lunes, 18 de abril de 2022

SAG

 


Ayer leí por vez primera acerca del término SAG que son las siglas de “Sexo con Alma Gemela”. Lo primero que se me viene a la cabeza, más allá de definiciones, es que puedes tener sexo y puedes tener un alma gemela, pero parece más complejo el tener sexo con tu alma gemela. O sea, que lo del SAG, a priori, parece más difícil que acertar en una cita de Tinder.

Por lo que he podido entender de lo que me explicó esa persona, el SAG es algo que trasciende lo físico (del sexo) y se convierte en algo espiritual. Lo que traducido a mi ignorancia sería como tener sexo con alguien que vive como tú la vida. Y el sexo forma parte de la vida. ¿O no es eso? Quizás deberíamos comenzar por comprender si nuestra alma gemela es nuestra fotocopia vital en otro cuerpo o es alguien completamente diferente a nosotros con quien conectamos de forma insólita. Aunque reflexionando aún más… ¿Qué importa eso?

Haciendo memoria, creo que alguna vez sí que he experimentado el SAG aunque no con consecuencias tan “devastadoras” (en el buen sentido) como me explico esa persona. Porque se supone que las consecuencias del SAG es, aparte de una excitación incomparable, una especie de posesión con la diferencia de que no es precisamente el demonio quien tienes dentro. Practicando BDSM he tenido sexo que se ha elevado más allá de lo terrenal y ha trascendido a lo intelectual, aunque desconozco si eso es SAG porque no creo que las personas con quienes me sucedió eso fuesen mis almas gemelas.

Así que, como considero no haber entendido nada, he ido a internet a buscar ese término (+ la palabra “sexo”) y me he encontrado con que lo primero que aparece es un perfil de Facebook con nosecuantos miles de seguidores que se llama SAG por “Sexo Alcohol & Graffitis”. Eso no debe ser. También aprendo que el SAG es el sindicato de “actores, locutores, periodistas de la radio y televisión, bailarines, disc jockeys, redactores y editores de noticias, presentadores de programas, titiriteros, artistas discográficos, cantantes, dobles de acción, artistas de doblaje y otros profesionales de los medios de comunicación.”

Pues vale.

Algo debo estar buscando mal. ¿Y si quito la palabra “sexo” de la búsqueda? Entonces descubro que el SAG es también una empresa de seguridad o es el servicio agrícola y ganadero de Chile.

Resumiendo, he aprendido que el SAG es

-Servicio Agrícola y Ganadero (agencia gubernamental chilena).

-Screen Actors Guild, el principal gremio de actores estadounidense.

-Síndrome de ansiedad generalizada que define un trastorno de ansiedad.

-San Andrés de Giles, una ciudad de la Provincia de Buenos Aires, en Argentina.

-Sistema Acuífero Guaraní

… y una página de Facebook de sexo, alcohol y graffitis.

Sigo perdido. ¿Y si pregunto a esa persona que me explica más a fondo que es el SAG? Porque la curiosidad me mata... que peligro.

Justicia divina

 
 240 My Name Is Earl Gifs - Gif Abyss
 
La milonga de la “justicia divina” (también conocida como “Karma instantáneo en polvo”) es un concepto parte metafísico (parte carne de psicólogo) que asegura la existencia de algún “ente” desconocido, quien hace que las personas reciban en la misma medida que hacen. Si te portas mal, alguien se encargará que se porten mal contigo. Y viceversa. ¿Quién es ese alguien? Quizás el mismo que pilota ovnis o camina sobre las aguas... quien sabe.
 
Con el paso del tiempo descubres que, por mucho que intentes hacer el bien, peor resultados obtienes. Esta contradicción a la regla del karma es consecuencia del mecanismo que hace que las personas se relajen cuando todo fluye y se olviden de que el hecho de recibir amabilidad por parte de los demás es algo por lo que deberían sentirse afortunadas.

Es por eso mismo que, cuando recibimos silencio o indiferencia en una relación (del tipo que sea), a partir de ese momento devolvemos la pelota y nos comportamos también de forma silenciosa o indiferente. ¿Por qué lo hacemos? No es por venganza, sino porque creemos firmemente que así debe ser: pagar con la misma moneda. 

¿Y a dónde nos lleva eso? Al final de cualquier tipo de relación. 

