domingo, 28 de noviembre de 2021

La mente humana (4)

AC/DC grabó el videoclip 'Realize' con esta tecnología – This Is Rock

Una manera de comprender como de diferentes son las mentes humanas radica en eso que llamamos "gustos". ¿Por qué si todas las mentes son iguales, nos gustan diferentes tipos de comida? La comida ha dejado de ser algo "vital" para convertirse en una experiencia cercana al placer. En la prehistoria los humanos luchaban por llevarse un triste trozo de comida al día, en la actualidad tenemos la nevera llena pero tomamos vaso de agua porque hemos comenzado la 103 dieta de nuestra vida. Hemos evolucionado de forma que hemos convertido una necesidad vital en un placer (y viceversa). Existen tantos y tantos tipos de comida que resulta imposible que a dos personas les guste lo mismo. Imagino a esas personas de la edad de piedra preguntándose que van a comer: "¡berzas!", contestan ambos al unísono (si pudiesen hablar) pero esa respuesta no es porque su mente lo haya decidido sino porque no hay otra cosa de comer.

Pasemos entonces a la música. ¿Por qué algunos grupos, canciones o estilos nos gustan y otros no? Imagino que es porque esas canciones cuentan sobre algo que nuestro cerebro, basándonos en lo vivido, se siente identificado. ¿Entonces que sucede con aquellas canciones donde no entendemos la letra porque está en otro idioma? ¿Y la música que no tiene letra? ¿Por qué a algunos les apasiona el jazz y a otros les aburre? ¿Qué mecanismo de nuestra mente hace eso? No tengo ni puta idea, sinceramente, es una pregunta lanzada al aire imposible de contestar, al menos para los profanos.

Vayamos a lo duro (siguiendo con la música, no hablo de películas pornográficas): es difícil que alguien no se sienta atraído por AC/DC o por QUEEN o incluso por METALLICA. ¿Por qué a todo el mundo le gusta QUEEN más allá de que sea el más comercial de los tres grupos? Cuando en 1975 Freddie Mercury compuso "Bohemian Rapsody" todos dijeron (especialmente los que sabían de esto) que era algo abocado al fracaso: una canción de casi 6 minutos con baladas, solos de guitarra, ópera, rock que iban de uno a otro abruptamente rompiendo las melodías (y donde además nadie entendía la mitad de las frases que se cantaban). A día de hoy, "Bohemian Rapsody" es una de las canciones más escuchadas y uno de los singles más vendidos. ¿Qué sucedía en la mente de quienes escuchaban esa canción que les hacía ponerse a cantar o a tocar la guitarra en el aire? Pero lo más paradójico de todo es que esas mentes que manifestaron que la canción sería un fracaso eran diferentes a las mentes que lo disfrutaron. Sin embargo, todo eran mentes, cerebros construidos de la misma manera. Pero actuaron de formas radicalmente diferentes, con resultados y emociones diferentes.


Me encantan las películas de terror, cuanto peores sean, mejor. Sufro horrores viéndolas (valga la redundancia). Un amigo mío, cuando ve una película de terror, cae al suelo presa de un ataque de risa. Los complejos engranajes de la mente hacen que comience a reír sin parar como mecanismo de defensa. Una vez nos echaron de un cine porque estábamos viendo una película ("Saw 4") donde la primera escena es la autopsia del villano. Yo estaba aferrado a la butaca delantera mientras él no podía parar de reír molestando al resto de mentes que había en el aforo. Al final tuve que ver "Saw 4" en video unos meses más tarde mientras me mordía los puños.

Saw 4? - Foros ACB.COM

De acuerdo, cada mente se basa en un órgano prácticamente idéntico a los demás (el cerebro) pero cada mente no solo piensa diferente, sino que reacciona de manera diferente ante los mismos estímulos. ¿Por qué?

Hay gente que disfruta con el BDSM mientras otros huyen ante la sola idea. ¿Qué sucede dentro de esas mentes?

