizarla. Como el dueño acariciando al perro. De ser un depredador real no perdería el tiempo intentando tranquilizarla, simplemente se lanzaría a su cuello y se comportaría como ese auténtico animal que todos creen que es. No obstante, minutos mas tarde, ese mismo hombre se está comportando de forma animal con la mujer, movido por sus mas bajos instintos. Cazando su alma y transportándola al mas oscuro de los infiernos. Ese yermo donde solo ves piedras y cuesta respirar porque el aire está repleto de ceniza en suspensión.

Si le preguntásemos a la mujer si su voluntad era que ese depredador la arrastrase hasta el infierno, con toda seguridad diría que si. A pesar de sus dudas y su miedo. La mujer ha conocido a depredadores antes pero no eran como él. Pero también eran depredadores y el recuerdo es el que alumbra todos esos miedos y todas esas dudas.

El infierno, como el cielo, solo existen si creemos en ellos y es por eso que poco importa en cual de los dos acabemos nuestros días. La mujer quiere ir al infierno con la misma intensidad que lo rechaza, en el convencimiento de que si el cielo no existe quizás tampoco el infierno. La mujer quiere que toda esa oscuridad que está dentro de ella desaparezca por unos instantes, dejar de pensar, abrir la puerta y permitir que sean otros, un más perversos que ella, los que controlen la situación durante unas horas.

Practicar BDSM es visitar otros lugares en la piel de otras personas. O quizás tan solo se trate de ir al lugar que nos pertenece y despojarnos de toda la ropa para ser quienes realmente somos.

Podéis llamar a todo esto BDSM, podéis ponerle otras etiquetas, podéis decir que es morbo, que es perversión, podéis criminalizarlo o relativizarlo, podéis tener miedo o ser unos inconscientes, podéis caminar por el infierno y abrazar todo cuando otros rechazarían. Podéis hacer lo que os venga en gana, ser quien queráis ser, pero recordad siempre que si hay consenso y respeto, los adjetivos descalificativos estarán tan solo en los ojos de quien mira, no en los vuestros.

Y es que no hay nada mejor que sentirse vivo... o que una tormenta en verano.

sábado, 6 de agosto de 2022

El centro del universo


Los astrónomos aseguran que el centro del universo no existe porque el universo carece de una estructura geométrica que permita la existencia de un “centro”. Esos sesudos señores que llevan gafas desde los dos años y que lucen orgullosos un montón de bolígrafos en el bolsillo de su bata, han gastado cientos de millones de miles de decenas de neuronas (y dinero) intentando descubrir donde está el centro del universo para acabar diciendo que el universo no tiene centro o más bien, todo puede ser el centro en el universo. Entre nosotros: menuda mierda de científicos.

Porque sin ánimo de ofender a esos estudiosos (que acabo de hacerlo), el centro del universo existe y está cerca del ombligo de la persona a quien deseas. Ese círculo mágico, unos centímetros más arriba del pubis donde, en algún momento, estuvimos conectados a nuestra madre quien nos alimentaba y, en cierta manera, nos preparaba para salir a un mundo que nos sobrepasará por todos lados. Un mundo flotando en un universo que carece de centro.

El centro del universo es ese espacio, unos centímetros por encima de unas braguitas verdes donde quieres reposar tu cabeza y cerrar los ojos para soñar en un universo que, aunque siga sin tener centro, sea que el actual o, al menos, durante unas horas, sea más excitante. Ese centro que te mueve a besarlo mientras bajas lentamente hasta el pubis y hundes tu cabeza en ese otro centro de la vida que es el sexo.

El centro del universo está ahí, en ningún otro lado, ese maravilloso lugar que soñamos visitar, a donde todos deseamos volver.