¿Entonces que hacer? ¿Pagar con la misma moneda o sentarnos a dialogar cuando la otra persona se ha acomodado tanto que es incapaz de reconocer ningún mérito ajeno? Nada, diálogo o puerta. Y nada tampoco es una opción. ¿Diálogo o puerta? El Karma nos dicta que le demos puerta, la reflexión nos dicta que dialoguemos. 

Bendito Karma cuando funciona bien. Aunque sea una milonga.

domingo, 10 de abril de 2022

Prácticas: cola de zorro

 Plug Anal Cola De Zorro Sexy Larga Ultra Suave | Cuotas sin interés

¿Conocéis ese artilugio (sexual) conocido por "cola de zorro"? La cola de zorro es un plug anal que tiene una cola fuera y que la persona dominada introduce en su ano quedando a modo de cola de zorro. El plug tiene varias utilidades, la principal es la dilatación del ano y la segunda relevante es la meramente estética. A mí me encanta ver persona dominada con una cola de zorro en su culo. No porque el siguiente paso sea que voy a entrar en esa parte dilatada de su anatomía, sino porque me gusta ver la estética de una mujer con una cola de zorro de la misma forma que es maravilloso en el apartado visual el contemplar una sesión de Shibari. 

Recuerdo hace muchos años (pero muchos) cuando Penthouse invirtió gran parte de su patrimonio en rodar lo que ellos anunciaron como la primera película pornográfica y artística al tiempo. El experimento llevaba por título "Zazel, the scent of love" y en una de sus escenas más recordadas aparecían unas diablesas cuyas colas de diablesa estaban introducidas en su culo a modo de cola de zorro. Magnífico.

Zazel - The Scent of Love : Movies & TV - Amazon.com

¿Qué importa que para unos sea algo estético o algo funcional? Si nos excita, si nos mueve, si nos empuja... adelante con ello.

Si tenéis curiosidad por ver la película Zazel, aquí os la dejo, aunque también os pongo sobre aviso que es porno de los 90s. Avisados quedáis.

viernes, 8 de abril de 2022

¿Cuál es la personalidad de las personas que mantienen una doble vida?

 La doble vida que nos agobia

Me hacen una pregunta que no acabo de entender, la pregunta es el título del post y es "¿cuál es la personalidad de las personas que mantienen una doble vida?". Lo primero que no acabo de entender es "cuál es la personalidad" porque eso significaría que las personalidades están en un catálogo predefinido del que es difícil salir. Siempre he huido de etiquetar porque ponerle una etiqueta a algo significaría dejar de pensar y pasar a la siguiente cosa. Creo que la pregunta sería más bien una propuesta: hablemos de las personas que mantienen una doble vida. Sin etiquetas.

Primero deberíamos definir que significa llevar una doble vida y también despojar el término "doble vida" de cualquier significado negativo. Muchas de las personas que practicamos BDSM llevamos una doble vida porque practicar BDSM no es algo que se suela contar en las sobremesas con la familia. "Doble vida" significaría entonces ocultar una parte de nuestros actos o nuestros deseos al resto de los mortales (excepto a los implicados).

Llevar una doble vida no es malo, incluso es necesario. Lo malo es que esa vida oculta sea algo malvado y criminal, aunque eso también podría suceder de cara a todos, sin necesidad de ocultarlo en lo de la doble vida. La doble vida nos permite ser nosotros mismos, sacar nuestras personalidades más ocultas y llevarlas a la realidad satisfaciendo nuestras necesidades.

Y esa es la solución al enigma de la pregunta, porque las personas que mantienen una doble vida no podemos definirla por su personalidad sino por sus personalidades (las públicas y las privadas).

La persona que me hace la pregunta es alguien que está sacando a la luz una de sus personalidades (o incluso más de una), se está liberando y está resurgiendo cuál ave Fénix de sus cenizas. O por decirlo de otra forma: es una persona que está saliendo del agua para tomar aire. Y una de esas cosas es el BDSM, esa necesidad que lleva dentro de servir y de sentir. Y la pregunta que hace es más bien una duda sobre si llevar una doble vida es propio de una personalidad enferma o mentirosa. Pues resulta que no. Porque es todo lo contrario, si esa doble vida no hace daño  a nadie, entonces tener doble, triple o cuádruple vida es necesario. Siempre teniendo en cuenta que cuando hablamos de "doble vida" es porque hay una frontera entre ambas vidas con una muralla infranqueable. Y eso tampoco es malo, sino todo lo contrario.