Estoy firmemente convencido de que no hay respuesta, o que la respuesta está fuera de nuestro alcance. Ese es el milagro del ser humano: todos iguales, aunque todos diferentes. O todos diferentes, pero todos iguales. ¿Qué importa eso? La felicidad consiste en la suma de placeres que nuestra mente persigue a lo largo de toda la vida. Y no debe confundirse "placer" con algo carnal. El placer de una buena casa, el placer surgido del amor, el placer de ver a tu hijo nacer, el placer en conseguir un éxito.

Aunque los placeres carnales tampoco están mal...

Tener hijos después de los 35 tiene varias ventajas

Dos rosas (relato)

▷ Cajas de Cristal → CajasDecoradas.net

Día tras día, al despertar, lo primero que hace el hombre es alargar perezosamente su brazo y hacerse con el móvil. El resumen de la mañana es que durante la noche ha recibido una foto. Pero no una foto cualquiera. El hombre observa la imagen y sonríe en una mueca nacida de la satisfacción y también de cierta malicia, dos sentimientos que le hacen sentir deliciosamente perverso. Despertarse así es manjar de dioses. En la foto puede verse a una mujer tumbada en un sofá, va vestida con lo que parece ropa interior y sostiene una rosa que está dentro de una cúpula de cristal. El hombre observa con detenimiento las piernas de ella, enfundadas en medias negras de medio muslo, la rotundidad de sus formas, sus pechos asomando por lo que parece un body de encaje, el pelo de la mujer cayendo distraídamente a un lado, su expresión entre asustada y sugerente. Y de nuevo esa rosa encerrada en una caja de cristal. El hombre desearía ahora mismo bajar su mano hasta su pene y comenzar a masturbarse furiosamente mientras observa la imagen de la mujer, pero no lo hace. En primer lugar, porque siente que sería una traición a cuanto de hermoso hay en ese instante congelado, reduciéndolo todo a una carnalidad obvia. En segundo lugar, porque no puede dejar de mirar la rosa encerrada en su caja, después devuelve su mirada al hermoso rostro de la mujer y de nuevo mira la rosa. Entonces comprende que esa rosa es ella. Una hermosa creación de la naturaleza encerrada en una urna de cristal para que nadie pueda corromperla, para que nadie pueda tocarla, para seguir preservando su pureza y su hermosura el máximo tiempo posible. Ambas son rosas y ambas tienen espinas. Toda la ropa (que no es demasiada) que viste ella es negra, su pelo es negro, el sofá es de un azul casi negro y sus ojos están pintados de negro. Podría ser una foto en blanco y negro a excepción del rojo brillante de la rosa encerrada. Como ella misma.

Entonces, de forma sorpresiva, la mujer de la foto dibuja una sonrisa tímida en su rostro y ladea la cabeza. El hombre lanza el teléfono lejos de él. ¿Qué ha sucedido? ¿Será una de esas fotos con movimiento? No es posible, es una simple imagen y lleva viéndola (admirándola) durante un buen rato. Un escalofrío recorre su espalda. ¿Qué diablos está pasando? Aun con las manos temblorosas recupera el móvil y lo desbloquea. Ahí está la foto, como antes: sin movimiento alguno. Siendo lo que debe ser una foto: la congelación de un instante. Mostrando dos bellezas encerradas en urnas de cristal.

La foto se la ha enviado la mujer de la foto, entonces el hombre responde ese mensaje ordenándola que venga a su casa ahora mismo vestida como en la foto. Al cabo de un rato contesta ella diciendo que le va a ser difícil y adorna su contestación con cientos de palabras como "trabajo", "estudios", "responsabilidades", "tiempo", etc. El hombre contesta que en cuanto tenga un momento debe venir a su casa vestida así. La mujer responde que no puede ir casi desnuda por la calle. El hombre le repite que obedezca y que lo haga escondida bajo un abrigo, nadie se dará cuenta. También le pide que traiga la rosa, si aún la tiene.

Al cabo de seis horas, la mujer aparece en casa del hombre, va maquillada como en la foto, si es que unos ojos pintados de negro puede considerarse maquillaje. Carga con una bolsa en la mano que parece esconder la rosa y quizás algo de ropa. Ninguno de los dos pronuncia ni una sola palabra, ni tan siquiera un breve beso. En su lugar caminan hasta el comedor donde ella se quita el abrigo, saca la rosa y se tumba en el sofá, intentando reproducir la imagen tomada tiempo atrás.

