domingo, 29 de noviembre de 2020

La justa medida (la justa mesura)

 

MANUAL PARA EL ADIESTRAMIENTO BDSM - MundoErotico

¿Y tú por qué tienes un blog? Me preguntan a menudo. ¿Y tú por qué llevas esa ropa o luces ese corte de pelo? ¿Por qué no te gusta el marisco, pero adoras la pizza? ¿Por qué te has comprado esa lavadora y no otra? La mayoría de las veces no hay otra motivación en nuestras vidas que el que algo nos guste. O visto de otra manera: evitamos aquello que no nos gusta tanto. ¿Y yo por qué tengo un blog? Porque me gusta escribir, porque soy un egocéntrico, porque me gusta que la gente le pierda miedo al BDSM, porque es una forma de que las ideas salgan de mi cabeza y queden en algún lugar. ¿Y tu por qué lees un blog?

Preguntas y más preguntas, algunas salidas de la curiosidad, otras de los prejuicios.

¿Y tu por qué prácticas BDSM? Me preguntan a menudo. ¿Y tú por qué llevas esa ropa o luces ese corte de pelo? ¿Por qué no te gusta el marisco, pero adoras la pizza? ¿Por qué te has comprado esa lavadora y no otra? La segunda respuesta es parecida a la primera pregunta. Porque me gusta, simplemente. ¿O acaso tu no buscas repetir aquello que te proporciona alguna clase de placer?

A algunas personas los días lluviosos les encanta, pero demasiada lluvia puede deprimirles. Todo es placentero en su justa medida.

Si practicase cada día BDSM acabaría odiándolo. El mismo odio llegaría a mi si estuviese todo el día escribiendo textos en este blog o todo el día leyendo lo que otros escriben. ¿Y dónde está la medida entonces?

Dicen que todo lo que es bueno en este mundo o es ilegal o es inmoral o engorda. Y ahí está la clave: la medida. Si estamos todo el día comiendo pizza acabaremos saliendo de casa por la ventana y ayudados de una grúa. Si estamos todo el día fumando cigarritos de la risa acabaremos con el cerebro agujereado como un queso gruyere. Si practicamos cada día BDSM, corremos el riesgo de acabar banalizando lo que es un valor.

Hablemos de valor: todo lo que tiene valor debe ser consumido con medida, no porque sea dañino sino porque acabaríamos desvirtuando el valor de lo que consumimos. Si soy la persona más rica del mundo que tiene un yate forrado en oro… ¿qué más puedo valorar? De acuerdo, este es un concepto mercantilista. Vayamos entonces a lo emocional: si tengo cien orgasmos al día ¿cómo valorar un orgasmo? Si estoy todo el día comiendo jamón 5J ¿cómo disfrutar de un buen plato de jamón?

Es tan dañino no tener nunca placeres como tenerlos todos y tenerlos siempre.

¿Y yo por qué tengo un blog? Porque me gusta, porque entro a escribir de vez en cuando.

También porque soy un egocéntrico de la ostia.


I tu per què tens un blog? Em pregunten sovint. I tu per què portes aquesta roba o llueixes aquesta tallada de cabells? Per què no t'agrada el marisc, però adores la pizza? Per què t'has comprat aquesta rentadora i no una altra? La majoria de les vegades no hi ha una altra motivació en les nostres vides que el que alguna cosa ens agradi. O vist d'una altra manera: evitem allò que no ens agrada tant. I jo per què tinc un blog? Perquè m'agrada escriure, perquè sóc un egocèntric, perquè m'agrada que la gent li perdi la por al BDSM, perquè és una forma de què les idees surtin del meu cap i quedin en algun lloc. I tu per què llegeixes un bloc?

Preguntes i més preguntes, algunes sortides de la curiositat, altres dels prejudicis.

I tu per què pràctiques BDSM? Em pregunten sovint. I tu per què portes aquesta roba o llueixes aquesta tallada de cabells? Per què no t'agrada el marisc, però adores la pizza? Per què t'has comprat aquesta rentadora i no una altra? La segona resposta és semblant a la primera pregunta. Perquè m'agrada, simplement. O potser tu no busques repetir allò que et proporciona alguna mena de plaer?

A algunes persones els dies plujosos els encanta, però massa pluja pot deprimir-les. Tot és plaer en la seva justa mesura.

Si practiqués cada dia BDSM acabaria odiant-lo. El mateix odi arribaria al meu si estigués tot el dia escrivint textos en aquest blog o tot el dia llegint el que altres escriuen. On és la mesura llavors?

Diuen que tot el que és bo en aquest món o és il·legal o és immoral o engreixa. I aquí radica la clau: la mesura. Si estem tot el dia menjant pizza acabarem sortint de casa per la finestra i ajudats d'una grua. Si estem tot el dia fumant cigarrets del riure acabarem amb el cervell foradat com un formatge gruyère. Si practiquem cada dia BDSM, correm el risc d'acabar banalitzant allò que és un valor.

Parlem de valor: tot allò que té valor ha de ser consumit amb mesura, no perquè sigui nociu sinó perquè acabaríem desvirtuant el valor d'allò que consumim. Si sóc la persona més rica de món que té un iot folrat en or ... què més puc valorar? D'acord, aquest és un concepte mercantilista. Anem doncs al fet emocional: si tinc cent orgasmes al dia com valorar un orgasme? Si estic tot el dia menjant pernil 5J com gaudir d'un bon plat de pernil?

És tan perjudicial no tenir mai plaers com tenir-los tots i tenir-los sempre.

I jo per què tinc un bloc? Perquè m'agrada, perquè entro a escriure de tant en tant.

També perquè sóc un egocèntric de la ostia.

sábado, 28 de noviembre de 2020

La lluvia y los puntos suspensivos...

 Hace días que llueve en Barcelona. Los días de lluvia despiertan al lobo que guardo en mi interior. Es escuchar las gotas golpeando la ventana y de repente, el lobo desgarra mi carne y hace que mi yo domestico se convierta en un yo animal.

wolfman gifs | WiffleGif
Quien no haya visto "Un hombre lobo americano en Londres" (John Landis, 1981) debería ser multado con 200 euros y la retirada del título de cinéfilo.

Intento contenerme. Intento cerrar la boca y que mis manos no hagan algo de lo después mi mente se arrepentirá. Pero el lobo sigue ahí, luchando por salir. ¿Y si sucede lo contrario? Quizás sea un lobo que, en ocasiones, se comporta como una persona aburrida y cotidiana.

Y es entonces que, si durante esos días de lluvia, aparecen unos puntos suspensivos (por activa o pasiva), el lobo sale corriendo a morder a su presa mientras yo lucho por impedirlo.

¿Y qué puedo hacer? Porque ni soy el dios del trueno, tampoco Sir August de Wynter así que no puedo controlar la meteorología a mi conveniencia.

Quizás, cuando llegan los días de lluvia mejor debo cerrar la boca y evitar los puntos suspensivos, porque ambas cosas me vuelven loco.


miércoles, 25 de noviembre de 2020

Patrones del Shibari

Shibari: El arte de atar - Sex Center
Kikkou (亀甲): Atadura corporal con formas hexagonales (similares a un caparazón de tortuga) en la parte delantera del torso.
more rope! more rope! | nicoleuntethered
(Ushiro) Takate Kote o Gote (後ろ高手小手): Patrón frecuente empleado a menudo como base de la atadura. Captura la parte superior del torso inmovilizando los brazos generalmente tras la espalda ("ushiro" significa "detrás") en forma de "U" o "X".

 



English | HISHI WORKSHOP
Hishi: Atadura corporal con formas diamantinas (romboidales). Es una de las formas más populares, muy extendida por ejemplo en el manga. En occidente se ha empleado para alguna de sus variantes el término "karada" (en japonés, "cuerpo").

Shibari – A arte Japonesa de amarração – Playbox
Matanawa: Atadura que se centra en la parte genital.

Shibari bondage from 2012 – RopeTopia
Ebi (海老): Literalmente atadura de la gamba, similar a una posición sentada de loto con la espalda muy curvada sobre las piernas.