Tener dos vidas separadas por completo y poder integrarlas en nuestra personalidad es algo que, bien llevado, es una bendición. ¿Qué importa que nos vean como alguien serio y recatado cuando en la intimidad somos unos locos que hacen locuras? Eso no hace daño a nadie. Tenemos que alejar de nosotros la idea de que ocultar esa doble vida al resto es una mentira.

Llevar una doble vida ni es malo ni es una mentira. Es necesario.

Cuando alguien os diga "yo siempre voy de frente, no oculto nada" sabes que, con toda seguridad, esa persona lleva una doble vida.

Adelante con las dobles vidas, olvidémonos de las etiquetas y gocemos de la vida. No hay más.

La mojigata. un señor misterioso y el último cine X de la pequeña ciudad (relato)

 

 El fontanero, su mujer, y otras cosas de meter... - Película 1981 - CINE.COM

La mojigata está caminando por una calle casi vacía, estamos en el más crudo de los inviernos y un viento terrible azota la pequeña ciudad. El aire helado se te introduce en los pulmones y te impide casi respirar, el frío atenaza tus manos y seca tus ojos. Pero ella, pese a su mojigatería, camina con paso firme, en el convencimiento de que ha perdido la cabeza, pero también de que ya le da todo igual. ¿Acaso un loco es consciente de su locura? La mojigata ha abandonado hace unos minutos el pequeño despacho de abogados donde trabaja, va vestida con un sobrio pantalón negro, botas y un jersey blanco, escondida y protegida bajo un grueso abrigo de lana que, en tiempos pretéritos, ni tan siquiera su abuela lo hubiera lucido por antiguo. Pero a la mojigata poco le importa, se siente protegida bajo esa prenda de ropa propia de otros tiempos y otras gentes. Como ella misma.

Al cabo de cinco minutos llega a su destino. Alza la vista y ve el rótulo que dice "Cine X, Sexshop, videoclub, cabinas privadas y copistería". No puede evitar una sonrisa, el último cine X de toda la provincia es también una copistería. Antes de abrir la puerta, por su cabeza cruza la idea de que está demasiado cerca del trabajo. ¿Y si se encuentra con alguno de sus compañeros abogados? Ya da igual todo, para renacer de tus cenizas, antes has de arder por tus pecados. 

La mujer empuja la puerta y lo primero que ve es una especie de mostrador a su derecha con un tipo de expresión aburrida haciendo un crucigrama, tras él un grupo de fotocopiadoras y ordenadores y al otro lado una cortina roja, cerrada. 

-Hola -dice ella, tímidamente.

El hombre levanta la vista del crucigrama.

-¿Quiere hacer una fotocopia? -le pregunta.

¿Como pensar que una mujer como ella, vestida con ella y en una ciudad tan pequeña, iba a entrar en aquel lugar, a hacer cualquier otra cosa que no fuese una fotocopia?

Lógico.

-Quiero una entrada al cine X -dice ella, intentando que su voz suene firme, aunque le tiembla todo el cuerpo. 

El hombre abre un poco los ojos, ahora parece interesado.

-¿No quiere una cabina? También puede ver una película en una cabina y nadie la molestará -dice él.  

-¿Hay o no hay un cine X ahí dentro? -pregunta ella, intentando acabar cuando antes la conversación.

Tiene miedo de que alguien pueda entrar y reconocerla.

-Bueno... un cine X... es una pequeña sala donde proyectamos las mismas películas que en las cabinas -continúa el hombre- pero, entre usted y yo, ahí dentro puede encontrar de todo. Mejor una cabina.

-Deme una entrada para la sala -repite ella.

El hombre se encoge de hombros, le da un pequeño ticket, ella paga cinco euros y después él le indica que debe cruzar la cortina, girar a la derecha y estará frente a una puerta con un rótulo que dice "cine". 

Dos minutos más tarde, la mojigata empuja la puerta y entra un pequeño espacio en penumbra con una pantalla no demasiado grande al fondo donde se proyecta una película porno y unos treinta asientos, dos de ellos ocupados. Las cabezas de las dos personas se han girado al abrirse la puerta, parecen las siluetas de hombres. La mojigata toma asiento en la última fila mientras en la pantalla, una rubia neumática finge tener un orgasmo mientras un semental aceitoso la folla el culo. Al cabo de un rato se da cuenta de que uno de los hombres está moviendo su hombro rítmicamente, se está masturbando. El otro no. La mojigata se quita el abrigo, tiene un calor que no es normal. 