El hombre toma asiento en una silla, frente a ella. La observa con calma pero también con remordimiento. No quiere reducir un momento tan maravilloso a un placer mundano o algo demasiado obvio. Todos podrían admirar esa increíble estampa reduciéndola de nuevo a esa obviedad que representa una mujer en lencería, algo excitante. Pero él sabe que hay mucho más: la mujer que ahora está en su sofá no le envió la foto simplemente porque era sugerente o para excitarle. 

En persona, ella es aún más hermosa que en la foto, también más perversa, su mirada es dura, también amable. El hombre siente de nuevo la necesidad de meterse la mano en los pantalones y comenzar a masturbarse con furia, la parte más perversa de sí mismo le empuja a correrse en la cara de ella y destruir esa foto perfecta que ahora está ahí, respirando. Ensuciarlo todo, pervertirlo todo.

Pero en vez de eso, continúa observándola en silencio. 

La mujer sonríe, como sucedió por la mañana con la foto. El hombre prefiere imaginar que ese suceso casi paranormal no fue más que la consecuencia de la confusión propia del despertar. Las fotos no cobran vida. Excepto cuando les ordenas que vengan a tu casa. El hombre contempla la rosa encerrada en la urna de cristal y ahora sí, sonríe perversamente para sus adentros.

Ha llegado el momento de abrir esa rosa.

viernes, 26 de noviembre de 2021

La mente humana (3)

La tercera entrega sobre "la mente humana" iba a versar sobre como las mismas mentes (o parecidas) reaccionamos de maneras diferentes frente a un mismo estímulo. Aunque ayer vi una imagen que hizo que mi mente funcionase de manera algo diferente a lo que lo hace habitualmente por lo que he decidido añadir esta pequeña reflexión y posponer el otro texto para mañana, donde os deleitaré (o castigaré) con ese estudio tan sesudo y aburrido que significa el estudio de las diferentes reacciones de la mente frente a estímulos parecidos. 

Pero vayamos al motivo que me ha hecho posponer el texto y no es otro que el que ayer contemplé esta foto.

Estaba trabajando tranquilamente, viendo pasar datos y más datos frente a mi pantalla, cuando de repente vi esa foto. Lo reconozco, si pasa una mosca por delante de mí puedo acabar persiguiéndola hasta acabar cruzando la frontera de Ucrania sin recordar lo que estaba haciendo hasta entonces. La procrastinación es la religión que profeso.

Comencemos por lo que todos vemos en la foto: las piernas de una mujer, enfundadas en unas gruesas medias de lana, una especie de bota y una falda de estampados orientales con un corte lateral. Hasta aquí todo muy normal. O no.

Porque de repente mi mente, que funciona como un ente autónomo, se fijó en esa abertura de la parte izquierda y comenzó a elucubrar hasta donde llegaría y fue en ese momento que se me ancló firmemente la pregunta en el cerebro sobre que como sería la ropa interior que escondía esa falda. Asumiendo que llevaba ropa interior, claro.

Si mi mente viese a la misma mujer desnuda (o semidesnuda) en la playa, la miraría brevemente y después devolvería mi vista al libro que estuviese leyendo. Aunque si contemplas algo que puede resultarte sugerente y en ese algo hay información que te falta, entonces el deseo te empujará a querer ver más. Y estarás perdido. Porque la mente humana se dispara en todas direcciones cuando le falta la información que desea. Y fijaos que no he dicho "que necesita" sino "que desea". Y es que cuanto de imaginación hay en esa foto y que nuestro cerebro ha construido es fruto del deseo. Y nada podemos hacer por evitarlo. Tampoco tiene sentido el evitarlo más allá de huir de la frustración.