Shibari - Wikipedia, la enciclopedia libre
Tazuki: Arnés corporal cruzado en forma de "X".

Geoffroy Tako Baud en Twitter: "#Training at #home #shibari #kinbaku #bondage #bdsm #art #tsuri #photography… "
Tsuri (吊り): Cualquier atadura que incluya una suspensión corporal.

Teppo/Teppou shibari | RopeMarks 
Teppou (鉄砲): Atadura "del rifle", que sitúa los brazos siguiendo una línea diagonal.

BDSM: Shibari el erotismo en una cuerda | Insolente 
Gote Gasshou (後手合掌): Atadura con las manos en la espalda en posición de plegaria.

martes, 24 de noviembre de 2020

La angustia por los demás

 

La angustia de vivir | Todo es cine

La muchacha está sentada frente a una mesa, observando la pantalla de su ordenador. El lugar es su habitación, en el piso que comparte con una amiga. Esta muchacha bien podría ser una mujer. O una niña. ¿Por qué llamarla "muchacha"? Huye de que la vean como una niña, aunque se siente demasiado pequeña y frágil para ser ejemplo de lo que debería significar ser una mujer. Nunca se ha sentido ejemplo de nada. ¿Qué más da cómo la vean o cómo se vea a sí misma? Pues resulta que sí que da. El hartazgo es demasiado grande cuando publica fotos en las redes sociales y recibe decenas de mensajes donde desconocidos le proponen decenas de cosas que a ella le repugnan. No por lo que le proponen sino por como se las proponen. Ojalá poder subir una foto después de hacer gimnasia y que no suceda nada aparte de que sus seguidores le den "likes". No comprende por qué sucede cuanto sucede en las redes sociales, quizás la muchacha (esa que no es ni niña ni mujer) lo que no comprende aún es el funcionamiento del ser humano y, por ende, el de la virtualidad.

Cuando, en las redes sociales, abre su corazón y escribe acerca de sus sentimientos, entonces recibe de inmediato cientos de mensajes de desconocidos preocupándose por ella. ¿Cómo no saber lo que ocultan esos mensajes? Es hermosa y parece frágil. Comprende que la consecuencia de esto es que cientos de esos hombres resoplen excitados. ¿Qué culpa puede tener ella? Que la dejen en paz, lo único que quiere es sonreír y que se acerquen a ella de forma sincera. ¿Tan difícil es?

La muchacha ha ido a parar a una página web donde cuentan sobre BDSM. Su primera impresión ha sido de rechazo. ¿Cómo nadie puede hacerle eso a otra persona? Le parece que el BDSM es la misma violencia de esos desconocidos que le proponen cosas oscuras.

¿Y si las cosas fuesen diferentes? Ojalá el amor estuviese construido en la sinceridad y el desinterés. Un amor directamente salido de esas novelas románticas que leía su madre. Ojalá nadie le escribiese proponiéndole cualquier cosa. Ojalá esas personas que dicen atar y azotar a otras personas se dedicasen a construir un mundo con menos violencia. Ojalá un mundo a su medida. Algo del todo imposible, es consciente de ello. Es lo que más rabia le da.

No quiere acostumbrarse a un mundo así, tampoco puede cambiar las cosas.

La muchacha sigue leyendo los artículos que hay en esa página que habla de BDSM. ¿Y si esas personas no fuesen realmente los enfermos que ella cree que son? Quizás las personas que le escriben después de ver sus fotos tampoco sean los enfermos que imagina. La muchacha cierra el ordenador y vuelve a su cama, abre un libro y comienza a leer. Se ha prometido a sí misma no consultar el ordenador ni el teléfono móvil en lo que queda del día. Es consciente de que no lo conseguirá porque se lo ha propuesto antes cientos de veces.

Es medianoche, la muchacha deja el libro encima de la mesita y observa su teléfono móvil. Cierra los ojos y se fuerza a imaginar algo mejor que esa angustia que la impide respirar. Algo mejor que esa tristeza que pinta los días de apagados tonos grises. La muchacha alarga la mano y apaga la luz. Ojalá soñar con un mundo menos complicado, un mundo donde la gente no se acerque a ella por motivos diferentes a los que le muestran. Los auténticos motivos. Solo pide eso: sinceridad, aunque duela.

El sueño la vence y se sumerge en una fantasía donde un desconocido la desnuda y la ata a una cama. Antes de que suceda nada, la muchacha se despierta sobresaltada, bañada en sudor. Está asustada. Observa el teléfono móvil. ¿Y si se distrae consultando sus redes sociales? ¿Y si alguien la ha llamado? ¿Y si él la ha llamado? Sigue asustada.

Y entonces comprende que su miedo no viene de este teléfono apagado, tampoco de toda esa angustia que hace días que oprime su corazón. Su miedo nace de la extraña sensación de que, en el sueño, le encantaba estar atada y expuesta frente aquel desconocido.

lunes, 23 de noviembre de 2020

Confianza Vs Desconfianza

 

15 cosas que todas pensamos en una primera cita | The Idealist

Desconfiamos respecto a las intenciones de los demás, incluso respecto a nuestras intenciones. La desconfianza es el mejor reflejo de lo frágil de la condición humana.

Resulta más fácil desconfiar y esperar que nos den motivos para confiar que confiar y esperar que lleguen los motivos que nos lleven a desconfiar. Desconfiar de primeras es fácil, aunque también es seguro. Si me acerco a ti sin motivo aparente, desconfiarás de mis motivos. Te proteges.

Se nos acerca alguien por la calle y lo primero que sentimos es desconfianza: ¿querrá robarme? ¿Me pedirá dinero? ¿Quién es esa persona? ¿Por qué se acerca a mí una persona desconocida? Quizás tan solo sea alguien que quiere preguntarte por la hora o por donde cae una calle. Desconfiamos para protegernos y esperamos que el tiempo nos dé argumentos para confiar.

El diccionario de la RAE define “desconfianza” como “falta de confianza”. Un oxímoron en toda regla. Así pues, aquí no estamos hablando de desconfianza sino de la falta de algo que debemos construir con mimo. O no. ¿Es necesario confiar en los desconocidos?

El diccionario de la RAE define “confianza” como “esperanza firme que se tiene de alguien o algo”. Es decir, que esa construcción se basa en la esperanza de que esa persona de la que ahora desconfiamos sea mejor de lo que imaginamos. O esperamos que sus intenciones respecto a nosotros no sean las peores.

¿Es posible confiar en alguien de manera instantánea?

Soy una persona que, ante absolutos desconocidos, opta por la desconfianza extrema, de forma instantánea. De la misma manera en que, respecto a los demás, dudo de mis propias intenciones en primera instancia. No obstante, si esa persona llega acompañada de alguien de quien confío, también de la misma forma instantánea, confío completamente en ese desconocido.

No me preocupa desconfiar o confiar en los demás, entiendo que forma parte de mi forma de ser, de esa frágil condición humana a la que pertenezco. Aún somos animales que tenemos grabado en nuestro ADN el instinto de supervivencia. No me preocupa confiar o desconfiar porque forma parte de un proceso.

De lo que no estoy tan seguro es de la confianza respecto a mi mismo. Cuando me acerco a alguien, procuro hacerlo de manera abierta. Si me preguntan, contesto con total sinceridad. Por eso prefiero que no me pregunten cuáles son mis intenciones porque si me lo preguntan, dudo de la respuesta. Desconfío de mis intenciones. Entonces miro en mi interior, intento despojarme de todo egoísmo o mentira. Y contesto la verdad.

¿Y qué tiene que ver todo esto con el BDSM? Mucho.

martes, 17 de noviembre de 2020

Preguntas y respuestas sobre BDSM para recién llegados (y no tan recién llegados)

 

Q&A – Bi/ond

Llevo tiempo con la idea de enumerar una lista de las preguntas que más me hace la gente que aún no conoce lo que es el BDSM. Y sus correspondientes respuesta. Quizás pueda ayudar a perder el miedo o quizás penséis que es una lista de preguntas tan obvia como un político robando. Como siempre, las opiniones son como los culos: todos tenemos uno. Si se os ocurre alguna otra pregunta contactad conmigo y la incluiré en este listado. También la respuesta, claro.