De repente, el otro hombre, el que no parece estar masturbándose, se levanta de su asiento, camina unos pasos y se sienta a su lado, dejando un asiento vacío entre ambos. La mojigata le mira, es un tipo de mediana edad, con gafas y parece que tiene el pelo blanco. No es atractivo, tampoco es feo. Es de esos tipos con los que te cruzas por la calle y no giras la cabeza a no ser que te haya robado el bolso.

La mujer aprieta con fuerza el bolso contra su regazo. 

El hombre está mirándola, ella también le devuelve la mirada, sus rostros iluminados con la luz que llega desde la pantalla.  La mojigata sonríe, el hombre se baja la cremallera y saca su pene. ¿Ahora que? No está preparada para algo así, está deseando cogerle el pene, pero su parte más pueblerina le aconseja que no lo haga. ¿Vivirá cerca aquel tipo? ¿Y si algún día se encuentra con él por la calle? La mojigata cierra los ojos, se levanta y se sienta a su lado. Al cabo de dos minutos, ella está tumbada sobre el asiento de él, haciéndole una mamada. El hombre está tocando a la mujer por encima de la ropa, magreándola sin miramientos mientras la ahoga con su polla. La mojigata sabe que ese no es su lugar, pero ahora mismo no quiere estar en ningún otro.  

El hombre la ha cogido del pelo y está marcando el ritmo y hasta donde debe tragarse su miembro mientras, en la pantalla, se proyecta una escena parecida. La mojigata, más mojigata que nunca, se da cuenta de que aquel tipo se va a correr en su boca. ¿Y si le pega una de todas esas enfermedades que hay corriendo por ahí? Le da igual, solo quiere sentir su leche caliente derramándose dentro de su boca. La perra aparta de un golpe a la mojigata y sigue chupando, esperando que se corra. El hombre no tarda en hacerlo, llenando su boca de semen. La mujer sigue chupando, tragando, limpiando. Después levanta la cabeza y ve que el otro espectador está de pie, en el pasillo, mirando el espectáculo y masturbándose. La perra sale al pasillo, se arrodilla frente al segundo hombre y recibe una nueva descarga de semen en su boca.

Después se limpia y abandona la sala.

El tipo de la entrada la ve salir por las cortinas y sonríe de forma extraña.

-¿Le ha gustado la película? -pregunta.

-No ha estado mal.

-Hablo de la película que se han montado entre ustedes tres...

-¿Cómo diablos...?

Entonces el tipo le hace una seña para que ella se acerque. La mojigata descubre que, bajo el mostrador, hay varios monitores que controlan los espacios al otro lado de la cortina, incluso hay una cama de visión nocturna enfocando la sala de cine.

-Es por seguridad -dice el encargado encogiéndose de hombros.

-¿Y a usted le ha gustado la película? -pregunta ella.

-Mucho -contesta el otro, sonriendo. 

De repente, la mojigata siente que aquello también la excita sobremanera, el sentirse observada mientras dos desconocidos eyaculan en su boca. 

-Si esto es una copistería -comienza ella- ¿podría tener una copia de lo que acaba de ver en ese monitor?

-Todo tiene un precio -contesta el hombre mientras se aprieta los genitales por encima del pantalón.

La mojigata, ahora más perra que nunca, sonríe mientras mira su reloj.

Aun queda tiempo... ¿por qué no?

martes, 5 de abril de 2022

Forzada meretriz (relato)

 

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La mujer acaba de salir del despacho en el que trabaja, va vestida con un pantalón de pinzas, estampado con cuadro escoceses, bota militar, y un suéter negro. Antes de salir de casa intentó compensar la sobriedad de su ropa pintándose los labios de rojo, pero al llegar al trabajo se ha dado cuenta de que va a estar toda la jornada con una mascarilla puesta, así que sigue siendo la misma mujer sobria y formal de siempre. 

¿Qué hace la mujer esperando en una esquina de una calle, en plena noche, muerta de frío y observando temerosa cada coche que enfila la calle? Esa es la clave: los coches que llegan. Uno de esos coches estará conducido por su amo, alguien a quien nunca ha visto en persona. Los nervios la han atenazado de tal manera que ni tan siquiera puede salir corriendo (lo que desearía) porque ha quedado congelada.

De repente un coche negro se detiene a su lado, se abre la ventanilla y el hombre pregunta "¿cuánto?".