No soy una persona a la que le mueva el físico de las otras personas. Siempre me he considerado un sapiosexual de libro (que además lee y escribe libros, valga la redundancia). Me excita mil veces más una frase e incluso esa frase escuchada por una voz concreta que alguien que se desnude frente a mí. Y no manifiesto que el desnudo no me excite sino que el verdadero deseo, en mi mente, se genera desde el intelecto aunque pueda acabar en la carnalidad más perversa. Por eso, cuando veo una foto así, mi intelecto se dispara en todas direcciones con cientos de preguntas: ¿Qué ropa interior llevará? ¿A qué olerá esa persona? ¿Cómo resonarán esos botines por la calle? ¿Qué ropa viste de cintura para arriba? ¿Cómo es? ¿Por qué llevar una medias cortas en un día de tanto frío? Y es esa curiosidad la que me hace desear carnalmente a la persona que aparece en la foto. Pero esa carnalidad no sale de la imagen sino de la intención de la imagen, de cuanto muestra y cuanto oculta. Sale de mí, porque la mente humana es incontrolable y funciona de forma autónoma. El mejor ejemplo es la excitación por lo que se sugiere y la indiferencia por lo que se muestra. El mejor ejemplo son las cientos de preguntas a las que puede llevarnos una imagen o un texto. 

El mejor ejemplo es el deseo que provoca una simple foto. Esta foto.

jueves, 25 de noviembre de 2021

El color del alma (relato)

Vestida para matar - Película 1980 - SensaCine.com
La obra maestra de Brian de Palma que trata la psiquiatría de forma deliciosamente perversa

 

La muchacha hunde aún más sus manos en la chaqueta de cuero que se ciñe a su cuerpo como una segunda piel. Sin dejar de caminar, levanta la vista y observa un cielo que debería ser azul, pero ahora está lleno de espesas nubes negras, como si algún diablillo hubiese tintado trozos de algodón con un trozo de carbón. Pronto se hará de noche. Viste una falda negra con estampados de color apagado, medias negras, unos botines negros y una camiseta de tirantes negra sobre la que se ha enfundado una cazadora negra con tachuelas metálicas.

Vuelve a mirar el cielo encapotado e imagina que le gustaría mimetizarse con la oscuridad, poder caminar por una calle oscura como si fuese invisible. A nadie le disgusta que le miren, aun menos que le admiren. Pero ella preferiría que la admirasen por lo que hace, por como piensa, que comprendiesen sus emociones y sus deseos. En vez de eso, simplemente la miran al caminar.

El negro es tambien el color de quienes odian escoger, pero también es el color de esas mentes que escapan a las coloridas emociones propias de los libros de autoayuda. Cuando se compre su primer coche será de color negro y cuando tenga un hijo le pintará las uñas de color negro.

Cuando se desnuda frente a alguien le gusta lucir ropa interior negra, se pinta los ojos de negro, a veces los labios, negro es también el color de sus uñas y en uno de sus dedos hay un anillo con una gran piedra negra cuadrada.

A lo lejos, un relámpago ilumina el cielo cruzando a toda velocidad de un lado a otro. Recuerda que, antes de salir de casa, dejo caer un paraguas dentro de su bolso. Un paraguas negro dentro de un bolso también negro, como no podía ser de otro modo.

¿Por qué la gente asocia el negro a la maldad? La oscuridad es donde se esconden los villanos pero también es el lugar donde los amantes se besan y donde nuestros sueños nos transportan a esos momentos más deseados. Cualquier pintor comienza con un lienzo en blanco, igual que el folio en blanco del escritor. ¿Acaso no se puede crear belleza desde lo negro? No hay nada mejor que hacer el amor en la oscuridad, sintiendo, oliendo, escuchando, tocando, permitiendo que la oscuridad sea un lienzo donde la pasión no entiende de formas.

Mientras camina piensa que hay días en que se mira al espejo y se siente hermosa vestida de negro. Otros días se siente menos hermosa, pero incluso en esos días donde tú eres tu peor enemigo, sigue vistiendo de negro.

Se dirige al encuentro de un hombre del que todo sabe, pero que nunca ha visto antes. No sabe que sucederá pero le da un poco igual. Sigue caminando con paso firme, haciendo resonar los tacones de sus botines sobre el asfalto. Le apetece conversar con ese tipo, pero también tiene algo de miedo, quizás pudor. 

Aunque sabe que todo saldrá bien porque el color negro siempre le ha dado suerte.


miércoles, 24 de noviembre de 2021

La mente humana (2)

 Hannibal. ¿O debería decir Mads Mikkelsen? – Blog Seriously

Mi segundo texto sobre la mente humana comienza donde acabó el anterior: la mente humana es un mecanismo de una perfección inusitada, pero preferimos infrautilizarla (o utilizarla de forma errónea) porque eso nos humaniza. Hacernos el idiota nos permite vivir tranquilamente, ya que pensar mucho, además de generar debate, es más cansado.