¿Dónde encuentro a alguien con quien practicar BDSM?

Quizás lo tengas más cerca de lo que imaginas sin saberlo. Entre un 5% y un 10% de la población practica BDSM. ¿Cómo reconocerlos? Resulta difícil porque casi nadie lo confiesa. Lo de la educación judeocristiana y la moral, nos sepulta bajo toneladas de arena, cerrando nuestras bocas al tiempo que dibujamos una sonrisa cómplice. Siempre puedes pedirle a tu pareja, amante o amigo que te ate a una cama, te insulte o te humille (si es eso con lo que fantaseas). También puedes acudir a páginas sobre BDSM (como donde estás ahora mismo) en busca de gente que practique o donde se citen lugares donde encontrar practicantes de BDSM. ¿Dónde encuentras gente con quien practicar BDSM? Estamos en el siglo XXI con millones de personas conectadas con millones de personas y miles de millones de páginas de información. Solo has de perder el miedo y preguntar.

¿Hay riesgos en el BDSM?

Los hay de la misma manera y en la misma medida que los hay en muchas otras prácticas. Los riesgos en el BDSM suelen estar asociados al desconocimiento (no saber bien como hacer ciertas prácticas) o a encontrarte con alguien que no es quien dice ser. Son los mismos riesgos que corres cuando conoces a alguien solo que aquí parecen multiplicados por la indefensión que supone estar a merced de otra persona. El riesgo a encontrarte con una situación no deseada es una realidad. En cualquier ámbito de la vida. Quien os asegure que el BDSM es 100% seguro, miente. Aunque si evitáis practicar BDSM porque pensáis que es 100% peligroso, entonces os estáis mintiendo a vosotros mismos. La desconfianza es lógica, hasta cierto punto.

¿Tengo que obedecer a un amo en todo, incluso en lo que no me guste? ¿Tengo que ordenar cualquier cosa, incluso lo que no me apetece?

Por supuesto que no. Lo que va a suceder en una sesión se consensúa (pactándolo) antes de la sesión y se respeta estrictamente. No aceptes nada de lo que no estés completamente seguro. Puedes probar, pero solo aquello que desees probar. Si entre dominado y dominante hay mucho conocimiento y confianza, puede darse el caso de que se pacte obedecer en todo más allá de lo pactado. A eso se le llama metaconsenso.

¿Debo soportar dolor si no me gusta?

Por supuesto que no. Mucha gente que curiosea sobre BDSM nunca acaba practicándolo asocia BDSM a dolor. Esto es absolutamente falso. Si pactas no sentir dolor, no lo sentirás. Si quieres experimentar dolor, pídelo. Consenso siempre.

¿BDSM es sexo?

No necesariamente. Podemos incluir sexo en el BDSM, aunque no es imprescindible. De la misma forma que podemos no incluir dolor ni humillación ni muchas otras prácticas. Muchas personas entienden el sexo como un puente hacia el BDSM porque les permite avanzar, en cierta manera, manteniéndose en su zona de confort. Pero si quieres practicar BDSM sin sexo, también es posible. Recuerda: no debes hacer nada que no desees, por muy sumiso/a que seas.

¿El BDSM virtual és BDSM?

Desde mi humilde punto de vista, no. Comenzar en la virtualidad puede servir para establecer una zona de confort tanto con nosotros mismos como con la otra persona. Pero BDSM significa utilizar los cinco sentidos. La virtualidad puede ayudar a comenzar, a experimentar, pero está a años luz del verdadero BDSM.

¿Estoy loco porque me atraiga el BDSM?

No. Entre un 5 y un 10% de la población práctica BDSM. Ni estás loco/a ni estás solo/a.

¿Qué pasa si me convierto en un adicto al BDSM?

Toda adicción es un problema. ¿Y si me vuelvo adicto al sexo? ¿O a los juegos de azar? La gente piensa que practicar BDSM implica, inevitablemente, convertirse en un adicto. Ese es el gran error. Las adicciones radican en nuestra personalidad, no en la práctica.

Tengo demasiadas dudas respecto a practicar BDSM. ¿Qué hago?

Cuando comienzas algo emocional, dudar es habitual. Dudar durante años no te asegura que todo saldrá mejor. Dudamos para asegurarnos y convencernos de que no es una locura. ¿Tienes dudas? Entonces infórmate y después prueba. ¿Tienes demasiadas dudas? Entonces olvida el BDSM y cómprate un puzzle de 5000 piezas (a poder ser que no sea de temática BDSM).

¿Y si no me gusta el BDSM?

Es sencillo, no repitas. O quizás repite, pero con otra persona. Si voy a un restaurante y algo me disgusta, no vuelvo a pedir ese plato o no vuelvo a ese restaurante. Tener una primera experiencia negativa en el BDSM no te llevará a un trauma ni a acabar en un hospital. Todo es más sencillo y natural. Infórmate, asegúrate, pruébalo y decide después si es algo que te gusta o no.

lunes, 16 de noviembre de 2020

El primer instante (relato breve)

 

relampagocosmico.tumblr.com - Tumbex

La mujer y el hombre, de pie ambos, frente a frente, sin articular palabra. La mirada de él intenta construir una superioridad que aún no ha logrado, disparando en todas direcciones. La mirada de ella transmite seguridad. ¿Pueden las miradas reflejar una emoción concreta? Están completamente vestidos, aun con la ropa de calle, acaban de entrar. Instantes antes de esta imagen, el hombre le ha ordenado que se desnude y ella se ha negado. En rotundo.

El hombre la observa, consciente de que cuando alguien niega algo que desea, está transitando ese camino construido con orgullo y miedo, el comienzo de un juego donde el otro contrincante quiere ver hasta donde será capaz de aguantar. Le ha pedido que se desnude porque es lo que debe ser. Y ella se ha negado por motivos que él debe comprender. Y destruir.

La mujer le observa, consciente de que acabará desnudándose y estando a sus órdenes. Pero aún no. Le apetece mantener unos minutos más el hecho de que sus decisiones sean solo suyas. Por supuesto que quiere convertirse en la sumisa del hombre que tiene frente a ella. También sabe que negarse a la primera orden puede resultar un desastre. Pero quien tiene alma de escorpión seguirá siendo siempre un escorpión, aunque muera ahogado en un río.

-Desnúdate -repite el amo.

La sumisa no responde. Si quiere verla desnuda, que la desnude él. ¿Está haciendo lo correcto? Es la primera vez que actúa como sumisa. Que palabra más fea. ¿Debe seguir negándose o mejor comienza a quitarse la ropa? Que lo decida él.

El amo intenta comprender cuanto sucede. Y le disgusta. Comenzar una sesión con una sumisa que ponga a prueba a su amo no es la mejor forma de comenzar algo. Es una mala idea por parte de ella.

¿Morirán ambos ahogados en el río?

-Es la última vez que te lo ordeno: desnúdate -dice el amo.

Y, entonces, ella actúa.

viernes, 13 de noviembre de 2020

Las verdaderas intenciones

 

Una serie de Depredador podría llegar a Disney Plus - Mex Mads
En cierta manera, todos somos depredadores

Constantemente me pregunto que tipo de persona soy. Una pregunta genérica y carente de cualquier rastro de anestesia. Una pregunta también a la que nunca he encontrado una respuesta que pueda considerar satisfactoria. Porque etiquetarnos significa reducirnos a conceptos. Y los humanos somos una cosa y la contraria al mismo tiempo. Me gustaría pensar y decir de mí que soy una buena persona. Objetivamente lo soy. Pero también tengo mis sombras y eso me hace dudar de la bondad de alguna de mis acciones. Quizás el egoísmo o la ambición estén detrás de esa bondad, utilizando una aparente bonhomía para conseguir lo que nunca conseguiría siendo directo.