¿Será su amo o alguien que la ha confundido con una prostituta callejera? No, la segunda posibilidad es imposible. Una meretriz nunca se vestiría como ella para hacer la calle. ¿Y si es alguien que conoce? Nunca debería haber aceptado quedar con él tan cerca de su entorno cotidiano.

La mujer observa al hombre, de unos cincuenta años, pelo blanco y gafas. Es él. "¿cuánto?", repite el hombre, esta vez con voz más autoritaria.

"Cinco euros" contesta ella.

La puerta del copiloto se abre y la mujer entra. Toma asiento sin ser capaz de mirar al hombre al rostro. Después le indica por donde debe ir hasta que llegan a un descampado. Entonces el hombre para el motor y le da un antifaz. La mujer se lo coloca y espera. Escucha un sonido que es familiar, el hombre ha movido su asiento hacia detrás, después el sonido de una cremallera bajando y de ropa arrugándose.

"Comienza", dice él, cogiéndola de la cabeza.

La mujer toma aire y se agacha en dirección al pene de él, tiene las manos heladas, pero el hombre no se queja cuando le coge el miembro. Sin pensarlo se lo mete en la boca y comienza a chupar lo mejor que sabe. El hombre, su amo, comienza a indicarle como hacerlo diferente para obtener más placer. Siente una de sus manos deslizándose bajo ella y comenzando a tocarle los pechos por encima de la ropa, sobándoselos sin contemplaciones mientras ella sigue haciendo la felación. Después las manos del hombre van hasta su culo, magreándolo, mete una mano dentro de sus pantalones y acaricia su vello púbico, ella se estremece. No quiere que la toque ahí abajo porque eso la haría perder la concentración y debe mantener el foco en aquello para lo que su amo le ha pagado cinco euros.

-Me voy a correr, decide donde -dice el amo.

A ella le encantaría sentir su semen caliente derramándose por el interior de su boca, pero entonces le llegan a la cabeza mil imágenes de enfermedades que ni tan solo conoce. Porque la realidad es que no conoce a ese hombre.

Pero todo es una locura, así que porque continúe la locura cinco minutos más para hacer feliz a su amo, no será una tragedia. 

El hombre eyacula en su boca y la mujer recibe toda la descarga, tragando una tras otra, feliz de escuchar los gemidos de placer de quien es su propietario. Pocas veces ha estado más feliz y más orgullosa en su vida.

Cuando acaba, ella vuelve a incorporarse en su asiento mientras escucha como su amo vuelve a vestirse. El coche se pone en marcha, ella aun con la venda en los ojos y restos de semen en su boca. El hombre la ordena que se quite el antifaz. Ella obedece, pero no es capaz de mirarle a los ojos.

-¿Cómo estás? -pregunta él con voz amable.

-Bien amo, gracias por preguntar.

-Entonces dime donde debo dejarte...

La mujer le da unas indicaciones. Al llegar, él detiene el coche y saca cinco euros de uno de sus bolsillos que le tiende a la mujer, quien lo coge y lo guarda en su bolso.

-Vete -ordena el hombre.

-Sí, amo.

La mujer baja del coche y se queda inmóvil mientras observa el coche desaparecer en la noche. Hace un frío terrible, pero ella está ardiendo por dentro. Al llegar a casa observa su imagen reflejada en el espejo, está despeinada y todo pintalabios rojo se ha corrido por su rostro. Podría parecer una payasa, pero siente que esa imagen es la de la mujer más hermosa del mundo, también la más orgullosa, la mejor sumisa. 

El ave fénix resucitada.

Mete la mano en el bolso y saca el billete de cinco euros. Lo observa mientras pasa la lengua por el interior de su boca, aun saboreando lo que queda del semen de su amo. Ahora sabe que va a guardar esos cinco euros el resto de su vida, porque es el comienzo de su etapa como sumisa pero, sobre todo, porque ese dinero es el principio de esa ave fénix que está remontando el vuelo hacia el cielo.

sábado, 2 de abril de 2022

BDSM y cine (2) de los 80s a la actualidad

 Gwendoline - Película 1984 - SensaCine.com

Aquí os dejo la segunda (y última) parte de la lista de películas comerciales relacionadas con el BDSM (no confundir con películas sobre BDSM). Mientras en la década de los 60s y 70s, las películas relacionadas con BDSM eran casi todas europeas, a partir de los 80s nos encontramos que las películas son mayoritariamente americanas. O sea, que el BDSM, dentro de una estructura narrativa, pasa a normalizarse.