Me sugirieron que escribiese sobre la mente humana y me he dado cuenta de que, en ese primer texto, hablé tan solo del cerebro. De un órgano. ¿Qué diferencia hay? Acudo una vez más al diccionario de la Real Academia y entonces me explota la cabeza. Os mostraré visualmente el motivo:

Así pues, la mente es la potencia intelectual del alma. Lo cual confirma que hay barra libre de marihuana entre los académicos de la lengua. Es una definición que más bien parece el título de un libro de autoayuda: "la mente, la potencia intelectual del alma" y en la portada la sugerente imagen de un cerebro dentro de una pirámide y una pegatina que diga "5a edición, 200000 ejemplares vendidos".

Así pues, obviaré esta lisérgica primera definición y procederé con la segunda: "designio, pensamiento, propósito, voluntad". Un cóctel de palabras que resulta lo más parecido a proceder a la caza del mosquito tigre con una escopeta de perdigones y unas gafas mal graduadas. Aunque dentro de ese totum revolutum que es la segunda acepción hay una palabra con la que me siento confortable: "pensamiento". Nuestra mente es nuestro pensamiento. Definitivamente me gusta, que diablos.

Y llegando a la tercera definición (propia de la psicología) es cuando acertamos en la diana. Porque eso pretende esta serie de textos sobre la mente humana: el abordar el tema desde un punto de vista psicológico. 

La diferencia entre la psicología y la psiquiatría es tan simple como la diferencia entre un masajista y un cirujano. Puede que ambos te ayuden con tu problema de espalda, e incluso puede que tu problema solo requiera de uno de ellos. ¿Pero quién quiere que le abran en canal cuando pueden simplemente tocarle? Olvidémonos pues de la psiquiatría (a pesar de nuestra devoción por Hannibal Lecter) y quedemos en ese terreno más sugerente e intangible que es la psicología.

¿Qué tiene de fascinante la mente humana? Desde mi punto de vista lo tiene absolutamente todo. 

Como practicante de BDSM desde hace más de 35 años (que se dice pronto) siempre he pensado que la mente humana (la propia y las ajenas) es el artefacto más fascinante con el que me enfrentaré jamás. Y eso que es invisible a nuestros ojos. ¿Cómo es que alguien puede sentir tanto placer con el dolor que llegue a orgasmos incontrolados? La maldita dopamina tiene la culpa, ya hemos hablado de eso antes en este blog. Un proceso químico, claro. Pero volvamos al romanticismo: ¿por qué tú tienes orgasmos con el dolor y yo no? Sabemos como se desencadenan esos procesos químicos, sin embargo, sigue siendo un misterio el porqué sucede a unos y a otros no. Ya puede venir el mejor neurocirujano del mundo a declararme que sucede porque la construcción de cada cerebro es diferente. Eso es de lógica pura, pero descartaré la ciencia y continuaré anclado en el romanticismo para no toparme con una realidad donde todo cuanto sucede es porque somos moléculas interactuando de forma aleatoria.

Y esta es la reflexión de este segundo texto: todo tiene una explicación científica. ¿Pero es necesaria? Prefiero pensar que cada mente es diferente por ese libre albedrío que alguna deidad nos otorgó para, después, contemplarnos divertido desde su Olimpo. Me gusta escribir y como consecuencia de ello prefiero fantasear con que algunas cosas suceden porque alguien maneja los hilos tanto a la hora de empujarnos como a la hora de quitar los ruedines de nuestra bicicleta. Somos libres de actuar hasta que algo se interpone en nuestro camino, ya sea una inexistente deidad, ya sea eso que llaman "destino" o bien sea el autobús número 15. Fuera de todas estas excepciones: somos libres, nuestra mente es libre.

La mente humana es el elemento más apasionante del que disponemos y si te dejas convencer de eso entonces verás a las personas de manera diferente a como las ves. Se abrirá la ventana de par en par permitiendo el paso de una luz casi cegadora que nos descubrirá las infinitas posibilidades que tenemos frente a nosotros. Obviemos pues la cultura de lo visual y adentrémonos en el mundo de intelecto.