No me siento orgulloso de como actúo en determinadas ocasiones, la búsqueda de ciertos placeres me convierte en un egoísta que es lo más parecido a aun niño que quiere un determinado juguete para Reyes y repite a los padres día tras día que necesita ese juguete, en el convencimiento de que sus padres convencerán a Melchor o quizás porque ya ha descubierto la gran mentira sobre los padres y los Reyes Magos.

Adoro escuchar a las personas, me siento magníficamente bien ayudando (en la medida que pueda) a la gente, incluso a los desconocidos. Creo que he venido a este mundo a ayudar.

Pero entonces, cuál Mr. Hyde, aparece el depredador que llevo dentro y me pregunto si detrás de esa bondad y esas ganas de ayudar no se esconden otras intenciones que significarían que cuando quiero ayudar a alguien, en realidad quiero que me deban algo.

Somos nuestros peores enemigos, incapaces de comprender que la vida son luces y sombras, empeñándonos en parecer la mejor persona posible sintiéndonos la persona más egoísta del mundo conocido.

¿Acaso creéis que cuando alguien da limosna a otra persona no lo hace porque así se siente mejor? Pero en este ejercicio de "caridad egoísta" también hay una consecuencia más allá de calmar nuestra conciencia: hemos ayudado a otra persona. Incluso en los actos de amor más desinteresados hay egoísmo porque deseamos que con eso, seamos amados de vuelta en la misma medida.

Desconfiad de quien os diga que hace las cosas de forma desinteresada. Siempre hay un interés, aunque sea el interés por sentirte bien ayudando.

En psicología existen los conceptos de egoísmo positivo, egoísmo negativo y egoísmo neutral. No voy a entrar en eso, en primer lugar porque de psicología sé tanto como de pastillas potabilizadoras y en segundo lugar porque para aburrir ya existe Antena 3.

Ojalá las personas nos preguntásemos los unos a los otros las verdaderas intenciones de nuestros actos en vez de asumir los motivos del otro. Puede que las respuestas nos proporcionasen una gran sorpresa, quizás confirmarían nuestras teorías de por que hacen lo que hacen. Aunque también viviríamos más tranquilos, sabedores de las intenciones de los demás incluso cuando parece simple generosidad.

Todos buscamos algo, incluso cuando parecemos no buscarlo.


Constantment em pregunto quin tipus de persona sóc. Una pregunta genèrica i mancada de qualsevol rastre d'anestèsia. Una pregunta també a la que mai he trobat una resposta que pugui considerar satisfactòria. Perquè etiquetar significa reduir-nos a conceptes. I els humans som una cosa i la contrària al mateix temps. M'agradaria pensar i dir de mi que sóc una bona persona. Objectivament ho sóc. Però també tinc les meves ombres i això em fa dubtar de la bondat d'alguna de les meves accions. Potser l'egoisme o l'ambició estiguin darrere d'aquesta bondat, utilitzant una aparent bonhomia per aconseguir el que mai aconseguiria sent directe.

No em sento orgullós de com actuo en determinades ocasions, la recerca de certs plaers em converteix en un egoista que és la cosa semblant a tot nen que vol una determinada joguina per Reis i repeteix als pares dia rere dia que necessita aquesta joguina, en el convenciment que els seus pares convenceran Melcior o potser perquè ja ha descobert la gran mentida sobre els pares i els Reis Mags.

Adoro escoltar les persones, em sento magníficament bé ajudant (en la mesura que pugui) a la gent, fins i tot als desconeguts. Crec que he vingut a aquest món a ajudar.

Però llavors, com un Mr. Hyde, apareix el depredador que porto dins i em pregunto si darrere d'aquesta bondat i aquestes ganes d'ajudar no s'amaguen altres intencions que significarien que quan vull ajudar a algú, en realitat vull que estiguin en deute amb mi.

Som els nostres pitjors enemics, incapaços de comprendre que la vida són llums i ombres, forcant-nos en semblar la millor persona possible i sentint-nos la persona més egoista del mon conegut.

És que creieu que quan algú dóna almoina a una altra persona no ho fa perquè així se sent millor? Però en aquest exercici de "caritat egoista" també hi ha una conseqüència més enllà de calmar la nostra consciència: hem ajudat a una altra persona. Fins i tot en els actes d'amor més desinteressats hi ha egoisme perquè volem que amb això, siguem estimats de tornada en la mateixa mesura.

Desconfieu de qui us digui que fa les coses de forma desinteressada. Sempre hi ha un interès, tot i que sigui l'interès per sentir-te bé ajudant.

En psicologia existeixen els conceptes d'egoisme positiu, egoisme negatiu i egoisme neutral. No entraré en això, en primer lloc perquè de psicologia sé tant com de pastilles potabilitzadores i en segon lloc perquè per avorrir ja existeix Antena 3.

Tant de bo les persones ens preguntéssim els uns als altres les veritables intencions dels nostres actes en comptes d'assumir els motius de l'altre. Potser les respostes ens proporcionessin una gran sorpresa, potser confirmarien les nostres teories de per què fan allò que fan. Tot i que també viuríem més tranquils, sabedors de les intencions dels altres fins i tot quan sembla simple generositat.

Tots busquem alguna cosa, fins i tot quan semblem no buscar-ho.

jueves, 12 de noviembre de 2020

Los miedos

 

Recorrido virtual por lugares tenebrosos de Guatemala | Junio 2020 | Guatemala.com

Cuando hablamos de miedos deberíamos hacer una puntualización acerca de "a que" tenemos miedo o "que tipo" de miedo tenemos. Miedos haberlos haylos y podemos escoger entre un amplio catálogo, aunque no tiene el mismo peso el miedo a que se queme el filete que el miedo a morir. Tampoco es el mismo tipo de miedo.

Centrémonos en esos miedos que tienen un peso específico en nuestras vidas. Esos miedos continuados que forman parte de nuestra personalidad. Olvidemos lo que es ocasional. Mejor centrémonos en esos miedos que nos impiden respirar, dormir o incluso hablar.

Pero antes de eso... ¿qué es el miedo? Como siempre, acudamos a la RAE. Esos señores sentados en sillones con letras, comienzan a definir el miedo con "angustia", "recelo" o "aprensión". ¿Entonces qué es lo que causa angustia, recelo o aprensión en nuestras vidas? Miedo a no sentirnos queridos. Miedo al fracaso. Miedo al silencio. Miedo a... Un momento. ¿Entonces tenemos miedo a todo aquello que nos aleja de la felicidad? Tener miedo a las alturas no hace que nuestra vida sea más infeliz a no ser que nuestro sueño sea convertirnos en acróbatas de circo, escaladores o pilotos de helicóptero. Pero tener miedo al abandono, sí.

Nuestros miedos marcan el camino. Siempre soñé con ser cocinero, pero sufro Necrofobia (terror respecto a los animales o personas muertas). Algo incompatible con la cocina profesional donde debes trabajar con animales muertos a los que cortar, eviscerar o incluso meterlos vivos en una olla de agua hirviendo. También me sucedería con las personas muertas si decidiese ser caníbal, que no es el caso.

Los miedos nos condicionan cuando somos incapaces de superarlos. Pero también hay miedos que podemos vencer, miedos no tan enraizados en nosotros, no tan definitorios. He intentado cientos de veces limpiar un pescado y nunca he podido. Soy incapaz de superar ese miedo. Nunca seré un cocinero profesional. Pero lo he intentado. Esa es la clave. El miedo a los animales muertos es algo que he comprendido, asumido e integrado. Pero sigo teniendo ese miedo. Desconfiad de quien os diga que no tiene miedos o que ha sido capaz de superar todos sus miedos. MENTIRA. Superman solo hay uno y es un personaje de ficción.

En el BDSM el mayor miedo al que se enfrentan las personas es el miedo a lo desconocido, la indefensión, el dolor o lo inesperado. Aunque también es un miedo necesario porque enfrentarte al BDSM sin miedo significa olvidar las precauciones. Además, en el BDSM, el miedo es un potenciador de las emociones.