Gwendoline (Just Jaeckin, 1983). Otra película del especialista Just Jaeckin que aquí adapta un cómic de aventuras con referentes cercanos al fetichismo, el cartel de la película ya era toda una declaración de intenciones. Puede que no aprendéis demasiado con esta tontería, pero podéis echaros unas risas intentando recrear alguna de las escenas en la intimidad de vuestros hogares. El resto es porno blando típico de los 70s que ha resistido mal el paso de los años.

Videodrome (David Cronenberg, 1983). Del mismo modo que Buñuel, David Cronenberg también es un director que incorpora elementos BDSM en sus películas. En este caso la historia se decanta por el masoquismo y el poder del voyeurismo. Imborrable la escena de Deborah Harry (la cantante de Blondie) quemándose el pecho con un cigarrillo mientras James Woods la contempla entre asqueado y fascinado.

Terciopelo Azul (David Lynch, 1986). Magnífica película del maestro David Lynch que, desde una óptica surrealista, trata muchos temas, incluidos la historia de dominación forzada entre Frank y Dorothy y la contemplación pasiva (voyeurismo) de esa relación por parte de Jeffrey (que le excita de manera sexual). Un clásico.

El cuerpo del delito (Ulrich Edel, 1993). Penoso thriller con Madonna y Willem Dafoe que incluye diferentes  escenas BDSM entre los protagonistas. Es una pena que trate el tema del BDSM como algo peligroso, de hecho, la historia es sobre una sesión que desencadena una muerte que es la que mueve al detective que interpreta Dafoe a investigar a Madonna. La pongo en esta lista porque es la primera película abiertamente comercial (casi mainstream) que muestra las prácticas abiertamente.

Crash (David Cronenberg, 1996). Otra película de Cronenberg y quizás la mejor película que existe para comprender el proceso mental del fetichismo. En este caso tiene el añadido que el fetiche son los accidentes y sus secuelas físicas, es decir; fetichismo por las cicatrices. La película, basada en una novela de J. G. Ballard acaba convirtiéndose en una impresionante reflexión sobre los límites éticos cuando nos mueve el deseo y, sobre todo, sobre como tenemos escondidos deseos que ni tan solo conocemos.

Eyes Wide Shut (Stanley Kubrick, 1999). Todo y que no trata el D/s de manera literal (aunque sí que hay sesiones), personalmente opino que es la mejor película para explicar todo cuanto la rutina ha dejado de lado en la pareja y la búsqueda de cualquier acto que nos lleve a hacer nuestra vida sexual más interesante partiendo siempre desde la idea de que el BDSM es una extensión de nuestra verdadera identidad en el sexo. Y, además, es de Kubrick. ¿Qué más se puede pedir? Que el protagonista no fuese Tom Cruise, por ejemplo.

Quills (Philip Kauffman, 2000). Una de las películas que mejor explica la personalidad del Marqués de Sade desde la óptica de los últimos años de su vida, cuando el marqués estaba en una institución mental y donde envían a un médico especializado para ver si es capaz de curar las "desviaciones" de Sade. Totalmente recomendable.

Secretary (Steven Shainberg, 2002). Una de las películas comerciales que mejor explican la relación de Dominación/sumisión, explicada desde el punto de vista de alguien que desconoce todo sobre este mundo y que, además, es introducida en estas prácticas por otra sumisa. La película acaba siendo una magistral reflexión sobre el equilibrio de poderes, además de una película comercial que normaliza este tipo de prácticas. Además de eso tiene a dos actores en estado de gracia y toda la película está tocada por un humor casi absurdo que la hace rabiosamente entretenida. Siempre he pensado que es la película que mejor aborda el BDSM de toda la historia del cine.

Cincuenta sombras de Grey (Sam Taylor-Johnson, 2015). El despropósito absoluto, No porque sea una película mala (que lo es) sino porque su enfoque acerca del BDSM es del todo inverosímil. Un amo atractivo, rico e irresistible seduce una sumisa virgen. ¿Se puede plantear una relación BDSM en términos mas absurdos y extremos? Da igual Grey sea amo o no porque ella caería igualmente rendida a sus pies porque esta es la historia de la cenicienta. La película está plagada de diálogos tan absurdos que casi la convirtieron en una de las mejores comedias del año. Lo único bueno es que este producto (películas o novelas) despiertan la curiosidad sobre el BDSM a a quien tenía la mosca detrás de la oreja.