¿Y no se trata de eso precisamente cuando hablamos de la mente humana? El mundo del intelecto, de lo intangible, de lo impredecible... casi un imposible. Por eso es tan fascinante.

Y para cerrar este segundo texto (que no será el último) me gustaría dejar caer una bomba a modo de reflexión: los que de esto saben dicen que el cuerpo humano es la máquina más perfecta que existe, tan perfecta que es imposible de reproducir de forma mecánica. Una máquina formada de muchas otras máquinas donde el cerebro es quizás la más perfecta de todas. Entonces, si nuestra mente es fruto del ingenio más perfecto jamás antes creado ¿por qué nos ahogamos en un vaso de agua cuando perdemos el móvil o nos duele una muela? ¿Por qué preferimos mirar una película de Netflix a hablar con nuestra pareja de lo desastrosa de nuestra relación? ¿Por qué queremos colarnos en la cola de la panadería o robamos, o mentimos, o matamos...?

No tengo la respuesta, quizás a eso debería responder la psicología... o la psicóloga.

La mente humana (1)

 Hannibal" | Hannibal, +18 movies, Movie scenes

La mente humana es, con toda seguridad, el instrumento más complejo creado jamás por el universo (o creado por Dios si es que habéis abrazado la fe más alucinógena). La mente humana es tan perfecta que incluso el más idiota de los mortales posee una mente más compleja que el más inteligente de los animales. Y, a pesar de habérsenos regalado una mente que puede alcanzar cualquier propósito  (desde llegar a la luna a concursar en "la isla de las tentaciones") seguimos gastando neuronas en conseguir abrir ese rebelde envoltorio de CD o maquinando planes para tener más dinero que nuestro vecino.

Lo cual me lleva a otra reflexión: todos tenemos una mente, pero no todos la utilizamos en la misma medida. O de la misma forma. No obstante, nuestra personalidad (que es la que marca ese nivel de uso) también reside dentro de la mente. Es como si todos los coches se impulsasen con gasolina, sin embargo, no todos llegasen al mismo destino. ¿Por qué sucede eso? La respuesta (mi respuesta) radica en eso que denominados "aprendizaje" (ya sea constructivista o conductista).

Algunas personas creen que tengo una mente superior solo porque escribo bien o porque reflexiono sobre lo que ellas no reflexionan. Permitidme que desmonte esta teoría al tiempo que echo paladas de tierra (e incluso cal) sobre mí mismo: escribo bien porque leo mucho. No hay más secreto. Cuando era pequeño, mientras el resto de los niños iban en bicicleta o jugaban al fútbol, yo me encerraba en mi cuarto a leer todos los libros que encontraba en casa. Y de la misma forma que los niños que jugaban a fútbol se esforzaron en ser futbolistas, yo me esforcé en ser escritor. No tiene tanto mérito el escribir bien si has leído mucho. Lo del fútbol ya es harina de otro costal. Como consecuencia de la continuada lectura, mi mente se desarrolló plagiando cuantas ideas leía. Resumen: no tengo una mente privilegiada, sino que soy un burdo copión. Y no hablo desde el síndrome del impostor, hablo desde la realidad de quien soy. Y es que todo ya está inventado.

Este primer texto sobre la mente humana es simple: no podemos alcanzar a comprenderlo absolutamente todo, aún menos aquello que nos es ajeno. Impostores somos muchos. Todo aquel que produzca ficción es un impostor por el simple motivo de que es un mentiroso que pretende hacer lo más real posible algo que nunca existió. Y yo soy de esos. También porque me encuentro más cómodo en la ficción que realidad (así de mal funciona mi mente).

Lo que me lleva al gran tema del que siempre me ha apasionado escribir: la mentira (aunque sea mintiéndonos a nosotros mismos que es la más perversa de las mentiras). Pero hoy no hablaremos de la mentira porque este texto va sobre algo que tenemos y que infravaloramos, que utilizamos de forma errónea y que nos mueve a equivocarnos constantemente. ¿Por qué sucede esto? Tenemos la mejor de las herramientas y la usamos mal: la mente humana. No hablo ahora de esos desajustes químicos del cerebro que hacen que desvariemos hacia lugares indeseables. Hablo de que, desde la lucidez y la salubridad mental más absolutas, continuamos desaprovechando nuestro cerebro y haciendo de la mente un instrumento menos valorado que, por ejemplo, nuestros genitales.