¿A nadie le gusta el miedo? Si esto fuese así, no existiría el género de terror en el cine, no existirían los pasajes del terror en los parques de atracciones ni existirían los deportes de riesgo. El miedo, en su justa medida, genera unas sustancias químicas en nuestro cerebro que pueden llegar a ser placenteras. Pero esos son miedos controlados y específicos, algo que sabemos cuando sucederá y que sucederá durante un tiempo definido.

Lo que rechazamos es ese tipo de miedo que se aferra a nuestra personalidad y se queda ahí para siempre, condicionándonos. El miedo a no ser queridos o el miedo a la decepción es algo que tendremos siempre, podremos gestionar mejor o peor pero no desaparecerán. Y esa es la clave: comprender que ciertos miedos forman parte de la vida y de nuestra personalidad. Y comprender que no podemos vencerlos, porque no somos Superman, pero que podremos gestionarlos incluso con la ayuda de profesionales (de esos que te hacen estirar en un diván, fuman en pipa y anotan todo en una libretita).

Si os da miedo practicar BDSM, no dejéis de intentarlo, porque el miedo nunca desaparecerá, es necesario.

Si os da miedo la vida, aprended a manejar eso porque puede que no sea necesario pero es inevitable.


Recuerdo que una de las cosas que más miedo me ha generado durante años fue una escena de la miniserie dirigida por el maestro Tobe Hopper titulada "El misterio de Salem's Lot" (con una versión reducida que se estrenó en cine con el nombre de "Phantasma 2"). En ella, un niño a quien han convertido en vampiro, va a la habitación de su amigo a visitarle.

Vista hoy en día puede que os parezca simple o infantil, pero os puedo asegurar que allá por 1979 me creó tal trauma que estuve más de 20 años durmiendo con las ventanas cerradas y un pestillo en la puerta.


También recuerdo que, con diez o doce años, invité a un amigo a un helado y ese amigo, cuando creía que yo no le veía, tiró el helado a una papelera. Aunque os parezca ridículo, este momento sin apenas importancia, creó en mi un miedo al rechazo que duró demasiados años.

JokersUpdates.com: The P/X - Good morning Jokers! You don't even need to have your tonsils out on National Vanilla Ice Cream Day!

La felicidad -o no- (5 y final)

 

Classic Movie Gif [30 pics] - Imágenes en Taringa!

Mis expectativas en la vida son pocas, casi todas relacionadas con actos que me acercan a la felicidad. O por decirlo de otra manera: no cumplir expectativas nos frustra y nos lleva a la infelicidad. ¿Y cuáles son mis expectativas? Cientos, miles, millones o apenas media docena. Quizás tan solo dos o tres. ¿Qué importa la cantidad? A cuanto más aspiremos, aumentan las posibilidades de ser felices o infelices. Mis expectativas en la vida no son demasiadas. Con conseguir seguir respirando ya me siento feliz. Y vivo.

¿Y el BDSM? Eso donde dos personas se meten en una habitación a explorar sus deseos más ocultos para llegar a la conclusión de que la vida es más que simplemente respirar. Cumplir mis expectativas en el BDSM no me trae la infelicidad. En cambio, cumplirlas me producen una gran felicidad. He comprendido, con el paso de los años, que toda la felicidad que venga asociada al BDSM es un regalo deseado, aunque no sea solicitado.

Si dejo de respirar me muero. Si no soy amo sigo igual que siempre. Respirar es algo imprescindible, esa es la diferencia.

Lo que más me causa felicidad en el BDSM es mostrarle este mundo a quien no lo conozca. Quizás ese sea el motivo de este blog. Lo que me causa más felicidad es practicar BDSM con una persona que nunca lo haya practicado. No encuentro mayor placer que ese. Pero no alcanzarlo no me causa infelicidad.

¿Cuáles son vuestras expectativas en la vida? Pero no contestéis cosas obvias...


Y aquí finalizan estas entregas sobre la felicidad. Seis en total, como los dedos de mi pie derecho.

Una última recomendación: olvidad lo que siempre habéis creído que está bien o mal (nuestra educación judeocristiana) respecto a la búsqueda de la felicidad. Debéis reiniciaros para atreveros a olvidar lo que os han dicho que está bien o mal y comenzad de nuevo, buscando la llave de la felicidad sin hacer daño a nadie. Disparad en todas direcciones. Vivid. O al menos, intentad sentiros vivos.

Why Not Bradley Cooper GIF - WhyNot Why BradleyCooper - Descubre & Comparte GIFs

miércoles, 11 de noviembre de 2020

La felicidad (o no) -4-

 

Bondage (gifs) - 18 Pics | xHamster

En este capítulo de mi particular (y nada rigurosa) guía sobre la felicidad e infelicidad, voy a hablar escribir sobre un tema que a algunos os interesará tanto como un político hablando de presupuesto. Incluso puede darse el caso de que rechacéis esta última entrega sobre la felicidad. Pido disculpas entonces si sucede que voy a hablar escribir sobre un tema que no os interese. ¿Disculpas digo? Me retracto. Este es un blog donde la temática principal es el BDSM, muchas personas practican BDSM y leen con regularidad este modesto blog. Y es que, como aseguran los cereales con fibra, la regularidad es lo mejor. Si no sois de esos, tampoco rechacéis leer un texto sobre felicidad y BDSM, quizás os ayude con el tránsito intestinal.

En el BDSM, la felicidad o infelicidad varía dependiendo de si conoces de primera mano el BDSM o no. Si lo comprendes o no.

Si tienes la suerte de practicar o haber practicado BDSM, entonces sabrás que la felicidad o infelicidad en el BDSM viene como consecuencia de actos contrarios a cuanto sucede en la vida "real" (o fuera del BDSM). Si nunca has practicado BDSM o crees que somos enfermos que merecemos sesiones y sesiones de psiquiatría, entonces sigue leyendo porque, como buen creador de clickbaits: lo que viene a continuación, te sorprenderá.

Confesión: hasta hace unos meses pensaba que un clickbait era un robot de la nueva saga de Star Wars. Voy progresando.

En la vida más allá de las fronteras del BDSM existen conceptos que son principal causa de la infelicidad. Dolor, humillación, sumisión, oscuridad, abuso de poder, etc. Cualquiera que sufra eso, verá alejarse la felicidad de su vida a toda velocidad. Nadie quiere dolor, ni humillación ni nada "negativo" como parte de su vida.

Pero hay una diferencia: todas esas cosas, fuera del BDSM, son negativas porque suceden de forma no consensuada.

El BDSM se sustenta en el consenso libre, pleno, informado y actual de los participantes.

En el BDSM, si alguien busca dolor y pacta con otra persona que le ayude a conseguirlo, es por un motivo: el dolor le causa placer y ese placer le transportará a un momento feliz. Esa misma persona, ante un dolor inesperado o no consensuado, sentirá infelicidad. Lo de Alicia al otro lado del espejo, vaya. Lo mismo sucede con la humillación, con la sumisión, con cientos de prácticas BDSM. Una persona puede sentir un intenso placer sometiéndose a otra persona por voluntad propia, pero esa misma persona puede sentir rabia y disgusto si se somete a los dictados de un jefe tirano en un ambiente laboral.

1- Todo aquello que sea consensuado y nos proporcione felicidad, sin provocar infelicidad a otros, es lícito.

2- Lo mismo puede provocar felicidad o infelicidad a la misma persona dependiendo de la voluntariedad.

3- Si no has practicado BDSM, estás perdiendo el tiempo.

Puede que el tercer punto no sea demasiado objetivo, pero también debe haber espacio tanto para provocaciones como para sonrisas.

¿Me hace feliz practicar BDSM?

Pero también sucede que cuando no lo practico no soy más infeliz que cuando lo practico. Mi personalidad incluye ser feliz cuando la otra persona es feliz, así de simple funciona mi estropeado cerebro.

Aclaración: lo de estropeado no es porque sea boxeador o porque mi rol sea el de switch y adoro que me den puñetazos en la cabeza. La explicación del batido de zumo de fresa en que se ha convertido mi cabeza es por los accidentes de moto que he sufrido. Por desgracia, mi época de Marlon Brando, de la misma forma que mis motos, se han escapado a toda velocidad por el retrete.

Volviendo al tema: nunca azotaría, humillaría, pegaría, insultaría, ni sometería a nadie en mi vida "normal". Va en contra de todos mis principios tanto de persona como de animal. Aunque si esa persona, en un contexto BDSM, quiere que todo eso suceda, entonces sucederá y ambos seremos felices. Entiendo que todo esto de azotar, humillar, pegar o insultar a alguien puede parecer repugnante, estemos en el contexto que estemos. Soy consciente de que al leer esto algunas personas desenfundarán rápidamente sus prejuicios. Pero como decía antes:

3- Si no has practicado BDSM, estás perdiendo el tiempo.

La felicidad, además de estar levantada con diferentes vigas de acero, depende también del escenario donde colocas esas vigas.

He dicho.

martes, 10 de noviembre de 2020

La felicidad (o no) -3-

 

Te has preguntado qué significan tus sueños sexuales? Descúbrelo acá

Quienes visten batas blancas, cuelgan diplomas en sus paredes y se dirigen entre ellos como “eminencias”, aseguran que tanto la felicidad como la falta de ella tienen origen en cuatro sustancias químicas que se hay en nuestro cerebro. La ausencia o niveles bajos de estas sustancias nos crearía infelicidad y, a mayores niveles, mayor felicidad. Quizás reducir el secreto de la felicidad a un proceso químico tenga tanto de romanticismo como un gato atropellado en una noche de lluvia. Pero tampoco está de más comprender que, muchas veces, esa felicidad o infelicidad no depende exclusivamente de nosotros sino de un extraño cóctel de ingredientes que se mezclan en nuestro cerebro a modo de robot de cocina estropeado.

¿Y cuáles son estas sustancias químicas que regulan nuestros niveles de felicidad? Pues, como he leído en un artículo (pues yo apenas acabé el bachillerato), son las endorfinas, la serotonina, la dopamina y la oxitocina.

Que curioso que estas sustancias tan importantes en nuestra vida tengan nombre de amazonas de un país lejano. Imagino a esas amazonas cabalgando briosos corceles, completamente desnudas y con grandes pechos que se mueven al ritmo de...

Perdón, que me desvío del tema.

Las endorfinas (también conocidas como “hormona de la felicidad”) se encargan de estimular las áreas cerebrales que producen placer en nuestro. Su actuación es parecida a la de los opiáceos. Otros beneficios de las endorfinas en el cerebro son su capacidad para inhibir el dolor físico o emocional, estimular el sistema inmunológico, así como mejorar la capacidad de atención. Para generar endorfinas podemos realizar actividades como cantar, bailar, reírnos, practicar deporte, comer alimentos picantes, practicar sexo, ver películas tristes, o dormir. O sea, a follar.

Otro elemento es la serotonina, responsable de nuestra sensación de placer, actúa como moduladora del funcionamiento de otros neurotransmisores, como son la noradrenalina o la dopamina (relacionados con problemas como la ansiedad, el miedo o la agresividad). Para aumentar sus niveles en el cerebro, de forma natural, podemos tomar el sol, hacer deporte, comer chocolate negro o alimentos ricos en omega-3, recordar momentos felices, tener sexo o recibir masajes relajantes, además de procurar tener un ciclo de sueño ordenado y regular. O sea, a follar una vez más.

El tercer elemento es la dopamina, un neurotransmisor generado por nuestro organismo responsable de nuestro bienestar, responsable de proporcionarnos recompensas tanto en el momento de tomar decisiones para hacer algo, como en el momento de haber cumplido un objetivo marcado. Las personas que tienen altos niveles de dopamina tienen una gran curiosidad y motivación por el aprendizaje. Para aumentar sus niveles de forma natural debemos evitar el estrés, practicar ejercicio físico, tener un descanso adecuado y tomar alimentos ricos en antioxidantes. ¿Ejercicio físico? O sea, una vez más, follar.

Por último, la Oxitocina es un compuesto cerebral importante en la construcción de la confianza, que es necesaria para desarrollar relaciones emocionales. Muchos la llaman “la hormona del amor”. Abrazar a una persona o dar de mamar a un bebé (sobre todo si es tuyo y no si lo has secuestrado) es una forma muy rápida de aumentar sus niveles en el cerebro. Esta sustancia química es el motor que enciende y da forma a gran parte de nuestras conductas tales como la empatía, la confianza, la amistad, el cariño, la confianza, la generosidad, el altruismo o la compasión. Asimismo, cumple una función básica en nuestros centros de recompensa dopaminérgicos: es ella quien, por ejemplo, genera el placer durante los orgasmos. ¿Orgasmos? Follar de nuevo.

Vamos, que no quiero ser yo quien vaya de listo, pero queda claro que para ser feliz hay que follar más.

¿Y para llegar a esa conclusión necesitamos a la comunidad científica? Menudo despilfarro… Al menos hay una noticia positiva: acabo de darme cuenta que quiero ser feliz en el jacuzzi, en la cama de agua, en un hotel, de dia, de noche, encima de una lavadora (mientras centrifuga) o en el asiento trasero de un coche.

A poder ser, en un Simca 1000 (aunque sea difícil).

lunes, 9 de noviembre de 2020

La felicidad (o no) -2-

 

Katharine Hepburn Vintage GIF - KatharineHepburn Vintage Love - Descubre & Comparte GIFs

Hay quienes aseguran que para ser felices en la vida debes alcanzar tres cosas: salud, dinero y amor. ¿Con cuál nos quedaríamos si nos diesen a escoger? Yo tengo mi respuesta, pero no voy a confesarla para que no me llaméis materialista... o hipocondriaco... o romántico.

Aunque me temo que en esta nueva entrega sobre la felicidad, no voy a hablar ni de salud ni tampoco de dinero.

¿Qué es el amor? Quizás antes deberíamos preguntar si existe el amor. ¿Cómo diferenciar amor del cariño? El problema somos nosotros que nos empeñamos en ponerle etiquetas a todo. Olvidemos entonces el concepto y asumamos que el amor existe. Y que existen muchos tipos de amor.

¿Nos proporciona felicidad el amor? Mi respuesta sería que nos proporciona tanta felicidad como infelicidad. Desengañémonos: el amor no es eterno. Aunque como buenos animales racionales nos empeñamos en perpetuar las cosas cuando ya deberían estar enterradas bajo kilos de tierra. Deberíamos aprender a disfrutar del momento, no del mañana ni del mes que viene. Deberíamos comprender que el amor es el ahora, es ese momento sentados en el sofá sin pensar en nada más, construyendo algo poco a poco, sin prisa. Pero nos empeñamos en complicarlo todo. Una de las principales causas del desamor son las expectativas incumplidas, es decir: la frustración.

El amor, como el fútbol o la pizza congelada, es una ruleta rusa. Estas cosas pueden proporcionarnos tanta felicidad como infelicidad.

La diferencia es que mientras en el fútbol o en la pizza congelada, somos espectadores sin poder de decisión. En el amor sí que podemos decidir. Y deberíamos hacerlo porque alargar situaciones tóxicas solo nos llevará a acabar con nuestra moral rota en el suelo en mil pedazos.

¿Y qué tiene que ver el amor con el BDSM? Mucho, quizás demasiado. No hay mayor acto de amor que el que siente una persona dominante por una dominada (y viceversa). Desde la ignorancia de lo que es el BDSM mucha gente es incapaz de comprender cuanto de amor hay en una relación así. Un profundo amor y respeto que supera el de cualquier otra relación. Visto desde fuera, es imposible de comprender como puede existir amor en alguien que humilla, golpea o azota a otra persona. Hay que vivirlo para comprenderlo.