Tengo una teoría de por qué sucede eso. Los estudios dicen que la perfección asusta. Si tuviésemos una cara absolutamente simétrica, eso aterraría a los demás. 

La huérfana: Fotos y carteles - SensaCine.com
El cartel de "La huérfana" generaba terror porque es un montaje simétrico del rostro de la protagonista (una mitad espejo de la otra)

La asimetría de nuestro rostro es atrayente. Se hicieron estudios con textos magníficos, recetas magníficamente cocinadas, películas aparentemente perfectas… y no eran tan valorados como aquellos que contenían imperfecciones. Está demostrado que el mejor escritor es aquel que escribe el texto perfecto y después lo llena de imperceptibles imperfecciones que lo humanizan.

Por eso nos gusta desaprovechar nuestro cerebro: porque nos hace parecer más humanos, nos hace olvidarnos que podemos alcanzar cuanto deseemos y nos permite estar sentados en el sofá viendo películas de Netflix y eructando. Todo es cuestión de bajar tanto el listo que puedas conseguir la medalla de salto de altura dando un simple pasito.

Ser perfecto, además de provocar rechazo, es aburrido. Bienvenidas sean las mentes imperfectas.

lunes, 22 de noviembre de 2021

Las malditas siglas BDSM

 Qué es bdsm? Definición, concepto y significado.

Algunas personan asocian la palabra BDSM a dolor y oscuridad. Asocian el BDSM a la famosa frase de Churchill de “sangre, sudor y lágrimas”. Pero BDSM no es eso. O no es tan solo eso. BDSM toma su base en que hay una persona que domina y otra que es dominada. Dentro de este escenario todo vale, desde lo más simple a lo más complejo. Repito: todo vale, sin embargo, recordemos también que es un "todo vale" dentro del consenso.

He escrito mucho sobre el tema de la privación de la vista en la primera sesión (o el primer encuentro). ¿Vendarle los ojos a alguien es BDSM? Depende de cuanto suceda después. En uno de los relatos de mi blog titulado “Breve encuentro” explico un encuentro BDSM (que sucedió exactamente como se cuenta) donde lo único BDSM que hay es un antifaz y cierto lenguaje. Cojamos ese relato: imaginad un encuentro entre dos personas donde una tiene los ojos vendados mientras la otra persona la masturba. Utilicen lenguaje duro o no… ¿Es BDSM porque una persona tiene los ojos vendados? ¿O es BDSM porque una persona adopte una postura sumisa y la otra adopte una postura dominante? ¿Y si se comportasen igual sin la venda en los ojos? 

¿La diferencia es una venda en los ojos? ¿La diferencia es el lenguaje que empleemos? ¿La diferencia es la actitud sumisa o dominante de una de las personas? Demasiadas preguntas que, aunque las respondamos correctamente, tampoco conseguiríamos el milagro de saber exactamente que es BDSM y que no lo es.

Resulta irónico que, yo que practico BDSM, escriba en este blog sobre BDSM las siguientes palabras: olvidad de las etiquetas. Que no os tiré para atrás las famosas siglas BDSM. Haced lo que os venga en gana, pero hacedlo, experimentad, jugad, intentad llevar vuestras fantasías a la realidad. Buscad el placer que nace del deseo. Nunca dejéis de imaginar, de desear, de jugar. Somos como niños pequeños en un escenario adulto y eso nos permite (desde el consenso) llevar a la realidad cualquier fantasía que ideemos.

Por eso, no deis un paso atrás cuando leáis las siglas BDSM y llevad a la realidad todas vuestras fantasías (siempre desde el consenso y el respeto) porque, como siempre repito, no es lo mismo vivir que sentirse vivo. Y si no te sientes vivo, si te dejas arrastras por la rutina o la cotidianeidad, entonces la vida no merece tanto la pena.