Curiosamente, el amor en la vida "real" me ha traído mucha más infelicidad que ese amor puro que me ha regalado el BDSM.

sábado, 7 de noviembre de 2020

La felicidad (o no) -1-

 

groucho no sabe ya que decir | Hermanos marx, Hermanos lumiere, Cine

He decido escribir una serie de textos sobre la felicidad (e infelicidad) relacionados o no con la temática de este blog (el BDSM). El primero de los textos es una reflexión personal sobre lo que para mí es la felicidad. Seguramente estará plagado de contradicciones y errores respecto a conceptos psicológicos o filosóficos. Como escribe Thomas Ligotti en “La conspiración contra la especie humana”: Tanto si piensas que la consciencia es un beneficio o un horror, es solo lo que tú piensas, y nada más. Pero aunque no puedas demostrar la verdad de lo que piensas, puedes al menos exponerlo y ver lo que piensa el público. Si pretendéis el rigor necesario, entonces acudid a las fuentes adecuadas porque yo soy el menos indicado para dar lecciones de nada. Tan solo expongo y veo después lo que piensa el lector. No soy psicólogo ni filosofo. Solo soy un rufián con alma de ángel (o viceversa).

De joven pensaba que la felicidad era un estado permanente. O eras infeliz o eras feliz. Y pensaba que eras una cosa u otra en todo momento. Como si la felicidad o la infelicidad durasen meses e incluso años, en una carrera donde nada ni nadie podría acabar con ellas. Con el paso de los años te das cuenta de que la felicidad o la infelicidad son momentos puntuales. Recursos puntuales que nos hace ser felices o no de forma instantánea. Y puede durar segundos o días. También he aprendido que hay otros estados aparte del feliz e infeliz. La balanza, la mayor parte del día, no se inclina hacia ningún lado. La felicidad, así pues, es la suma de algunos momentos que son interrumpidos constantemente.

¿Pero qué nos proporciona la felicidad? En el tópico de “cada persona es un mundo” encontraremos la respuesta. Lo que a mí me hace infeliz quizás a ti te proporcione felicidad o viceversa. Pongamos un ejemplo con la práctica del BDSM: hay gente a las que les hace felices sentir dolor o ser humilladas, experimentar eso en sus carnes les eleva a un nirvana de felicidad solo comparable a cuando te comes el último donette de la bolsa. He visto gente experimentando una felicidad que yo nunca alcanzaré solo porque sufren. Menuda contradicción ¿no?. A mucha otra gente, el dolor o la humillación les hará sentir profundamente infelices.

Donettes memes. A melhor coleção de imagens engraçadas de donettes em iFunny Brazil

Un nuevo ejemplo: a mucha gente la música de La oreja de Van Gogh les proporciona felicidad mientras que a otros (a mí, por ejemplo) nos hace sangrar los oídos (que no la oreja).

La felicidad y la infelicidad son conceptos indiscutibles, no perdurables, y cuyo camino cambia según la persona. Ahí queda eso, ya puedo morir tranquilo después de haber formulado semejante soplapollez.

¿Y cuáles son esas cosas nos empujan a experimentar momentos de felicidad o infelicidad? En mi caso, principalmente, son conceptos más emocionales que materiales. Por supuesto que lo material nos trae la felicidad, pero es una un delicioso bombón que esconde arsénico en su interior porque no alcanzar eso material nos hará profundamente infelices.

Nuestra principal frustración en lo emocional, aquello que nos hace infelices, acostumbra a comenzar cuando no somos correspondidos en la misma medida en la que nos ofrecemos. Lo damos todo, o creemos que lo damos todo, y no recibimos lo mismo a cambio. Siempre he argumentado que la amistad es como el amor, debes darlo todo a cambio de nada porque si esperas ser correspondido en la misma medida, la ostia será de las que escriben páginas y más páginas en el Libro Guiness de los Records. De acuerdo, darlo todo a cambio de recibir menos puede parecer injusto, incluso puede quedársenos la cara de idiota pensando que se aprovechan de nosotros. En ese caso, olvidad a esas personas. Si queremos realmente a alguien (se establezca la relación que se establezca) debemos ser capaces de dar sin esperar a recibir en la misma medida. Para mí ese es el secreto de la felicidad en las relaciones personales: la generosidad.

Y cuando digo dar sin esperar a recibir no me seáis malpensados, un poquito de por favor.

Los budistas aseguran que, si no no ansías nada, nada podrá decepcionarte. Es decir, si no tienes sueños o eres el conformista más conformista del mundo, nada podrá frustrarte. O por decirlo de otra manera: la persona más feliz del mundo es la que se viste con unos harapos, vive en un templo y bebe leche de cabra de un cuenco de madera tallado por él mismo. ¿De verdad? Entonces prefiero ilusionarme con cosas que después me frustren a vivir en una película en blanco y negro.

Debemos tener ilusiones, esperanzas, sueños, pero también debemos ser realistas y saber que los momentos de infelicidad llegarán, principalmente porque somos seres profundamente imperfectos en un mundo profundamente imperfecto.

Un poco de humor no nos vendría nada mal, eso también nos proporciona felicidad así que, como decía Groucho Marx: “Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna...”

viernes, 6 de noviembre de 2020

Curiosidad por los/as desconocidos/as

 

Curiosidad ¿El mejor de tus instintos? • Psiquentelequia

¿Qué es lo que nos atrae de alguien con quien, de repente, nos topamos en internet? Las mentes más básicas dirán que si es un hombre que ve la foto de una mujer, entonces las razones de esa atracción están claras y se fundamentan en un deseo de continuar conociéndola de forma horizontal. También sucede con las mujeres que ven fotos de hombres. Bienvenidos al siglo XXI. Otros dirán que es imposible sentir interés por alguien de quien solo ves una foto, unas palabras. Dirán que, en todo caso, es simple curiosidad. Como quien ve una caja decorada con un bonito lazo dorado en la calle y su primer impulso es saber que hay dentro, aunque se frena.

Pero recordemos una cosa: hablamos de virtualidad y ente los ceros y unos que discurren por los tubos del señor Movistar aún desconocemos cómo encaja la química del cerebro.

Intentaré explicar por qué siento curiosidad por ciertas personas con las que me topo en internet, tengan mirada melancólica o no. Me circunscribo a Internet porque esto es un blog de Internet y si me estáis leyendo lo hacéis a través de internet. (Por desgracia) tú y yo no estamos sentados frente a frente en un bar y separados por dos cervezas bien frías.

Existen dos formas en que siento curiosidad por las personas con las que me encuentro en la virtualidad. Dos formas bien simples de explicar: o es el amo (practicante de BDSM) quien siente curiosidad o es la persona. Y eso sucede sin que yo pueda elegirlo, como un clic que se dispara automáticamente en mi cerebro. A veces ese interés como amo se transforma en curiosidad por la persona o viceversa. Incluso ambas. Pero en un primer instante solo hay una de esas dos personas curioseando.

Cuando veo una persona en internet que me causa curiosidad no suele suceder porque su foto me atraiga. Soy consciente de lo que significa la belleza, tengas la nariz operada o no. Pero no suelen llamarme la atención las fotos. Lo que despierta la curiosidad en mí suele ser alguna frase que esa persona ha escrito. Me atraen las personas quienes, desde la modestia, son capaces de introducir un cuchillo en su pecho y se rasga de arriba abajo, mostrando sus vísceras en internet. Sin pudor ni reflexión. Siento mucha curiosidad por esas personas a las que les importa bien poco si las leen o no, pero son capaces de hacerse un harakiri público.

El problema suele venir cuando quiero saber más de esas personas. La desconfianza es algo intrínseco al ser humano, sobre todo en la virtualidad. A veces me siento cansado de demostrar continuamente que mis intenciones no son oscuras ni tienen nada que ver con mi condición de amo. A veces simplemente quiero saber más de esas personas que se abren en canal y casi nunca lo consigo.

Pero este mundo virtual que nos ha tocado vivir es así, también debemos asumirlo.

miércoles, 4 de noviembre de 2020

El propósito de los blogs (El propòsit dels blogs)

 

Vintage GIF - Find & Share on GIPHY

En esta virtualidad donde estamos ahora mismo, hay millones de blogs con gentes diferentes hablando de cosas diferentes. Hubo una época en que los blogs eran una forma de mostrar al mundo, sin apenas esfuerzo, cuanto pasaba por nuestras cabezas. Hoy en día los blogs están en desuso, pero ahí siguen, con millones de personas contando sobre las cosas que les gusta o sobre como piensan.

En mi caso, ambas cosas.

Pero este texto no es sobre blogs sino sobre el propósito de toda escritura.

¿Escribimos para que nos lean o para leernos nosotros mismos?

El concepto “leerse a uno mismo” se anticipa como un ejercicio de egocentrismo, pero no es así. Muchas personas escriben blogs para poner en orden sus pensamientos, para expresar “en voz alta” cuanto les pasa por la cabeza, para verse en el espejo. A esas personas les importa bien poco si alguien les lee o no.

En la pregunta “¿Escribimos para que nos lean o para leernos nosotros mismos?” parece que la segunda parte (leernos a nosotros mismos) es la que nace del ego descontrolado. La realidad es que es la primera parte “escribimos para que nos lean” la que nace del ego.

A todo escritor, como a todo cocinero, a todo deportista, a todo artista o a todo político, les mueve el ego. Y eso es bueno. A mi me apasiona la cocina, pero cuando mas disfruto es cuando la gente prueba mi cocina y sonríe satisfecha. No cuando cocino, tampoco cuando como lo que he cocinado. Igual que el ego de un deportista al ganar o el de un artista al ser reconocido. Hemos estigmatizado el ego cuando es el motor de las mejores cosas que la sociedad (o el individuo) ha conseguido.

Pero volvamos a ese tipo de personas que escriben un blog para leerse a si mismos. Cuando encontréis uno de esos blogs, leedlo, nada más. No juzguéis, no comentéis, no interactuéis. Esas personas solo están gritando en voz alta lo que reflexionan en voz baja. Y gritan para ellas mismas, no para nosotros. El ego de quien escribe un blog intimista no se agranda porque le lean, le comenten o le sigan miles de personas. Principalmente porque no necesita agrandarse. Lo único que necesita es poner en orden sus pensamientos y luego escucharse en voz alta.

Si tienes un blog, sigue escribiendo, no te detengas. Da igual si te mueve el ego o no. Poco importa si te siguen miles de personas o no te lee nadie.

En la escritura está el auténtico placer, simplemente.


En aquesta virtualitat a on som ara mateix, hi ha milions de blogs amb persones diferents parlant de coses diferents. Hi va haver una època quan els blogs eren una forma de mostrar al món, gairebé sense esforç, allò que succeïa als nostres caps. Avui dia els blogs estan en desús, però aquí segueixen, amb milions de persones comptant sobre les coses que els agrada o sobre com pensen.


En el meu cas, totes dues coses.


Però aquest text no és sobre blogs sinó sobre el propòsit de tota escriptura.

Escrivim perquè ens llegeixin o per llegir-nos nosaltres mateixos?

El concepte "llegir-se a un mateix" s'anticipa com un exercici d'egocentrisme, però no és així. Moltes persones escriuen blogs per posar en ordre els seus pensaments, per expressar "en veu alta" allò que els hi passa pel cap, per mirar-se a un mirall. A aquestes persones els importa ben poc si algú els llegeix o no.

A la pregunta "Escrivim perquè ens llegeixin o per llegir-nos nosaltres mateixos?" sembla que la segona part (llegir-nos a nosaltres mateixos) és la que neix de l'ego descontrolat. La realitat és que és la primera part "escrivim perquè ens llegeixin" la que neix de l'ego.

A tot escriptor, com a tot cuiner, a tot esportista, a tot artista o a tot polític, els mou l'ego. I això és bo. Al mi m'apassiona la cuina, però quan més gaudeixo és quan la gent prova la meva cuina i somriu satisfeta. No quan cuino, tampoc quan menjo allò que he cuinat. Igual que l'ego d'un esportista en guanyar o el d'un artista en el fet de ser reconegut. Hem estigmatitzat l'ego quan és el motor de les millors coses que la societat (o l'individu) ha aconseguit.

Però tornem a aquest tipus de persones que escriuen un blog per llegir-se a ells mateixos. Quan trobeu un d'aquests blocs, llegiu-ho, res més. No jutgeu, no comenteu, no interaccioneu. Aquestes persones només estan cridant en veu alta allò que reflexionen en veu baixa. I criden per elles mateixes, no per a nosaltres. L'ego de qui escriu un bloc intimista no s'engrandeix perquè li llegeixin, li comentin o el segueixin milers de persones. Principalment perquè no necessita engrandir-se. L'única cosa que necessita és posar en ordre els seus pensaments i després escoltar-se en veu alta.

Si tens un blog, segueix escrivint, no t'aturis. És igual si et mou l'ego o no. Poc importa si et segueixen milers de persones o no et llegeix ningú.

En l'escriptura està l'autèntic plaer, simplement.

martes, 3 de noviembre de 2020

Melancolía en la mirada (Melancolia a la mirada)

 

Pin en El Séptimo Arte

Me atraen las miradas melancólicas. No hablo de tristeza ni de dolor. Hablo de pura melancolía, ese recuerdo que se ha dispersado en el aire como una voluta de humo. La gente que tiene una mirada melancólica tiene una historia detrás. La tristeza o la alegría son emociones que vienen y que van, que no se quedan grabadas en el rostro más allá de unos segundos o unos días. Pero la melancolía permanece. Y toda persona con mirada melancólica tiene una historia detrás.


M'atrauen les mirades melancòliques. No parlo de tristesa ni de dolor. Parlo de pura malenconia, aquest record que s'ha dispersat en l'aire com una voluta de fum. La gent que té una mirada malenconiosa té una història al darrere. La tristesa o l'alegria són emocions que vénen i que van, que no es queden gravades a la cara més enllà d'uns segons o uns dies. Però la malenconia roman. I tota persona amb mirada malenconiosa té una història al darrere.

domingo, 1 de noviembre de 2020

Halloween, máscaras y dar la cara (Halloween, màscares i donar la cara)

 

Batman Catwoman GIF - Batman Catwoman KissMe - Descubre & Comparte GIFs

El BDSM es un mundo apasionante, un mundo de máscaras, antifaces y vendas en los ojos. Aunque, al contrario de lo que imaginan muchos, comparar Halloween con BDSM finaliza ahí porque practicarlo no significa oscuridad, miedo ni psicópatas con un gran cuchillo. En el BDSM todo debería ser luz, honestidad y diversión. Y digo “debería” porque no siempre es así, los humanos fuimos construidos de barro y a la primera lluvia, nos deshacemos. Nos equivocamos. Errores aparte, quienes practicamos el BDSM no lo vemos como algo sórdido porque no lo es. Y si alguien ve sordidez en el BDSM quizás también lo vea en el sexo convencional, en acudir cada día al trabajo o en acabar un puzle de 5000 piezas. La maldad está en los ojos de quien observa.

Y después de esta introducción donde he intentado (inútilmente) explicar que BDSM y Halloween solo comparten una máscara y nada más, pasaré a lo que realmente pretendo explicar.

¿Por qué nos escondemos tras una máscara? Dicen que hay que ser muy valiente para ir por la vida a cara descubierta. Quien hace eso, posiblemente calla muchas cosas. En el otro extremo de la fina línea que separa la vergüenza de la responsabilidad, nos encontramos gente como nosotros que hablamos abiertamente de todo, pero lo hacemos bajo una máscara.

Supongo que recordareis cuando en “ET, el extraterrestre” donde la criatura podía salir el día de Halloween sin temor a ser señalado, o cuando Michael Myers se paseaba por la ciudad (ficticia) de Haddonfield bajo una máscara la noche de Halloween sin que nadie se inquietase. Halloween (y carnaval) con los únicos días donde podemos salir a la calle con máscaras y nada extraño sucede.

¿Dar la cara? No, gracias. No muestro la cara no por cobardía sino porque de hacerlo, nunca podría escribir con total libertad. Por desgracia soy humano y temo que me reconozcan y me juzguen.

Así pues, continuemos con las máscaras puestas más allá de Halloween y continuemos practicando BDSM desde la luz, la honestidad y la diversión.

He dicho.